Capítulo 10: ¡El gran final! + ¡La abuela y Raimundo el loro!
Día: 30/12/2015.
Hora: 09:00 am - En casa de Eliécer
Era un cálido día, el sol estaba brillando, los pájaros cantaban, había brisa... Nah, mente. Eliécer se encontraba en su habitación, aún seguía castigado y como ya había terminando de leer Doña Bárbara, alias "El Libro Maldito", no tenía nada qué hacer.
Sólo le faltaban 5 hallacas para cumplir su promesa. Tenía que ingeniárselas muy bien para poder acabar hoy mismo.
Helga: ¡Eliécer Yonaykel, ven un momento!
Eliécer salió muy entusiasmado de su habitación, tal vez era que le iban a dar hallacas...
Eliécer: ¿Qué pasó?
Helga: Mira, tu abuela Helena del Carmen Coromoto de la Rosa quiere que vayas a su casa, te va a dar algo.
Eliécer: Ok.
Éste salió de su casa a toda prisa ya que había tiempo de lluvia, y a mitad de camino lo agarró el chaparrón de agua.
Eliécer: Coño e' la madree, esto es tu culpa Maduroo. -Y siguió corriendo hasta la casa de su abuela.
Helena del Carmen: ¡Eliécer mi niño, no hubieses venido con esta lluvia, nojoda!
Eliécer: No es mi culpa que me haya agarrado a mitad de camino, si seguía para acá me mojaba, si me devolvía a la casa me mojaba y si me quedaba parado en medio de la calle esperando a que escampara también me mojaba. -Dijo con una expresión un tanto obvia y puso care' culo.
Helena del Carmen no lo quería dejar pasar para que no le mojara el rancho pero al final lo dejó pasar con la condición de que se quedara nada más en la entrada.
Eliécer: Ajá, ¿pero qué pasó? ¿Para qué querías que viniera? -Dijo un poco fastidiado de estar parado en la entrada.
Helena del Carmen: Era para enseñarte a mi nuevo amigo, se llama Raimundo el loro. -Se apareció con un loro más feo que el propio vestido que se puso la Yubraska en carnaval.
Eliécer: Ah.. Épale brother
Raimundo: Qlq *insertar voz de loro*
Helena: Ah, toma. Aquí tienes tres hallacas. Si quieres cómetelas de una sola vez.
Eliécer: Si va. -Agarró la bolsita y se sentó en el piso para empezar a hartarse sus hallaquitas.
Helena del Carmen: COÑO PERO EN EL PISO NO, ¡¿NO VES QUE ME LO ESTÁS TERMINANDO DE ENSUCIAR?! YO AYER ME JODÍ BLANQUEÁNDOLO COMO PARA QUE TÚ HOY VINIERAS A CURTIRMELO.
Raimundo: VEEEEEE.
Eliécer se tuvo que comer sus hallaquitas parado, y Helena ni siquiera le dio agua para que comiera bien gracias a la molestia que tuvo por culpa de Eliécer. Aún así él se las comió, a él no le importaba si tenía algo que tomar o no.
Eliécer: Bueno abuela, gracias por las hallacas, estaban sabrosas. -Dijo sobándose la panza- Bendición, nos vemos mañana.
Hora: 12:00pm - En casa de Eliécer
Helga: Eliécer ven a comer.
Eliécer: ¡Ya voyy!
Eliécer al ver la comida se desilusionó. Pensó que se comería sus ricas hallacas pero no, le habían servido pernil.
Gregory: Ahí tienes tu comida, ahora trágatela.
Eliécer: Pero.. ¿Pernil? No, vale, así no se puede, ¿dónde quedó la víspera navideña? ¡¿La tradición de comer hallacas?!
Helga: Ayer te dije que comeremos esto hoy y mañana, y creo que casi todo el mes de enero.
Eliécer: Noo. Me voy a repugnar. Me enfermaré de tanto comer pernil. Y ni siquiera me lo sirves con ensalada de gallina. No. Me lo sirves así sólo. Pelao.
Gregory: Tú sabes la situación del país, ¿cómo quieres que hagamos, entonces?
Eliécer dejó en visto a su papá y se sentó a comer. Durante todo el almuerzo no dijo nada. Luego fue y se encerró en su cuarto.
A la media hora Helga y Gregory habían salido a visitar a la tatara tatara tatara tía abuela del hermano del primo de Helga, así que Eliécer aprovechó y puso a calentar las dos últimas hallacas para cumplir su promesa. Él estaba muy orgulloso de él mismo.
Mientras se calentaban las hallacas fue a visitar a Juana para saber cómo seguía después de la muerte de Yeferson.
Al estar en frente de la casa se asomó por la ventana y notó que la casa estaba oscura. Aún así tocó la puerta.
-Media hora después-
Eliécer: ¡SEÑORA JUANA, SALGA, SÉ QUE ESTÁ DEVASTADA POR LO DE YEFERSON, PERO SALGA!
Y nada, media hora ahí y Juana no salía. Eliécer tiró la vista hacia debajo de la puerta y vio que había una hoja y como él es muy entrometido la recogió y empezó a leer:
*Qlq persona k hesté leyendo hesto,
Bueno, mrc, hesta hez mi calta de suicidio.
Sólo kiero decil k no puedo bivir sin mi Yeferson y k no puedo tampoco con la situasion de heste paiz. MADUROH, HEZTO HEZ THU KURPA.
Hamor i pas para todos los lakras.*(n/a: Los errores ortográficos de la carta son a propósito)
Eliécer: Miarma, se pasó. Primero se muere Yerferson, ahora Juana. El sin vecinos pues. Ya va.. Creo que se me olvida algo... ¡LAS HALLACAS!
Eliécer salió disparatado hacia su casa, llegó y al ver la olla se dio cuenta de que se le pasó el tiempo, se le desbarataron ahí y las tuvo que botar.
Justo en ese momento, luego de haberlas botado llegaron Helga y Gregory.
Gregory: Eliécer, ¿a dónde fuiste? ¿Qué es esa hoja?
Eliécer: Bueno papá, resulta que yo había salido a casa de Juana a ver cómo seguía después de lo de Yeferson y encontré esta carta de suicidio que hizo debajo de la puerta.
Helga: Ay, pobrecita Juanita.
Hora: 07:45pm - En casa de Eliécer
Eliécer se encontraba en su cuarto reflexionando sobre la vida. Pobre de él, en serio no tenía nada qué hacer.
Gregory: ¡Eliéceeer!
Eliécer: ¡¿Queeeeé?!
Gregory: ¡Tus amigos están aquí abajo esperándote!
Eliécer: ¡Ahí voyy!
Éste se fue casi que casi volando hasta la sala para saludar a sus amigos.
Eliécer: ¡Zacarías, Klara, Ainhoa! ¿Qué cuentan? ¿Cómo andan?
Klara: Nosotros estamos bien. Te venimos a dar una noticia..
Eliécer: Hablen claro pues.
Zacarias: ¡Nos vamos del país!
Eliécer: ¡¿QUEEEEEEEEEÉ?!
Ainhoa: Si, nos vamos de la patria. Nuestros padres consiguieron unos panas que nos ayudarán a cruzar la frontera.. ¡Colombia, allá vamos!
Klara: Y de Colombia cada uno se va a un país. Yo me voy a Acrotiri y Dhekelia. Zacarias a Somalilandia y Ainhoa a Isla Norfolk.
Zacarias: Entonces vinimos a despedirnos. ¡Esperamos que puedas cumplir tu promesa!
Y así pasaron el tiempo despidiéndose. Hasta que se hicieron las 9 y se tuvieron que ir.
Helga: ¡Eliécer, ven a comer tus hallacas!
Eliécer: Mm, hallacas, lo que más me gusta.
Le habían servido dos hallacas y él se las comió súper feliz.
Luego de comer se acordó de algo:
Eliécer: YA VA... ¡HE CUMPLIDO MI PROMESA! - Dijo contento, casi que lloraba de la emoción.. En serio se sentía orgulloso.
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Las 40 Hallacas De Eliecer [Terminada] #1
Humor«Basado en la Vida Real» -Cheeto y Wigetta Portada: @Katy_Cat22