Debido a la tormenta no pude ver nada hasta que una sombra apareció ante mi vista temblando de sobre manera y por lo ancho de los hombros y la espalda pude suponer que era un hombre y todo se confirmo cuando la voz le salió ronca y temblorosa. Antes de que dijera algo mas lo hale demasiado brusco para que entrara a la casa y no muriera de hipotermia, le puse varias mantas encima y lo guie a la silla mas cercana a la chimenea, le prepare chocolate caliente y se lo entregue ante la atenta mirada de mi abuelo. Tres segundos, tres segundos fueron los que me bastaron para darme cuenta que era el chico del portón, el amor platónico de Laureen.
-muchas gracias por todo pero ya me retiro- su voz le salió temblorosa pero no dejaba de ser extremadamente sexi
-no, negativo, ni se te ocurra salir por esa puerta- me cruce de brazos y lo mire mal- ¿en serio piensas que voy a dejar que salgas con semejante tormenta? Además morirías de hipotermia
-buenas noches a los dos- interrumpe mi abuelo levantándose de su sillón claramente divertido- te aconsejo que no le lleves la contraria, suele ser bastante terca cuando se lo propone, sin decir que se vuelve un grano en el culo
Lo mire indignada mientras se retiraba sonriendo de una extraña manera, quitándole importancia voltee a ve al chico rápidamente mientras fruncía el ceño, aun estaba tiritando y con los labios morados pero no tanto como antes. Le cogí la mano y lo guie a mi habitación, distendí la cama y lo empuje para que se acostara aunque me lo pensé dos veces al caer en cuenta en donde dormiría. Prendí la calefacción con el control mientras sacaba las cobijas para ambos, en todo momento sentí su penetrante y divertida mirada pero me importo en lo mas mínimo. Lo arrope y me supe otra cobijas encima, realmente me sentía una mamá preocupada, colgué la hamaca en los ganchos y puse una almohada para dormir medianamente cómoda. Voltee a mirarlo y ya se estaba quedando dormido pero sus labios seguían morados lo que me preocupaba un montón.
Apague la luz y él ya se veía medianamente mejor por lo que aumente la temperatura de la calefacción, yo sufría de calor así que posiblemente sude toda lo noche. Soltando un largo suspiro me tire a la hamaca e intente dormir pero no podía debido a los jodidos pensamientos dirigidos a mi querido, misterioso y sensual huésped. Empecé a balancearme en la hamaca mientras pensaba en todo. Recordé la razón por la cual evado a los chicos y mi primer corazón roto.
Hace dos años tuve un novio llamado Sebastián, él al inicio era muy cariñoso y amable hasta que cumplimos un año de novios. Todo se vino cuenta abajo, quería tener relaciones conmigo pero yo me negaba hasta que me empezó a golpear, descubrí por sus padres que era un psicópata y me aleje de él aunque antes me intento matar.
Volviendo a la realidad sonreí al ver al chico acostado en mi cama, parecía un niño pequeño con la boca semi-abierta se veía mas guapo. Con una sonrisa traviesa le tome una foto con mi cámara y maldije cuando salió el flash, afortunadamente no se despertó. Con una alegría y energías renovadas salí mi habitación con mi cámara en manos a la habitación de Laureen para mostrarle la foto.
-eres insufrible Christopher- gruñe Laureen
Al entrar a la habitación no pude hacer otra cosa que reírme, Laureen estaba sobre la cama con el cabello como si acabara de pasar por un tornado mientras le lanzaba almohadas a Christopher quien estaba detrás de una silla cantando “tetas pequeñas” y devolviéndole las almohadas
-Lau ¿quieres seguir tirándole almohadas a pito chiquito o quieres ver algo supremamente tierno y sexi?- dije levantando la voz para que me escuchara y se tiro de la cama al mostrarle la cámara.
En un abrir y cerrar de ojos salió de la habitación como alma llevada al diablo seguida de un muy enojado Christopher. Decidida y algo confundida los seguí a mi habitación lo mas rápido que pude antes de que se pusieran a gritar como idiotas y sacar conclusiones estúpidas. La luz se encontraba encendida cuando llegue e inmediatamente la apague rezando para que el chico-sin-nombre no se despertara, ambos brutos me miraron con reproche aunque por diferentes razones.
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Un Calido Invierno
Teen FictionMia Engel es una chica cariñosa y con una familia bastante grande. Cada invierno se reunen en la casa de su abuelo paterno para estar en familia y hacerle compañia a sus abuelos. El invierno mas frio que se ha vivido en cien años trae una compañia...