Capítulo 1: "Soy Eunha"

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Esa noche fue una de las peores para Sojeong, y creía que toda su vida sería así y lo lamentaba, no sabía por qué le pasaban todas esas cosas un tanto malas a ella.

Primero, por la mañana se le hizo tarde y perdió el bus para ir a la universidad, maldecía el no tener un auto y poder manejar a la hora que ella quisiera y no depender de un bus. Después, olvidó por completo que tenía examen de física (la cual es una tortura para ella) lo reprobó, y fue la única. Y para colmo, empezó a llover y volvió a perder el autobús, tuvo que regresar se caminando durante media hora. Y la cereza del pastel para terminar un día fatal para Sojeong, un auto la mojo por completo, la chica maldecia al conductor del auto.

Después de una larga caminata, de un humor que ni ella misma aguanta y un cansancio que desearía estar dormida durante tres días, llegó a casa exhausta. Abrió la puerta, dejó sus zapatos y su abrigo en la entrada, entró casi cayéndose por el cansancio de sus piernas, se arrojó en el sofá y cerró los ojos tratando de quedarse dormida y tener una buena excusa para faltar mañana a la universidad.

Sus ojos se cerraban lentamente, pesaban demasiado y no soportaría quedarse despierta otro momento más, unos maullidos comenzaron a escucharse cerca de ella, lo notó y abrió casi los ojos tratando de observar el lugar, lo ignoró y siguió durmiendo.

A la mañana siguiente fue un caos, se le había hecho tarde y ya no alcanzaría el bus y optó por tomar un taxi. Se arregló lo más rápido que pudo que ni siquiera notó a la gatita que estaba sobre su cama, aún estando frente al espejo.

Ella maulló lo más fuerte que pudo para llamar la atención de la chica alta, no lo logró y lo hizo por segunda vez, ahora pudo obtener la atención de la mayor, la miró con los ojos demasiados abiertos por esa sorpresa.

—¿Qué haces aquí?— Se acercó a la cama y miró como la gatita cerraba sus ojos maullando.— No tengo tiempo para esto, cuando llegue te llevaré a un refugio.— Salió de la habitación y se dirigió a la cocina para tomar un plato y dejarle algo de comer.— No soy experta en gatos, así que come esto.— Le dejó unas cuantas galletas sobre el plato con leche en el suelo y la gatita comenzó a comer.

Sojeong suspiró y tomó sus cosas para salir de la casa.

Cuando por fin llegó a la universidad se encontró con su amiga, Yerin, que apenas llegaba al igual que ella.

—Sojeong, creí que no llegarías, te estuve buscando por todas partes.— La chica llegó y le dio un abrazo.

—Me quedé dormida, ayer fue un día horrible.— Se sentó en la silla y colocó su cabeza sobre la mesa.— Y hoy una gatita apareció en mi cama, llegando a casa la llevaré a un refugio.— Miró a su amiga.

—¿¡Estás loca!?— Le dio un golpe en la cabeza.— No puedes hacer eso, ya te eligió como su compañera, así como mi Sinb me eligió a mi.— Sonrió sacando su celular y mostrándole una foto a su amiga.

Yerin siempre hablaba de ella, pero había omitido el pequeño detalle de que era una chica gato.

—Jamás me contaste que es una chica gato.- Tomó el celular y observó la foto con cuidado.

—¿No? Creí que lo había hecho.— Soltó una risa y le quitó el celular.— Como sea, ella entró a tu casa, así que te haces cargo de ella. ¿Le dejaste algo de comida?— Preguntó sacando sus apuntes.

—Sí, unas galletas con leche.— Se encogió de hombros y recibió otro golpe aún más fuerte por parte de su amiga haciendo que todas las personas del aula las miraran.

—No puedes dejarle eso.— Frunció el ceño enojada con la alta.

—Yo no sabía que dejarle, ni siquiera sabía que estaba ahí.— Se sobó la cabeza.— Y ya no me golpees.

—Lo haré hasta que pienses bien.— Le reclamó y la alta rodó los ojos.

Las clases pasaron rápido y lo único que Sojeong quería era llegar a casa y dormir por tres días o ya no despertar, pero no sería posible porque Yerin la acompañaba para conocer a la gatita.

—Te diré como la debes de cuidar.— Sonrió, la mayor solo rodó los ojos y suspiró abriendo la puerta, entraron a casa y se encontraron con una chica sentada jugando con una pelota pequeña en el sofá.

—¿Quién eres y cómo entraste a mi casa?— La mayor se acercó a ella.

—Soy tu gatita.— Le regaló una sonrisa adorable.— Gracias por las galletas, estaban deliciosas.— Se levantó y le dio un abrazo a la alta.

Ella era baja por lo cual tuvo que ponerse de puntitas para alcanzarla.

—A Sinb le encantará esto.— Se acercó a la chica gato y le acarició la cabeza haciendo que ronroneara.

—Esperen, ¿eres una chica gato? Pero... ¿por qué entraste a mi casa?¼ La mayor estaba realmente confundida.

—No debes de preguntar lo obvio.— Dijo burlona.— Y estoy aquí desde anoche, estaba lloviendo y no tenía un lugar cómodo para cubrirme de la lluvia, vi la ventana abierta de tu habitación y entré, pero no lo notaste.— Bajó la mirada haciendo un puchero.

—Anoche, ahora entiendo los maullidos, creí que estaba soñando.— Se sentó en el sofá.

—¿Cómo te llamas?— Preguntó Yerin con una sonrisa.

—Soy Eunha.— Sonrió cerrando sus ojos haciendo que se viera más tierna de lo que es.— ¿Tú cómo te llamas?

—Soy Yerin y ella es Sojeong, será tu compañera.

—¿En serio?— Se emocionó.— Creí que me llevaría a un refugio.

—No hará eso, no mientras yo viva, ¿cierto, Sojeong?— Se cruzó de brazos mirando como la alta seguía analizando las cosas.

—Está bien.— Sonrió con algo de inseguridad.

Eunha estaba emocionada y abrazó con tanto entusiasmo a su nueva compañera.

—Ahora cómprale un collar con su nombre, comida y ropa nueva, esta está algo desgastada.— Se sentó a una lado de la mayor.

—Lo haré.— Miró a Yerin y ambas chicas le dieron un gran abrazo.— Ahora, pueden soltarme, quiero ir a dormir.— Se quejó y la liberaron del abrazo.

La vida de Sojeong cambiará y tendrá un brillo por esa chica gato que llegó a su vida.

Gatitas y Collares (Wonha) 𝙝𝙮𝙗𝙧𝙞𝙙 𝙖𝙪!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora