Capítulo 44.
{Piero}
-Tengo que ir a hacer algunos recados que me ha mandado hacer mi madre, regresaré pronto. -dijo Tyler con ambas manos en sus bolsillos.
Mi teléfono sonó, antes de atender le dije a Tyler.
-Seguro. -presione el botón verde y contesté.
- ¿Mamá? ¿Como estas?-pregunté.
Las cosas se habían tranquilizado un poco en casa. Aunque me seguía negando a que mi mamá se acercará a mi padre. Por eso todos los trámites del divorcio los estaba realizando el abogado de la familia. Los gemelos estaban mejor, Bubbles había pasado todo el tiempo después de la escuela, en la casa. Ella ya era parte de la familia, así que mi mamá y los gemelos estaban encantados. Mamá disfrutaba tanto tener su compañía, por las tardes Bubbles la ayudaba a preparar pasteles, salían de compras, cosas que las chicas hacen.
Y sé que esta mal, pero me gustaba la idea de que Bubbles no haya pasado tiempo con el idiota de su novio, en todo este tiempo. La había visto como el primer día que se quedo, se la paso llamándolo. Pero después lo dejo, y era ahora su teléfono el que sonaba y ella ignoraba.
- Bien. ¿Cómo están ustedes? ¿Estas con _______________ en este momento?
Bubbles era la hija que mi mamá siempre había querido. Alguien con quien compartir una tarde de compras, alguien con quien hacer simplemente cosas de chicas.
-No, ella está con la Señora Hyder ahora.
-Piero, necesitas decirle todo lo que sabes. A ella le romperá el corazón si un día se entera que tú le ocultabas gran parte de su pasado. Eres la única persona en la que ella confía completamente.
Todo lo que sabía. Ella me odiaría en cuanto se enterase de todo lo que le había ocultado en este tiempo. Ella nunca volvería a confiar en mí. Yo solo quería que nada ni nadie la lastimasen. Sabía que venir a Arizona iba a terminar en algo malo, pero ella tenía que saber la verdad, de alguna u otra forma.
Estaba a punto de responderle, cuando la Señora Hyder abrió la puerta de su casa y me hizo una seña para que me acercara a la entrada de su lugar.
-Mamá te llamo después, te amo. -le dije y corte la llamada para acercarme a la puerta principal de la casa de la familia Hyder.
-Señora Hyder, ¿hay algún problema?
-Creo que necesitas ir a verificar si ______________ esta bien. -respondió, la expresión de su rostro era completamente de tristeza.
- ¿Qué? Pero si ella estaba adentro, con usted-pregunté realmente confundido.
-Ella esta teniendo mucho dentro de su cabeza en este momento. Ella salió hace un minuto por la puerta de atrás, dijo que necesitaba estar sola. Ella te necesita en este momento, más que nunca.
{_______________}
Estoy enfrente de su tumba. Queriendo decirle tantas cosas que me he guardado desde que era niña. Pero simplemente no puedo decir ninguna de ellas. Cuando vine a Arizona fue para ver si ella estaba bien, juro por lo que sea, que nunca entro en mi mente la posibilidad de que ella pudiera estar...muerta. El lugar esta totalmente vacío, la lápida se ve muy reciente y el lugar hecho para colocar flores esta vacío.
- ¿Piensas que esta carta soluciono algo? Pues estas equivocada. ¿Por qué no pudiste decirme todo esto antes? ¿Sabes? A veces te necesitaba, te sigo necesitando. Quiero tener a alguien con quien hablar sobre los chicos, alguien en quien siempre pueda confiar y saber que nunca me va a traicionar. Eso es lo único que necesitaba. Una mamá.
Sabía que en el momento en el que él se enterara que no estaba más con la Señora Hyder, Piero vendría a buscarme. Sabía que el estaba detrás mío, su mano se posó sobre mi hombro. Me levanté del suelo y busqué un salvavidas en esta fuerte marea. Los brazos de Piero me rodearon, estrechándome fuertemente a su cuerpo. El siempre había estado en los momentos más difíciles, si algo en esa carta tenía razón, era en que yo sí tenía un ángel. Y ese ángel tenía nombre.
-Ella está muerta, Piero. -sollocé y mis lagrimas caían en el hombro de Piero, mojando su camisa azul.
-Lo se. -respondió sin soltarme.
- ¿La Señora Hyder te lo dijo?-pregunte.
-No. -respondió para después tomar una larga respiración y dejarla escapar. -Yo ya lo sabía. Hace mucho.
Me aleje de él, mirándolo a los ojos directamente. Él intentó volver a acercarse a mí pero me aleje de la misma manera. Esto era demasiado para mi. No hay manera. No hay manera de que Piero me haya ocultado esto. Él nunca haría eso, ¿verdad? Él nunca me traicionaría de esa forma, yo nunca le hubiera ocultado algo así. Él tampoco, ¿verdad?
-Tienes que escucharme...-dijo y las lágrimas comenzaban a caer más rápido. -tengo muchas cosas que explicarte. ¿Recuerdas esa vez que estábamos jugando futbol con Kendall y Tyler una semana antes de irnos de Arizona? Teníamos 13 años. El balón cayó en la casa de la Señora Smith, la mejor amiga de tu mamá. Hicimos sorteo para ver quien recogía la pelota, salí yo. Entré por la puerta de atrás, y vi la pelota que estaba detrás del árbol. Escuché que Phil no era tu verdadero padre y muchas otras cosas, escuché una conversación que nunca debí haber escuchado, y que debí haberte contado.
- ¿Hace cuanto sabías que mi mamá había muerto?-solté.
-Dos meses después de que ella falleció, vine a Arizona a recoger los papeles de nuestra antigua escuela para inscribirme en el equipo de futbol.
- ¿Cómo pudiste, Piero? Mi vida ha estado llena de mentiras desde que nací. Todo el mundo me mintió. Incluso tú. Eres la única persona en la que confío, ¿Por qué nunca me dijiste que sabías que mi mamá estaba muerta? ¿Por qué me dejaste venir aquí si lo sabías? Tú eras todo lo que tenía, ahora ya ni sé lo que tengo. Solo... tengo que irme de aquí. -me di vuelta pero su mano atrapó mi brazo, impidiendo moverme. -Necesito estar sola, y estaba vez si te incluye a ti.
- ¿Qué sentido tiene? ¿Hubiera cambiado algo en ese entonces? Yo solo quería protegerte. -gritó. Me di vuelta para verlo, una lágrima se le escapo y comenzó a rodar por su mejilla.
-Hubiera cambiado todo. -respondí en un susurro.