Aún no podía creer lo que había pasado. Ni en mis sueños mas raros o pensamientos más remotos llegue a pensar que todo iba a salir tan perfecto. La frase que dice "Nunca nada es tan bueno como imaginarlo" no aplicaba para esta situación. De tan solo recordar esos momentos mi corazón se empezaba a acelerar y mis cachetes comenzaban a adquirir ese suave color carmín que solo él provocaba en mí. Recordar sus labios unidos con los míos hacía que mi piel se erizara.
Todos estos recuerdos se vieron interrumpidos cuando el teléfono empezó a sonar (no llegue a tiempo para contestar ya que lo había dejado en la sala).
Cuando revise, tenia 15 llamadas perdidas y miles de mensajes. Todos eran de mis amigas. Se me había olvidado contarles todo sobre la "cita". Estuve a punto de llamarlas, pero este tipo de experiencias se tenían que contar de frente. Ya me estaba imaginando todas sus expresiones y gritos.
Mande un mensaje por nuestro grupo para ver si nos podíamos ver en el centro comercial para contarles todo. No había pasado ni un segundo cuando ya todas habían respondido, asegurando que estarían allí en menos de 20 minutos.
*****
Había llegado muy rápido ya que el centro comercial quedaba a solo unas cuadras de mi casa. Mientras esperaba que llegaran me puse a escribir en Wattpad. Nunca había publicado una historia y tampoco tenía la idea de hacerlo por los momentos, pero lo que era escribir y escuchar música me relajaban mucho. Sin darme cuenta todo lo que estaba escribiendo ahora trataba sobre el amor, lo bonito que era y ese tipo de cosas. No me considero una chica cursi o romántica pero parecía que el día de hoy era la excepción.
Unas risas muy escandalosas hicieron que apartara la vista de mi teléfono. Obviamente esas risas provenían de Laura. Su risa se podía escuchar a kilómetros, y más atrás estaban las risas de Nora, Angélica y Sophia, que no eran tan escandalosas como las de Laura pero estaban cerca de serlo.
Cuando me vieron todas agitaron las manos y en modo de invitación empecé a mover algunas sillas para que se sentaran.
Apenas se acomodaron en las sillas me empezaron a bombardear con preguntas y proseguí a contarles todo con detalles y demás. Ellas escucharon muy atentas sin hacer ninguna interrupción, podía notar en sus ojos el interés por lo que les estaba narrando. Apenas mencione lo del beso ellas quedaron estupefactas, no lo podían creer, y menos viniendo de mi, ya que no era esa clase de personas "extrovertidas" y para nada tímidas. Sus preguntas de "¿Cómo fue?", "¿Besa bien?" o "¿Te gusto?" empezaron a agobiarme, pero la que más me impacto y me dejo pensando fue la de Nora.
—¿Él te gusta?.
—No —no sonaba muy segura que se diga—. Como me va a gustar. Eso seria muy raro. No puede ser, solo lo vi una vez.
—Claro que sí puede ser. Creo que el amor ya te encontró amiga.
—Eh. No. Bueno. Tal vez. Ay no sé —no podía entender porque no lograba hablar de manera fluida.
¿Será que Nora tenía razón? ¿Sin darme cuenta me había empezado a gustar Sebastian y por eso no podía decir las palabras con completa seguridad?
—Bueno deberías organizar lo que sientes Isa.
Angelica tenía razón. Tenía que averiguar que era en realidad lo que sentía por Sebastian.
Después de hablar por varias horas y comer unos cuantos dulces decidimos agarrar un taxi para regresar a nuestras casas. Todas estaban hablando de las clases y cosas por el estilo, pero mi mente solo tenía espacio en estos momentos para un pensamiento, y ese, era Sebastian.
ESTÁS LEYENDO
Difícil de olvidar
Teen FictionTodos tenemos nuestra propia historia de amor y esta es la de Isabella Abreu, una adolescente que no cree mucho en el amor. Pero todo esto cambiará cuando conozca a Sebastian Moscatti, el chico que según ella es el indicado, su amor para toda la vid...