-Que bajo haz caído, viejo- dijo Hyo, riéndose y con dos chicas rubias al costado que lo acompañaban- Que te haya golpeado una campirana... A ti, al gran todopoderoso Jay Simmons
Jay no dijo nada pero se le notaba en la mirada que estaba furioso, apoyado en sus nudillos pensando en como vengarse de la chica que lo había humillado de manera pública.
-No es por nada, Hyo- dijo otro chico con el cabello rubio, corto y ondulado y sonriendo con dos hoyuelos- Pero nuestro Jay está en su búsqueda del "yo interior"
Jay despertó de su trance y le lanzó una lata de Pepsi vacía al castaño de hoyuelos.
-Deja de hablar estupideces, Ian- Jay bufó y se acomodó en su asiento, abriendo otra lata de refresco- Esa chica acaba de meter su pie en un hoyo lleno de espinas, no va a salir de ahí aunque me bese todos los anillos que traigo.
Todos miraron al cielo queriendo reírse, pero querían evitar un berrinche de ese chico engreído.
-Hermano- le dijo Ian, sentándose holgadamente al lado de Jay- Tú sabes que no puedes hacerle nada a una mujer, está en tu código.
Jay agarró una botella de vidrio y la estrelló contra el suelo, atrayendo algunas miradas. Las chicas se aferraron a Hyo, pero éste sólo rió.
-A lo mejor tú no puedas hacerle nada- le dijo pasándole una lata de Dr. Pepper y palmeándole el hombro- Pero tú sabes bien quien es capaz de hacerlo por ti. Recuerda bien el asunto: Ella solo está becada, cuelga de un hilo y solo hay alguien capaz de hacer que ella corte ese hilo
Jay lo miró por unos segundos y su expresión cambió de enojo a la típica sonrisa burlona, palmeando también el hombro de su amigo y luego dándole coscorrones amistosos en la cabeza.
-Sabes Hyo- le dijo Jay, tomando la bebida- Eres el oriental más genial que he conocido.
Hyo se lo quedó mirando y sonrió holgadamente, acariciando la mano de una de aquellas chicas.
-En algo tenía que destacarme ¿no?
****
Zoey solo había traído un pan con mermelada y una botella de agua, pero en la cafetería vio todos los manjares que servían y los alumnos que tenían el privilegio de llevarse eso a la boca, pero le parecía un "abuso" gastar mas de 20 dólares en un refrigerio, aunque la palabra "abuso" sólo aplicaba para ella y no para el resto de niños ricos que podían gastar 20 pavos diarios en una comida.
Cuando pasaba al lado de cada persona para poder sentarse todos ponían mala cara y evitaban su presencia. Ella sintió ganas de agarrar la costosa mochila de uno de esos chicos, tirarla al piso y sentarse en esa silla a su costado y preguntarles sobre su día como si nada hubiese pasado. Finalmente, agarró sus deseos, los tiró por la borda y fue a caminar mientras comía su delgado pan pasado.
-Oye- le chilló por detrás una voz femenina- ¿Eres la nueva?
Zoey volteó, habían tres chicas paradas como supermodelos mirándola como si estuviera en un interrogatorio. La primera era rubia con rizos ligeros, la del medio era una rubia lacia con purpurina en el cabello y la última era una morocha aparentemente latina.
-Así es- dijo Zoey, sonriéndoles- Mucho gusto chicas.
Todas se miraron y se rieron al unísono.
-¿Te di permiso para que hables?- le dijo la chica del medio con una paleta de caramelo en la boca.- Dime una cosa ¿Nos conoces de algún lugar?
Zoey frunció el ceño, intentando pensar.
-Sí- dijo de manera inocente, señalando a la chica de la purpurina- Tú eres aquella chica que apareció en un comercial de aquel shampoo con keratina
-Exacto- dijo ella, sonriendo y acomodándose el cabello- Miren chicas, la criada sabe pensar.
Zoey se quedó sorprendida por lo que dijeron, no supo que responder.
-Ya oíste, becada- dijo la morena, acercándose con aire de desdén hacia Zoey, agarrando su sandwich y tirándolo al piso- Aquí nos gusta el respeto hacia los que son mas que tú, en especial cuando alguien se mete con el rey de este lugar.
Gente empezó a sacar sus cámaras y a aglomerarse en aquel lugar.
-Atrévete a golpear de nuevo a Jay Simmons y lo que terminará en el suelo serás tú y no tu comida- le dijo la rubia de rizos pisando el sándwich de Zoey, mientras que los demás se reían.
Zoey pensó bien lo que iba a decir, aguantando la rabia que sentía hacia aquellas muñecas huecas que habían pisado su comida y burlarse sin mas razón que por haber defendido a un chico de un imbécil.
-De acuerdo- respondió Zoey, aguantando los insultos que quería decirles y mirando a todos- Lo tendré en cuenta. Y los que están mirando ya podrán irse porque nada mas va a pasar
Ella se dio media vuelta y caminó hacia su casillero, aguantando las lágrimas de impotencia por lo que le había sucedido y que nadie haya hecho nada. Pero tenía que pisar tierra y darse cuenta que aquellos seres eran intocables y que para salir viva la solución era no meterse a defender a nadie y evitar a esa alimaña de Jay Simmons.
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Los Encantadores Jeckyll & Hyde
Teen Fiction-Simplemente no los entiendo- dijo Zoey, limpiando las mesas- A veces se pone tan raro... -Pero admite que en esa escuela tendrás tantas cosas que contar- le dijo Sharon, riendo- Incluyendo a ese raro bipolar. ...