capitulo 1: Euno. El Rey Esclavo

35 3 2
                                    

Estoy cayendo, aún no veo el final de la caída, pienso en las personas que ame, protegí y jure nunca defraudar, ¿esto ha terminado? pienso en esos días cuando era mortal, me llamaban Euno, el rey de los esclavos, recuerdo eso días en que liberé esclavos, ataque una ciudad, ¿para qué? Mi hermano se convirtió en un rey avaricioso, mis esclavos en sus guardias y yo donde quede, ¿muerto solo para traicionarlo? Losé salve mucha pero eso no me hace bueno ¿o sí?

Capítulo I: esclavo, mago, profeta y rey
Vivía en una humilde cabaña a las afueras de Enna, hecha de piedra el techo de ramas y tablas aunque no era la gran cosa era a lo que llamábamos hogar, vivía junto con mi hermano Antíoco, y mi madre una joven campesina nacida en un mundo de caos, todo cambio para ella cuando conoció a mi padre, dicen las malas lenguas que fue importante en la familia selúcida, nunca lo conocí, cuando nací los asesinos del rey fueron por él y nuestra madre nos protegió el suficiente tiempo para enviándonos con el familiar más cercano que conocíamos, nuestra tía, solo recuerdo el cuerpo de mamá siendo devorado por los cuervos mientras que yo y mi hermanos éramos llevados a vender como esclavos por nuestra tía.

Paso el tiempo pasaba en el calabozo, en las calles de la ciudad, en la jaula camino al calabozo, pero nunca nos llegaron a vender, teníamos 17 mi hermano y yo 14, nos usaban para trabajos de servidumbre, o para complacer las exigencias de la gente de poder. Antíoco me cuidaba de ellos.
Conocimos a Atree en los calabozos también era huérfano, siempre nos contaba sobre historias de guerreros y ángeles, Atree no era de Enna era de roma nos contaba historias sobre la familia selúcida y de quienes éramos, pero eso no nos importaba mucho, ya que en la situación en la que estábamos no era de presumir. Atree hacia que la vida en los calabozos fuera más tolerable.
Una noche tuve una aparición, la diosa Derceto me hablaba y me decía que me iba a dar un don para escapar del calabozo, pero con la condición de ayudar a escapar a los demás esclavos, acepte.

En ese momento sentí como mis pulmones hervían, mi garganta quemaba y después escupí fuego de mi boca, rápidamente me dirigí hacia la puerta derretía el metal de la cerradura, y corrí junto con mi hermano, pero sentí algo en mi pecho, el sentir del deber, mi cuerpo temblaba y mis pies no respondían, así que tome aire, di media vuelta y regrese a cumplir con mi trato.

Liberando esclavos me pregunte ¨ ¿esto lo hago porque quiero? ¨, aun así, lo hice, ¿porque?, ¿solo lo hacía porque ella me lo dijo o porque fue un trato?, no lo sé, pero lo estoy haciendo ahora, sabía que era bueno hacerlo, no me preocupe por quien era al que liberaba. Cuando salí esperaba que me pisotearan o algo, pero todos me estaban siguiendo, yo era su líder ahora.

Escapamos para ser por fin libres, sin voltear atrás. al llegar a las afueras de Enna nos ocultamos en las cuevas, teníamos comida, agua y todo lo necesario para vivir, por fin vivíamos en paz sin guardias que nos hicieran trabajar, todo esto gracias a la diosa Derceto.
No fue hasta que una noche, mientras contemplaba las estrellas, una niña se acerca a mí. -Euno, ¿estás listo para esta guerra?-dijo la niña con una voz dulce mientras se acercaba
-Derceto !!,gracias a ti, somos libres una vez más- no quiero, no puedo, intento verla.
-no soy Derceto, soy la más joven de sus ángeles, eh venido a advertirte- lo dijo muestras con sus pequeñas manos me levanta la mirada.


-¿Qué es lo que me quieres advertir?- una ataque apenas escapamos.
-los guardias que los apresaban vienen hacia este lugar, eh venido a entregarte las armas para combatir- de su espalda empiezan a salir una alas gigantes, sienta en una roca en medio de las ruinas. -Mi nombre es cristal, es un gusto encontrar un alma tan inmensa como la tuya, dios: seré útil otra vez para a aquel que necesité de mis plumas, e aquí mi fe, mi alma y mis plumas convierte en las armas, ¨ por su derecho a creer, as que esas armas los ayuden a sobrevivir a esta oleada, - sus alas se desplegaban cada vez más y sus plumas se caían, las plumas en armas se convertían, empecé a interesarme en una espada que tenía un símbolo en particular

Ekael: Como Nace Un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora