La mariposa sin nombre

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Un mañana casi al medio día estaba Asik sentada en los asientos del Centro de Identificación esperando ser llamada para terminar los tramites de sus documentos. Como la sala de espera estaba compuesta por un pequeño grupo de sillas alineadas en cuatro filas tenia una vista excelente al monitor que estaba a punto de llamarla por su numero de ficha de atención. Estaba bastante sedienta y soñolienta por el desvelo de tener un mejor numero de ficha que le permitiría tramitar sus documentos y tener una identidad completa de ciudadana de Kibou. Aunque esta ciudad era abierta a tener muchas culturas congregada en su territorio, la ciudadela donde reside era especialmente estricta en conocer su nación de origen y si se necesitaba cambiar el mismo para una vida armoniosa.

—Disculpe señorita, ¿que horas tiene en este momento? —

Un enorme y corpulento hombre que estaba a su derecha le preguntó amablemente sobre la hora ya que estuvieron bastante rato sentados viendo hacia el monitor que no tenia reloj. A pesar de la torpeza en su forma de hablar y ser demasiado despistada, Asik observo su celular y contesto con bastante precisión.

—Son las doce del mediodía, señor. Parece que estaremos un rato mas sentados.

—¡Muchas gracias! —

La tranquila y despistada Asik estaba bañada en sudor como si estuviera derritiéndose debido al calor, junto con la sed excesiva y la impaciencia de que toque su turno para el registro provoco que comience a temblar y mover las piernas con nerviosismo. Parecía que gritaría en cualquier momento ya que estaba apretando sus labios y sonrojándose lentamente.

—Niña, ¿estas bien? Se te ve sedienta. ¿Quieres tomar al...?—

—¡Con mucho gusto señor!—

Ni las lágrimas le estaban saliendo ya que toda su reserva de agua se fueron en las ultimas horas a través de su piel tratando de refrescarla.

Luego de que el enorme hombre le diera una pequeña botella con limonada, Asik la bebió casi sin respirar y soltó un gran suspiro de alivio. Esperaba un poco más y estaría jadeando como un perro sacando la lengua.

—Te veías muy mal niña. Es normal encontrarse con chiquillos como tu sacando sus documentos ya que aquí son demasiado estrictos con la identidad. Las ciudadelas tienen sus propios conflictos internos con otras a pesar de hacer una tregua por unificación.—

Asik sólo se limito a mirar al gigantesco hombre ya que sus labios seguían en la botella de limonada.

—No se tolera la nobleza o cualquier forma de monarquía así que todos por igual deben registrarse aquí como ganado siendo marcado. Por ejemplo mira a ese grupo de allá.—

Asik miró donde el generoso hombre apuntó con su dedo y se encontró con un grupo de personas vestidas con ropas que solo se verían en fiesta de disfraces o teatros. Ropas de nobles perteneciente a los reinos monárquico de hace dos siglos aunque vestidos de forma casual. El grupo estaba conformado por una pareja adulta de mediana edad, dos niños y un bebe que la mujer cargaba. Ellos no tenían ningún tipo de escolta personal y no se los veía preocupados por su seguridad, mas bien parecían discutir algo acerca de una carpeta ya que el hombre lo agitaba mucho cuando hablaba. Los niños simplemente miraban alrededor sin alejarse de la pareja y el bebe estaba jugando con el cabello de mujer por lo que se concluía que se trataba de una familia noble. Por sus características físicas dedujo que probablemente sean nobles del norteste laurasianos ya que la mayoría de ellos compartían rasgos similares. Ojos azules claros como el cielo, piel blanca como porcelana, estatura alta y esbelta, cabellos dorados como hebras de oro y facciones finas que parecían frágiles si los tocabas.

—Parecen elfos sin orejas largas. —

Asik soltó una incoherencia sin soltar el pico de la botella. El voluminoso hombre la miro y asintió.

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2016 ⏰

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