Capítulo 1: La machada sobre Segovia

38 1 1
                                    

Era una primavera del año 2035, en una zona de los alrededores de Segovia, una ciudad interior de España. Era una noche despejada, el 25 de mayo. La humanidad fue invadida por una fuerza extraterrestre invasora veinte años atrás, y ahora, una organización llamada ADVENT se dedica a controlar a la sociedad y mantener el orden, gracias a su potencial militar y a su propaganda.

No obstante, hay un grupo de renegados, de gente que se opone a este nuevo orden donde los invasores reinan en el planeta, se hace llamar XCOM. Son los residuos de un ejército creado por un consejo integrado por las naciones más poderosas de la Tierra, no obstante, los esfuerzos del Comandante, el Jefe Central Bradford, el doctor Shen y la doctora Vahlen junto a los mejores soldados de la humanidad no fueron suficientes para mantener a salvo nuestro planeta.

Este pequeño grupo existía de modo clandestino y se encontraba muy debilitado. De los integrantes del primer proyecto, solo permanecen el Comandante, Bradford y un veterano soldado, mientras que la hija del doctor Shen también está a bordo del Avenger, la nave en la que se encuentra instalada la base de operaciones de XCOM. 

Además, existen células de resistencia locales emplazadas por todo el planeta. El inicio de nuestra historia se remonta al mencionado día en el mencionado lugar, Segovia, donde estaba emplazada una de las ciudades de la resistencia más importantes de Europa.

Algunos de los integrantes de la resistencia estaban en el centro de la ciudad alrededor de una fogata, algunos de los más jóvenes bailaban mientras otros conversaban, por su parte, algunos de los mayores tocaban instrumentos y las risas iban y venían. Todo parecía apuntar a que iba a ser una buena noche. Parecía.

Cuando ya pasaban las once y media, y Marc Herrada y María Bertrán, dos jóvenes nacidos en la Comunidad Valenciana, conversaban tranquilamente frente al fuego.

- ¡Venid todos aquí, brindemos por nuestro héroe hijo de la vieja Gran Bretaña de XCOM! -Gritó entonces un hombre de mediana edad junto a un joven rubio de mediana estatura, que vestía un traje militar estándar de XCOM con la bandera del Reino Unido en un pequeño rectángulo en la parte superior de su espalda, que algo incómodo sonrió, mientras gran parte de los allí presentes echaron un trago a su salud.

- Venga, Antonio, deja tranquilo al chaval, bastante tiene con estar siempre con los aliens encima, deja que descanse por un día que se queda en una aldea. -Se quejó entonces una mujer de avanzada edad.

- Pero si Alex es un cachondo, ¿verdad que si, my friend? -Replicó el hombre que propuso el brindis inicial en el grupo.

- En realidad preferiría descansar. -Se defendió el joven, que se apartó un poco y se sentó cerca de donde Marc y María conversaban tranquilamente. Marc tenía el cabello castaño y era de mediana estatura. Tenía una perilla bastante cuidada que le favorecía bastante, y sus ojos castaños transmitían seguridad. Era un gran amante del deporte y su condición física era sobresaliente. Por su parte, María era rubia y algo bajita, así como delgada. Su rostro siempre mostraba una sonrisa y era muy positiva y transmitía serenidad.

Justo en ese momento, una luz roja se elevó en el cielo proveniente de un bosque cercano, reclamando la atención de todos los habitantes de la aldea.

- ¡Eh, no habían avisado de que habían fuegos artificiales! -Exclamó sonriente un joven.

- Eso es una bengala... -Dijo Marc, cuyo rostro empalideció al instante, quien miró a Alex, fijándose en que su rostro se puso totalmente serio.

- ¡No son fuegos artificiales! ¡Es ADVENT! -Gritó en ese preciso instante Alex, que se puso en pie tomando su fusil- ¡Rápido, los guardianes, tomad las armas, la prioridad es salvar al máximo número de civiles!

Una esperanza entre las ruinas | XCOM 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora