Capitulo 11

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Capitulo 11.

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Abrí el refrigerador para sacar la botella de jugo de naranja , tome uno de los vasos de la despensa y serví jugo en ella. Le di un largo sorbo, cuando la puerta de la habitación de Piero se abrió. Un olor a perfume de hombre invadió la habitación. Piero entro a la cocina, y saco el envase de la mantequilla de maní del refrigerador. Se encargo de sacar dos rebanadas de pan, le unto la mantequilla de maní para después guardar las dos rebanadas en una bolsa de almuerzo. Tomo la bolsa y la guardo en su mochila. Colgó la mochila sobre su hombro, y se encamino a la sala. La puerta principal se abrió para después cerrarse.

Así había sido la ultima semana, la misma rutina. A diferencia de antes, cuando las mañanas estaban llenas de risas, conversaciones, y cuando Piero aun me llevaba a la escuela. Ahora solo decía que tenia que llegar temprano a la escuela para el entrenamiento y se iba.

Deje el vaso en el fregadero, y tome mi bolso del sofá. Ahora que Piero no me llevaba a la escuela, tenía un largo camino para la escuela y poco tiempo.

Tomar el bus no estaba en mis preferencias, es mas odiaba tomarlo. Pero ahora era mi única opción. Este es el momento en el cual me arrepiento de no haber aprendido a montar bicicleta.

Salí del departamento y llegué a la parada de autobús. Habían personas que nunca había visto en la escuela, ni siquiera sabía que estudiaban ahí. Cuando el autobús llego, me apresure en sentarme en uno de los asientos de adelante. Saque mi iPod de la maleta y me conecte los auriculares. Era una manera de desconectarse.

¿Si había intentado hablar con Piero? Sí. Pero todas las veces que lo hacia el me daba respuestas en monosílabos. O simplemente hacia como si nunca me hubiera escuchado. ¿Cuándo dio un giro esta situación? En la casa de su familia, la que estaba enojada era yo, no él. Pero después de eso, él se volvió frío. Y no me volvió a dirigir la palabra.
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Biología apestaba, realmente lo hacia. La única clase que compartía con Piero. Acostumbrábamos a sentarnos juntos, pero no sabía que iba a pasar esta semana. Después de su maratón de "Ignorar a ___________", no sabia que se lo podría cruzar por su cabeza.

Piero entro al salón, como siempre un minuto antes de que suene en la campana. Sus pupilas se clavaron en las mías por cinco segundos, Piero sonrió y comenzó a caminar hacia donde yo estaba. Pero no se detuvo en nuestra mesa de laboratorio, paso de frente para sentarse al lado de Kendra Bullock, dos carpetas atrás que la mía.

Al diablo con Piero, pensé. Justo en ese mismo momento, una carpeta roja choco contra la mesa de mármol. Voltee para ver de quien se trataba, para encontrarme con unos ojos oscuros.

El chico tenía el cabello corto, y era igual de oscuro que sus ojos. Su piel era no era común de los chicos de aquí, era mas bronceada. Un bronceado natural. Típico de los chicos de Arizona, de donde veníamos Piero y yo. Al instante reconocí esos ojos.

-¿Me extrañaste, Loxy?-preguntó burlonamente mientras pasaba su mano despeinando su oscuro cabello.
-¿Qué demonios haces en Nueva York, Tyler?-pregunté confundida.
-Bueno ya sabes, supe que me extrañarías mucho, aquí. Sola.
-Hablo enserio.
-Mi familia se mudo aquí, a mi Papá lo trasladaron a NY. ¿Contenta?
-¿Kendall esta aquí?-pregunté entusiasmada.
-Sí, ¿Qué parte de que toda mi familia esta aquí no entendiste?
-Había olvidado lo idiota que eras.
-Por eso te enamoraste de mi-dijo frunciendo los labios, pasando su brazo por encima de mis hombros.

Tyler y yo habíamos salido exactamente un mes, un mes hasta que me entere que era el peor patán del mundo. Las cosas entre nosotros se arruinaron, y mi amistad entre Kendall, su hermana también se fue distanciando. Kendall había sido la única verdadera amiga mujer que había conseguido, habían veces que salíamos los tres con Piero. Eso fue hasta que mi relación con Tyler acabo, y Piero y yo nos mudamos.

-¿Qué no estemos sentando juntos significa que seremos compañeros el resto del año, Loxy?-preguntó mirándome a los ojos.
-Lamentablemente, sí.-dije dando un largo suspiro-Deja de llamarme Loxy, ¿vale?
-Antes amabas que te llamara así.
-Sí, hasta que toque tierra y me di cuenta que eras un patán de primera.

Tyler rio, apretándome más a su cuerpo, y sin querer inhale su perfume, aun olía a Arizona, nuestro hogar. Tyler debe saber de mis padres, después de abandonar Arizona, no había sabido nada de ellos. Tal vez era hora de conectarme nuevamente.

-¿Tienes planes para el almuerzo?-pregunté haciendo que se riera.
-Tengo una agenda llena, pero puedo hacer espacio, solo por ti-dijo tomando mi mentón levemente.

Rodé los ojos, y me aleje de él. El profesor entro al aula, y encendió el equipo de audiovisuales. Veríamos una película de los estados o de lo que sea. Genial. Me quedaría dormida. Tyler jalo mi asiento, haciendo que este más cerca a él. Seria un completo infierno si me sentaría con él el resto del año.

Desearia haber visto la reacción de Piero cuando vio a Tyler. Tyler odiaba a Piero, y Piero odiaba a Tyler. Su rivalidad comenzó en cuarto año. Ninguno de los dos nunca quería hablar de eso, Piero se enojo cuando supo que estaba saliendo con Tyler. Y cuando termine con él, faltaba que Piero haga una fiesta para celebrar.

Mi emoción por volver a ver a Kendall, era enorme. Adiós Carrie. La verdad es que ya no necesitaba a alguien que me critique todo el tiempo. Ahora tenía a Kendall, mi única mejor amiga mujer. Los minutos hasta la hora del almuerzo, se hacian eternos.

Red de mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora