Capítulo único

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—Me siento gordo— JaeJoong se paseaba por la pieza. Ordenando la ropa pequeña, listo para que en cualquier momento su hijo llegara al mundo. —Estoy muy gordo— Murmuró al salir del cuarto. Al ver el refrigerador, se acercó a pasos lentos mientras sobaba su panza para calmar al bebé que se movía como si estuviera jugando. Abrió el refrigerador y sonrió al ver el jugo de frutilla en un vaso, era natural y de seguro Yunho, su esposo, se lo había dejado listo —Tan lindo— Suspiró después de saborear tan exquisito néctar —Bebé deja de moverte tanto, duele— Espetó cuando una patada le llegó en el costado.

El vaso que estaba en su mano cayó al piso. Apretó su estómago y se agachó. Un dolor punzante lo desestabilizó. Suspiró temblorosamente mientras se enderezaba o por lo menos lo intentaba ya que el dolor había disminuido un poco. Miro al piso y vio el vidrio roto en mil pedazos, debía buscar algo con lo que limpiar.

Pero no pudo, otra punzada llegó. Se acercó al sillón, sujetándose con fuerza, apretando el apoya-brazos y con ganas de arañarlo al igual que un gato, como si con eso fuera aplacar el dolor. Miró hacia todas partes y no lo encontraba. Su puto celular no estaba y si no aparecía en unos minutos seguramente se volvería loco.

Suspiró con dolor mientras miraba hacia todas partes nuevamente, un gemido de alivio se escapó cuando vio su celular en un mueble, casi escondido de la luz. Se acercó los más rápido que pudo y marcó el número que tenía memorizado, esperando impaciente y dándole rabia el maldito pitido constante.

—Yunho— Dijo apenas el otro hombre en la línea contestó —Duele.

—¿Que duele? ¿Necesitas un masaje de nuevo?

—No, duele. Bebé quiere nacer— Suspiró e intentó sonreír pero el dolor ahora era más punzante y más repetitivo —Yunho, por favor.

—Bebé— Yunho tragó duro —Ven a la clínica, te veré aquí— Lo pensó mejor —¿Puedes venir o debo ir a buscarte?

—Puedo— Tembló —Creo que puedo.

—Te amo, te estare esperando— JaeJoong cortó y tomó el bolso que estaba en una esquina por si esto pasaba. Ahora definitivamente se amaba por ser tan precavido. Suspiró una última vez y tomó la llave para salir de su casa. Ya había llamado un taxi, solo esperaba que no hubiera un taco de proporciones épicas porque no estaba dispuesto a parir en un transporte que estuviera en movimiento y lejos de la esterilización.

***

Yunho estaba en la entrada de la clínica con la bata puesta. Prácticamente se le había olvidado que la traía y sinceramente no le era importante en ese momento. Su JaeJoong en cualquier momento llegaría y él debía estar atento. Por mientras, el colega de Yunho estaba a su lado, intentando calmarlo pero nada resultaba. Yunho prácticamente estaba con los ojos pegados en la puerta corrediza.

—¿Esta lista la sala?

—Si— Yunho no lo miró, solo suspiró con miedo.

—Tranquilizate hombre.

Yunho negó —Estoy calmado, solo creo que debí ir a buscarlo. No debí permitir que viniera solo.

—Tu esposo estará bien, cuando llegue aquí lo notaras. Ahora cálmate y sácate la bata por que eso no te servirá— El amigo y colega de Yunho le sonrió, le golpeó la espalda levemente antes de irse porque lo estaban llamando a su turno.

Yunho se mordió el labio y pasó su mano por su pecho para intentar calmar a su corazón que latía demasiado rápido y no estaba dentro del parámetro normal. Estaba mareado pero nada impediría que viera a su esposo. Se mantendría fuerte por él y por su hijo.

Consecuencia y resultado (YunJae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora