"Cambio"

Día 2.

"Pequeño desastre"

"Hola?"

Los mensajes eran del día de ayer, Kovu no tendría nada que hacer. Eso fue lo que me dije a mi misma en todo el día, trabajar con mi madre era un total aburrimiento. Ni siquiera había podido contestarle en la mañana, gracias a ala insistencia de ella en que debíamos llegar temprano, y ya llevábamos 12 minutos de retraso. Ya era real el hecho de que se cambiaba de instituto, y una mierda, recuerdo haber montado un drama mental cuando lo supe, era una mierda, todos eran una mierda. Tampoco conteste el mensaje. Esperé al día siguiente, dándome el lujo de estar sola cuando hablara con ella, teniendo mi pequeño espacio, privado, solo, como a mi me gustaba.

Tenía una llamada entrante a las 10:30 A.M. Genial, yo por lo general me despertaba al medio día.

-¿Qué?- Mi voz sonó como la mierda, ni siquiera me digné a mirar quien estaba llamando.

-Mil años después- La voz de Kovu sonó realmente pesada, llena de cansancio.

-Lo siento- Solo quería mi espacio privado para hablar contigo, mordí mi lengua antes de decir algo mas.

-Tranquila- Escuche ruido al otro lado de la línea- Voy con mi padre la otra semana- Me senté de golpe, y me maree, respiré profundo, arreglando un poco mi cabello.

-¿Como mierdas es eso de que vas con el?

-Relájate- Un tono de advertencia- Voy con él... creo que... espera- Escuché algo abrirse y cerrar- El próximo fin de semana, para ser exactos, pequeño desastre- Suspiré negando- Creo que una semana o solo un par de días.

-¿Y de quién fue la genial idea?- Mi ceja se alzó en clara duda, de su madre no podía creerlo por completo.

-De el, y no es nada genial la maldita idea.

-¿Y que pasaría si tu no puedes ir?

-Siendo sincera, nada, si digo que no, no voy y ya- Su voz se torno un poco ronca- Pero el quiere que pase esos días con el, esta emocionado, y eso es raro.

-Y solo es porque esta emocionado o quieres ir?- Me levanté de la cama, mis pies en contacto directo con el frío suelo, bostece.

-Ninguna de las dos, solo esta viviendo a 15 minutos de un maldito estadio!- Rodé los ojos.

-¡Debes controlarte! No pienses en eso, mira, mi padre vive a 10 minutos de un lugar donde hay hermosos y jodidos animales, incluyendo conejos, entiendes eso?- Escuche un pequeño si- Cuales serian las consecuencias de esa visita?

-Bueno, podrían dejarme allí, no te vería, el podría molestarse y matarme a golpes- Antes de que continuara, hablé.

-¿Y algo bueno? Claro, si es que lo hay...

-El estadio, y muchos lugares a los que muero por ir, son jodidamente geniales, entiendes eso?

¿Y eso opaca todo lo malo?

-No- Asentí- Vamos a salir.

-Um- Sonreí- Las chicas y yo vamos al cine el fin de semana, quizás podrías ir con nosotras- Mordí mi labio en espera- Además, debo tener una seria conversación contigo.

-Ya me asuste- Dijo en burla- De acuerdo, si es que tu madre acepta- Arrugué mi nariz.

-Ok.

-Tu madre me odia.

-Claro que no- Claro que si, me atreví a susurrar lejos del teléfono. 

-Claro que si!- Permanecí en silencio.

-Lo sabía!

-Cállate- Mi voz salió chillona, justo como una rubia sin encontrar su maquillaje, genial, soy mas puta cada día.

-Donde estas?

-En mi casa.

-Si me cocinas te visito- Sabía que no era buena idea decirle que estaba haciendo pizza la vez pasada.

-No me jodas, estoy muerta y tu quieres que te cocine- Dos cosas: Trabajar con mi madre requiere de un gran esfuerzo físico, y ella no vendría si dijera que si.

-Mi madre quiere que sea una perra, incluso me compró una gargantilla- La risa broto desde mi garganta antes de que me diera cuenta.

-Quiero ver eso.

-Ya pasada la hora del almuerzo recibí otra llamada. Tampoco mire quien era.

-Preciosa, cuando subes algo mas?- Era su primo, y hasta donde recuerdo debía haber subido algo mas a esa odiosa  pero increíble página de internet, en la cual no entrare en detalles.

-Creo que hoy- Me lance al mueble.

-Si es posible, gracias- El sarcasmo era notable- Por cierto, porque subiste eso último.

-Idea de ella.

-¿¡Y por qué haces lo que ella dice?! Esta loca!

-Era buena idea- Colgué y tiré el móvil a la mesa de centro.