capitulo 2

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Desde pequeños dormimos los tres en la misma cama por lo que no me sorprendió terminar en la mitad de un concierto de ronquidos, siempre me toca en la mitad por ser la mas delgada de los tres y desde hace años aguanto que me ronquen el la oreja. Eran las cuatro de la mañana y el despertador empezó a sonar y me levante rápidamente para irme a duchar, quería dejarlos dormir un poco mas para que estuvieran bien para el viaje.


El baño de mi habitación es grande, es completamente blanco con un mueble de madera clara bajo el lavamanos que es transparente, al lado se encuentra el inodoro, el espejo cubre toda la pared sobre el lavamanos, hay un gran espacio entre el inodoro y la tina en la cual caben tres personas sin estar incomodas.


Luego de una relajante ducha de quince minutos salí envuelta en una toalla a mi habitación para arreglarme y preparar el desayuno para todos. Con el desayuno completamente listo ,que consistía en unos omelettes de jamón y queso junto con café y una ensalada de frutas, fui a despertar a todos. Comencé por mi papá, le di varios besitos en la mejilla y le acaricie el cabello, inmediatamente se despertó dándome un beso en la frente y entrando al baño. Seguí con mi hermano Alexander quien se quejo por ser demasiado cariñosa al momento de despertarlo y lo deje dormir un poco mas. Mi hermano Eros es el mas cariñoso de los hombres de la casa por lo que cuando lo desperté sonrió levantándose de la cama y abrazándome dándome un beso en la cabeza. Despertar a mis amigos es un reto casi imposible, prendí la luz de la habitación y dije que quedaban cinco minutos para salir, en un parpadeo Laureen ya estaba en el baño maldiciendo por no tener tiempo de arreglarse. Christopher estaba abrazando un oso de peluche que tengo desde mi cumpleaños, se veía completamente ridículo por lo que le tome unas cuantas fotos antes de tirarle una almohada. Simplemente gruño y abrió un ojo sentándose en la cama y rascándose la nuca.


Ya todos vestidos y mas despiertos bajaron a desayunar dándome los buenos días y uno que otro beso en la mejilla. La comida fue en completo silencio pero no fue incomodo, cada quien metido en sus pensamientos o queriendo volver a dormir aunque en el auto podrían hacerlo. Me di cuenta que no cabíamos todos en el auto de papá


-papi no cabemos todos en tu auto- comente metiéndome el ultimo pedazo de fresa


-ahí miramos como nos organizamos- dice Alex mirándome


-estaba pensando- trague saliva- ya tengo el pase para conducir mi moto así que ustedes podían ir en el auto y yo los sigo en moto


-no lo se princesa es peligroso- como siempre Eros tan preocupado


-con una sola condición- me señala con el tenedor- vas a ir detrás de nosotros donde te podamos ver y vas a llamar cada diez minutos


Sonreí emocionada y me levante de la mesa dejando los platos sucios en el lavadero gritando que yo lavaba los platos. Corrí escaleras arriba cepillándome los dientes, el cabello y poniéndome los zapatos. Al terminar de peinarme hice mi cama y baje a lavar los platos, guardarlos y dejar un poco arreglada la cocina antes de irnos. Todos ya estaban abajo esperándome para irnos así que rápido cogí mi celular conectando los audífonos, las llaves de la moto y el casco. Subí a mi ducati 959 panigale y parquee al lado del auto donde todos estaban cómodos


-cuando quieras papi- me puse el casco y espere a que arrancara.


El viaje fue sin contratiempos, algunas veces adelantaba el auto para disfrutar la velocidad aunque tenia que poner la excusa de no tener casi gasolina o una llanta pinchada. Decir que tenia frio era poco, me estaba muriendo de hipotermia en esa moto, exagero un poco pero da igual, no esperaba el momento en que apareciera la magnifica casa de mis abuelos y me recibieran con un chocolate caliente que a mi abuela le queda de maravilla. Para mi desgracia aun me quedan cinco kilómetros que recorrer cuesta arriba para saludar el calor de la casa y a mi familia.

Un Calido InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora