Capítulo 2

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Ya son las 2:00 pm del mismo día, me levanté con menos ánimos de hacer mis deberes que de costumbre, me temo que este día se va a pasar demasiado lento.
Me he puesto a arreglar mi habitación con algo de música para no hacer el día tan aburrido. No hay mucho que arreglar en la habitación, es muy pequeña, hay sólo una mesa de madera algo rústica para hacer las tareas de la escuela (con cosas de la escuela), y un mueble raro (más rústico que la mesa) en el que acomodo las cosas que uso a diario. También tengo colgada en la pared una fotografía en donde estoy con mi abuelo, un hombre de cabellos blancos, cortos y aplastados, con una patilla que baja a mitad de la mejilla, con un bigote del mismo color, una cara algo arrugada, que ha ido perdiendo la expresión con el pasar de los años, con unos ojos azules más que claros, aunque con una mirada seria, de esas que tenían los hombres de su época.
También tengo por ahí arrumbada una caja con juguetes que utilizaba en mi infancia, donde se encontraba un spider-man todo descolorido y rasgado, que me trae demasiados recuerdos de mi ayer.
Me recuerdo como un niño gordo, muy cachetón (hasta la fecha), muy presumido; en esas fechas me encantaban las películas de spider-man e Indiana Jones (quería ser los dos al mismo tiempo).
Son muy pocas cosas las que están dentro de esa habitación, pero traen demasiados recuerdos, como para hablar horas y horas de eso, pero la verdad no quiero aburrir.

Ya son las 10:00 pm; a final de cuentas el día no fue tan largo como pintaba, tomé un baño cantando a todo volumen como una perra loca en celo, después bajé a tomar un café mientras veía el resumen de la NBA, y me fui a meter entre las sábanas.

No OlvidéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora