cap 1

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« la felicidad de la vida es la tranquilidad »

aquellas palabras me despertaron del trance donde me encontraba, siempre recordaba aquellas palabras del abuelo, siempre me lo repetia mientras que me mostraba las mas grandes de las sonrisas, tome mi maleta y baje las escaleras, rezando que todo esto tenia que ser un buen nuevo comienzo.

Ahora comenzaba mi nueva vida, una que no habia tenido opcion a elegir, en ocaciones pensaba que todo esto era un sueño pero pasado las semanas terminaba a entender que no lo era, mi destino era uno y sabia que algo malo aunque nadie me creyera tenia que pasar. 

- ya estas lista?- Miss Margaret, me habia esperado para entregarme a la nueva familia, mis manos instintivamente tomaron las de ella, asi podia simular que este orfanato era un bueno lugar, uno feliz.

- Acabemos con esto- todo lo que ella decia, tenia que ser de desprecio?.

Caminamos hasta la direccion, al abrir la puerta, pude observar a una señora, trate de formar una sonrisa pero no podia, tenia un mal presintimiento de todo esto.

- Señora Zelenitsas, le presento a nuestra niña Analiesse, pequeña saluda ella es la ama de llave de  la familia Tsergas, una familia griega con una gran reputación, sientete afortunada.

- Mucho gusto Analiesse- su rostro de una seriedad absoluta hizo que mis manos formaran un puño - La familia Tsergas te espera.

- El gusto es mio - Ya me sabia el formato de saludo - soy Analiesse, tengo 17 años y soy huerfana desde los 8 años, me siento muy afortunada de que tan prestigiosa familia se aga cargo de mi - quizas la manera en como lo decia sonaba segura, pero en verdad solo rogaba que todo esto acabara y tener por fin una vida normal.

- Tenemos mucho apuro, me informaras de todo de camino a la mansion.- me interrumpio.

- Los papeles ya les e dado todos.- hablo miss margaret

- Vamos niña - su mano paso por mi hombro y me sonriso falsamente, seria la ultima ves que la veria.

Caminamos hasta la salida, habia una hermosa limosina una de color negro, un hombre nos esperaba sus labios formaban una linea intachable, al vernos mas cerca nos abrio la puerta de la limosina y nos adentramos pude percatarme que este hombre que hacia de chofer tenia unos ojos plomos y las canas se le notaban por la patilla, su mirada se cruzo con la mia y yo le sonrei y el me contesto con una sonrisa muy disimulada. 

Mire por ultima ves la entrada del orfanato, la miss margaret se despedia con una mano, el auto ensendio el motor y mire la ventana de mi habitacion la que compartia con Luisa, ella siempre fue una gran compañia habia llegado hace 4 años, y aunque tenia la misma edad que yo su personalidad era mas infantil, su silueta se veia en la ventana, cuando el vehiculo comenzo avanzar vi asomarse y la tristeza en su rostro le sonrei para tranquilizarla, pero sus lagrimas no dejaban de caer y el auto avanzo mas y ya no logre verle.

El silencio fue casi absoluto sino fuera por el resonar ligero del vehiculo y el sonido de las misma ciudad.

Despues de varias horas pude divisar que nos habiamos alejado de la ciudad y nos encontrabamos por una carretera.

- Falta mucho,  Señora Zelenitsas? - pregunte con la voz mas tierna y educada posible. 

- Falta mucho - fue lo unico que escuche decirle.

Este comienzo tenia tanto tiempo esperandolo quizas ya no debia tener miedo, tenia que tener las eperanzas de que esta familia me trataria bien, aunque claro nadie se podria comparar con mi verdadera familia, los recuerdos eran muy escasos, pero los tenia presentes, la realidad del final de mi familia me tenia atormentada y eso habia conllevado a que yo rechazara tajantemente la idea de una nueva familia, a mi edad devia conseguir una asi repetia miss margaret, sino no podria alcanzar las metas que me habia trazado. 

Mi maestro (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora