-Ya le dejamos en claro lo que esa becada no debe hacer- le dijo la chica con el cabello brillante de purpurina- Nadie más te faltará el respeto de esa forma, Jay.
Jay sonrió de manera burlona pensando en lo que la loca de Serena y sus amigas fueron capaces de hacerle a la nueva. Él le mandó una señal con la cabeza a Ian y Hyo. Los tres muchachos se pusieron de pie y cada uno besó la mano de una muchacha
-Gracias, Serena- le dijo Jay, acariciando con el dorso de la mano la mejilla izquiera de la rubia- Siempre puedo contar contigo.
Serena se derritió al ser tocada por el chico mas poderoso del lugar que se desmayó ridiculamente de la impresión.
Sus amigas la jalaron hacia la salida, y cuando se retiraron, los tres amigos se rieron de la estupidez de aquellas chicas.
-¿Ves? Serena es tu perrita faldera mientras que Cat y Mandy son las pulgas, hará lo que sea si se lo ordenas- le dijo Hyo, abriendo una lata de Pepsi- Aunque para ser sincero, aquella becada...
-¿Aquella becada qué?-preguntó Jay, dándole un golpe a Hyo en el hombro- Aquella chica no es mas que un trapo sucio.
Hyo se echó a reír por el comentario de su amigo.
-Me sorprende algo esa chica- dijo Ian, abriendo un caramelo y comiéndolo- No tuvo miedo en defender a Oligay, quizás no tenga grandes tetas o buen culo y sea bajita pero si la maquillas y la peinas bien puede ser clasificada como una chica "7.5"
-"La mona aunque se vista de seda mona se queda"- dijo Hyo, tronando sus dedos- Aunque podría invitarla a salir para ver de lo que esa monería es capaz.
-Nadie tocará a esa mosca- anunció Jay, algo enojado.-Simplemente dejaremos que se quede en su lugar. Son mis amigos, vienen de familias ricas y no dejaremos que se ensucien con esa barriobajera
-Vaya vaya- rió Hyo.
-¿Vaya que?- le respondió con enojo Jay- Seguro ni se baña y al tocarla te manchas los dedos.
-Lástima, tienes razón- respondió Ian- Y eso que la iba a llevar a mi yate el sábado junto a esas chicas rusas que encontré el otro día en ese club nocturno.
-Obviamente para que limpie- habló Hyo, sonriendo- Para eso está la gente como ella.
"Par de imbéciles" pensó Jay, abriendo una lata de Dr. Pepper.
****
Zoey se sentó en las mesas de aquella cafetería, aguantando el hambre y el agotamiento emocional. Podía comprar aunque sea un paquete de galletitas pero apenas tenía para el autobús y los precios de ese lugar estaban mas inflados que un balón de la NBA.
"Mierda..." echó su cabeza en la mesa quedándose adormilada y derrotada, cuando un olor delicioso se le coló en las fosas nasales "Huele a días de fiesta... perdóname pancita"
-Disculpa... - una voz femenina y suave le hizo eco en los oídos, ella levantó la cabeza quitándose el cabello de la cara y el hilo de saliva de su boca- ¿Te molesta que coma aquí?
Lo que ella vio la dejó perpleja, una chica de unos 16 años, rubia con el peinado de una trenza rebelde, de ojos verdes azulados graciosos y sonrisa cálida.
-Yo...- Balbuceó Zoey, al ver a la representación de Venus frente a ella. Se arregló el cabello y no sabía que decir
-Lo tomaré como un sí ¿vale?- dijo riendo suavemente, sentándose cruzando las perfectas piernas que tenía, a comparación de las de Zoey que estaban llenas de cicatrices y algunos moretones por depilarse con rasuradoras baratas y andar siempre cayéndose por atrapar a sus hermanos.- Por aquí por favor.
Entonces empezaron a aparecer meseras bien vestidas que traían fuentes con galletas, té, muffins, helado y sandwiches.
-Siéntete libre de comer lo que quieras- le dijo aquella chica, agarrando una galleta con chispas de chocolate- Me enteré de lo que te hicieron, no pude interferir porque estaba haciendo mis papeleos en la dirección.
Una de las meseras se les acercó y les sirvió té en una adorable tacita de porcelana con flores rosadas.
-No es necesario todo esto, señorita...- dijo Zoey, indecisa y pensando que a lo mejor esa comida era una trampa de aquellos malvados compañeros que estudiaban con ella.
-Me llamo Nevada- la chica le extendió la mano y se la estrechó- Un gusto enorme, Zoey.
Zoey asintió, algo nerviosa. Nevada puso una servilleta blanca de tela en su regazo.
-Regresé ayer de resolver unos asuntos familiares en Suiza-bebía un poco de té de manera muy sofisticada- Cuéntame sobre ti, eres una de las mejores alumnas según me dijo la directora.
-Pues sí- respondió ella, agarrando un muffin con glaseado rosado y con pena de morderlo por el hermoso decorado que tenía.- Aunque es casi un milagro porque tengo 3 trabajos a medio tiempo.
-También me mencionaron que trabajas- dijo ella, mientras que una de las meseras le servía mas té.
Zoey probó el té y se sorprendió del suave sabor que tenía, no era como el té filtrante de bolsa que compraba en el supermercado.
-Se nota que el té es de tu agrado- Nevada sonrió otra vez, y tomó una trufa de coco en forma de flor.- Es té inglés, viajé hace un mes para adquirir mas de este té.
"¿Viajar hasta Inglaterra por té?" Zoey miró el té, que hacía ondas graciosas en la taza.
Se acercó una mujer alta, vestida de traje y con la expresión fría y dura. Se acercó hacia Nevada y le dijo algo al oído.
-¡Maravilloso!- ella se levantó y miró a Zoey- Tengo que retirarme pero come lo que desees, te van a atender. Disculpa por irme.
Zoey asintió sonriendo mientras fingía no tener dolor luego de haberse quemado la lengua al beber el té con prisa. Nevada se retiró apurada pero sin perder la gracia al caminar. Zoey miró la mesa, habían postres de fino acabado por doquier, incluso se preguntaba por qué nadie venía a pedirle un poco, ella no habría tenido problema en convidar al resto. Vio un cupcake con glaseado rosa y se acordó de Tina, ella era fanática de esos pastelitos decorados ridículamente costosos. Luego fijó su vista en unas galletas con chispas de chocolate y se acordó de su hermanito bebé, solía darle una galleta mientras lo bañaba para que no salpicara.
-Podemos envolverle los bocadillos para llevar- le dijo una de las meseras como si le hubiera leído la mente. Ella asintió sonriendo, bebiendo mas té con cuidado esta vez y mordiendo un calzone tibio.
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Los Encantadores Jeckyll & Hyde
Novela Juvenil-Simplemente no los entiendo- dijo Zoey, limpiando las mesas- A veces se pone tan raro... -Pero admite que en esa escuela tendrás tantas cosas que contar- le dijo Sharon, riendo- Incluyendo a ese raro bipolar. ...