Y así fue como un hombre bueno se quebró y dejó de serlo. Las situaciones, la vida, los golpes morales, todo. Aportó su granito de arena para que llegara a lo que es ahora.
Aquel hombre siempre bueno, tierno, noble y lleno de felicidad, se volvió frío, seco, duro, lleno de recor. Solo cicatrices quedan como recordatorio de que algún día existió.
Se volvió triste y errante.
Vagando por los callejones lúgubres que algún día iluminaron su andar. No es de aquí ni de allá, su provenir es incierto, vive por nada y para nada, vive para poder dejar de vivir.
-ttokio
Mantenme de una
buena vez, pls.