Capítulo 9

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Los Ángeles, California

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Los Ángeles, California

Al fin su horario de trabajo había finalizado, era viernes y no trabajaba los sábados, Regina se dirigía muy feliz a su casa, preparó la cena y esperó a que su padre regresará del trabajo, cuando Gold llegó y cenaron juntos, era una linda escena padre e hija disfrutando de una típica cena, luego conversaron de lo que había ocurrido en su día, Regina recibió un mensaje de parte de sus amigos Keyla y Rodrigo quienes la invitaban a un día de playa, ella no dudo en aceptar.

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Regina subió a su habitación y se durmió

2:00 am

Regina se encontraba en el bosque de Storybrooke ¿Cómo era eso posible se preguntaba? Comenzó a avanzar por ahí sin tener un lugar fijo al que dirigirse, pero se mantenía en alerta, ahora estaba en el parque ¿En qué momento camino hasta ahí? Esto era cada vez más extraño, lo más probable era que estuviera soñando se repetía así misma, tomó asiento en una de las bancas ubicadas cerca y esperó a que la "magia" la llevará a donde se supone debía estar, pero comenzó a recordar, tal vez estar en Storybrooke no fue tan malo, pero su nueva vida lejos de ese lugar era aún mejor, de pronto unos brazos la rodearon ¡Era su hijo! no lo podía crear, su pequeño príncipe Henry estaba abrazándola, debía ser producto de su imaginación, esto de "soñar" era un tanto nuevo para ella, o simplemente lo había olvidado, cuando era la Reina Malvada no tenía muchos "dulces sueños", pero extrañaba tanto a su hijo que estaba dispuesta a disfrutar de esa sensación aunque fuera un sueño, luego de un largo, cariñoso y merecido abrazo, Henry soltó a su mamá y se sentó al lado de ella

—Mi Pequeño— dijo ella con dulzura

—Te extraño tanto mamá— expresó el joven

—Yo también te extraño— comentó triste

Y se observaron por algunos segundos

—Mamá esto es real, no es un sueño— afirmó él

—Claro que es un sueño— dijo ella con seguridad

—No, mi tía Zelena me ayudo para que mediante este sueño pudiera hablar contigo —explicó el chico

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Narra Gold

Estaba revisando algunos papeles del trabajo, cuando era el Oscuro no necesitaba dormir por ello siempre encontraba algún pasatiempo, ahora ya no tenía magia y mi cuerpo exigía descansar, actualmente mi organismo contenía una dosis alta de cafeína, eso gracias a Hayley (la asistente del dueño de la compañía), era una mujer muy bella y elegante tenia aproximadamente unos 40 años (es lo que él había calculado) era de tés oscura, tenía unos hermosos ojos cafés, buen cuerpo, lindos labios y era amable, Regina había insistido en que él se comprará trajes de otros colores, pero Gold estaba convencido de que su elegante traje negro era más que suficiente para hacer que las mujeres suspiraran por él, muchas veces cuando ingresaba al bufete escuchaba los murmullos por parte de muchas mujeres que trabajaban ahí, en mas de alguna ocasión una que otra le había dedicado una sonrisa o un guiño y esa tarde, Hayley le había llevado una taza de café que él había aceptado gustosamente, y luego antes de salir del trabajo fue a la oficina de su jefe y la vio a ella (Hayley) con una gran cantidad de papeles en su escritorio, salió de hablar con su jefe y se despidió de ella y le deseó suerte (ya que al parecer saldría tarde gracias a todo el trabajo) ella le agradeció mucho la muestra de apoyo

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