Capítulo 4 Aferrado al dolor, abrazando el olvido

42 6 2
                                    

El dolor, en si, es solo causa de lo que realmente permitimos que nos afecte y hasta cierto punto es meramente emocional, no es tanto quien nos afecta, si no la cantidad y la manera en que generamos expectativas de esta persona, al igual que las s...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El dolor, en si, es solo causa de lo que realmente permitimos que nos afecte y hasta cierto punto es meramente emocional, no es tanto quien nos afecta, si no la cantidad y la manera en que generamos expectativas de esta persona, al igual que las situaciones, así por igual la cantidad de recuerdos que idealizamos, o creamos alternamente a una irrealidad inexistente, visualizamos tan perfectamente a la persona, que al no cumplirse lo que esperábamos y sucede lo contrario nos causa una decepcion, desilusion y sobre todo un dolor emocional...¿Puede doler el alma? ¿Que es el alma? 

Sinceramente no se si sea el alma lo que duele o si realmente contemos con un alma, que para mí ya es algo que está muy sobrevaluado y no me gustaría adentrarme tanto en ese tema, pero lo que si duele es el recordar, la emociones, los momentos... es tan similar al gusto, pueden pasar años desde que hayamos probado nuestro platillo favorito, pero basta con recordar u oler alguno de los ingredientes y nos trasladamos a ese momento, bueno, pues como el gusto es el sentido que mejor memoria tiene, me atrevo a pensar que solemos recordar a la otra persona por el sabor, por los besos, el aroma... y a veces es mejor estar a dieta.


Hoy no probé

Me ofrecieron unos labios sabor cereza, unos senos blancos como nieve de vainilla, unas caderas tan anchas como postre, un manjar entre sabanas por degustar y me negué... hoy no probé!

Me ofrecieron olvidar, que a besos te sacarían de mi memoria y mientras su lengua intentaba recorrer mi cuello, en un sustento a tu recuerdo vuelves por sobrevivir... mantienes a flote mis anhelos, aunque tu no estés y solo por eso... hoy no probé!

Hoy no probé la dulzura de unos besos, caricias tiernas y ardiente sexo... lo único que llegue a degustar es el sabor de tu olvido, ese gusto tan amargo ya vivido, hoy no probé de nuevo el sabor de ti, solo el sabor amargo y hastío  

El placer, las sonrisas, las miradas que brillaban, las madrugadas de desvelos, esas sombras y en el fondo el bermejo resplandor de tu a veces teñido cabello, ocultando el sentimiento... hoy no probé!


Tantas veces quise ser todas las personas a mi alrededor con tal de ser todos, menos yo, quien quería estar en mis zapatos? Ya había aprendido a ser fuerte, a mantenerme firme, pero el corazón de un hombre es muy distinto, es como una piedra de fuego, en comunión constante con el aire frío de un invierno seco de enero, a veces es tempestuoso y otras es cálido tierno... desgraciadamente a tales cambios basta una sola lágrima que le toque para que se destemple y se desmorone como arena de reloj, grano a grano, cayendo a un oscuro abismo, donde muchos han intentado explorar su fondo... y no lo han logrado, o al menos salir cuerdos de él.

De mi Madre aprendí, que por mucho dolor que se lleve muchas veces dentro del corazón , siempre hay que levantarse, recuerdo que cuando ella perdio a sus Padres (Mis abuelos) ni un solo día faltó a su trabajo; Muchas veces quisiera ser tan fuerte como lo es ella... que hasta hoy en día su espíritu constante y emprendedor es como el de una chiquilla de quince años, alegre, fuerte, con ímpetu de fortaleza corriendo por las venas a torrentes desbocados por todo su ser, solo que su cuerpo ya está cansado, pero su fortaleza no se ha enterado aún y espero que nunca lo haga, que esa comunicación entre su cuerpo cansado y su espíritu siga fallando como hasta ahora y por mi viva 1000 años.  

Memorias, Recuentos, Historias y DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora