Real

34 3 1
                                    

Mi madre tenía razón desde un principio.

Las personas no son buenas, yo no soy buena.

-"¿Crees que ella te quiere? ¿En serio lo crees? ¡No me hagas reír! ¡Las personas no quieren a otras, mucho menos a una gorda y patética chica como tú! ¡Te mintió!- La voz de mi madre resonó en mi habitación.

-¡No lo hizo! Ella no haría es...- Me interrumpió.

-¿Qué no? ¡No seas tan inocente! Todos mienten, ¿Por qué no lo haría ella? ¿Qué tienes tú de especial?- Se abalanzó sobre mí, di algunos pasos hacia atrás. Es cierto, ¿Que tengo yo de especial? ¿Qué miento sin la necesidad de hacerlo, y que se cómo sacar provecho de algunas cosas?- Es una perra. Al igual que todos, al igual que tú. Claro que ella es mucho menos perra, bueno, comparándola contigo- Ahogue un gemido de desesperación en la garganta. Me sentía ahogada.

-¡Cállate!- Golpeo mi mejilla, vi un pequeño destello de luz con mi ojo izquierdo. Caí en la cama, con la mano sobre mi mejilla- No lo hizo, ella no lo hizo. Ella no me dañaría!

-Por favor! Lo hizo desde un principio- La sentí tomarme del cabello, me levanto de un tirón, y me arrojo a la pared. Sus manos en puños se lanzaron contra mí, tenía los ojos tan presionados que ni siquiera me moleste en ver con que objeto golpeo mis piernas. Temblé. Kovu siempre me dijo que lo peor, llega cuando caes. No caería, no lo haría- Crees que tienes todo en la palma de la mano, jugando con todos. Cuando la verdad es que ellos juegan contigo!- Grité. Dos veces seguidas. Se podía escuchar la agonía y la desesperación, me pregunté si algún vecino había logrado escucharme. Mi garganta se cerró.

Intente permanecer en pie, tanto como mi cuerpo lo permitió. Pero termine cayendo, con lágrimas en las mejillas, mis labios temblando, mi cabello hecho un desastre.

Terminé creyéndole a mi madre.

Terminé careciendo de habla.

Terminé queriendo acabar con todo.

Pero me levante, con la espalda recta, la frente en alto, y me encamine al baño".

Me miré al espejo, una, dos, tres, cuatro, cinco veces, y más. Preguntándome porque me sentía distinta, si no había ningún cambio en mí. Al menos no físico.

Yo le había mentido muchas veces a Kovu, sin dudarlo. Entonces, ¿por qué me dolía tanto que ella hiciera lo mismo conmigo? ¿Qué tenía de diferente? ¿Por qué ahora no podía dejar de llorar? ¿Por qué los recuerdos, de distintas personas, de distintos engaños, de distintos tiempos, rondaban con agilidad por mi mente?

Ese día me hice una promesa, esto definitivamente no debía volver a pasar.

Por eso cuando la vi, junto a su madre, cruzando la calle. Solo bese su mejilla rápidamente, y no hice comentario alguno. Por eso jalé del brazo de mi madre, la cual parecía disfrutar de la compañía de otra mujer parecida a ella, intentando alejarme de ese lugar. Por eso cuando llegue a casa, destroce mis nudillos contra la pared de concreto armado, y quedé con las manos hinchadas, adoloridas, de fuertes colores, y sin siquiera poder darme el lujo de moverlas a mi gusto. Por eso dos días después, volví a golpear la pared. Por eso seguí haciéndolo muchas veces más. Por eso cuando la chica que desde un principio me gusto, -y eso nunca cambio- me dijo, ¿Qué pasa si te quiero como algo más que una amiga? Yo pensé, realmente eso cambiaria muchas cosas, y luego me declaré. Por eso terminé leyendo cinco o seis libros por semana, para evitar pensar en distintas cosas. Por eso terminé olvidando el sentimiento amoroso que tenía hacia Kovu. Y dejé de sufrir en silencio, por algo realmente tonto.

Aunque sigo teniendo la duda.

¿En algún momento, por más corto que fuera, algo de mi vida fue real?

nN.<

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 07, 2016 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

&quot;Cambio&quot;Where stories live. Discover now