Voces al otro lado de la habitación son las que hacen que me despierte, mis ojos se mantienen cerrados pero estoy consciente.
—¿No es así?—puedo reconocer la voz de Debbie.
—Oh, claro que no—dice una voz femenina—además, debe ser buena chica, ¿cómo dijiste que se llamaba?
—Madison—Debbie comenta—y si, lo es, justo ahora está dormida, pero ya la conocerás.
—Hasta yo estoy ansioso—esta vez es una voz masculina refiriéndose al tema.
Restriego mis ojos en un intento de alejar el sueño de ellos y me levanto de la cama, el piso está helado, incluso puedo sentir mis pies entumecidos.
Me pongo mis pantuflas y me dirijo al baño.
Cuando llego ahí, mi rostro esta terrible, mi cabello parece, ni más ni menos, a un nido de pájaros.
Me lavo la cara, los dientes y arreglo mi cabello intentando lucir algo presentable, si aún hay visita y quieren conocerme, pues al menos debo lucir presentable.
Agradezco al cielo cuando logro acomodar mi cabello en una coleta de caballo y logro que mi rostro no luzca como si hubiera llorado toda una noche.
Suspiro y salgo de la habitación.
—Claramente es innovador—la voz femenina se escucha reír por lo bajo.
Cuando logro tener una vista clara de Debbie, también puedo ver una chica de cabello castaño y liso hasta la cintura, a un lado de ella está un chico, tez blanca, pelo negro, alto, delgado; es lo único que puedo ver.
Conforme voy acercándome me arrepiento de no haberme dado una ducha antes de salir. Ambos lucen impecables, incluso Debbie que está usando unos shorts a la cintura, unas converse blancas y una blusa hasta el ombligo, se ve realmente bien.
—Uh, buenos días—logro especular.
Ellos voltean a verme y la chica suelta una sonrisa, no puedo identificar si es una sonrisa encantadora o burlona, así que solo sonrío con amabilidad hacia ambos.
—Y ella es Madison—Debbie sonríe halándome del brazo hasta acercarme a ella.
—De verdad es un gusto conocerte—la chica dice mostrando su perfecta dentadura—soy Claire.
—Mucho gusto—trato de sonreír y tomo su mano, la cual me ha ofrecido al presentarse.
—Soy Jordan—el chico sonríe y me ofrece su mano, le dedico una sonrisa y tomo su mano.
—Madison, mucho gusto.
—El gusto es mío.
—Maddie—Debbie comenta—Claire es la presidenta estudiantil y Jordan es el fiscal estudiantil, ambos andan velando por la comodidad de los estudiantes.
Sonrío tratando de parecer interesada y realmente agradecida porque estén preocupados por nuestro bienestar.
Al cabo de unos minutos ambos se despiden. Debbie y yo pasamos el resto de la mañana viendo una película, comiendo y riéndonos.
Si hace unos años alguien me habría dicho que hoy estaría aquí, lejos de casa, sintiéndome bien, a salvo y con Debbie, jamás lo habría creído, probablemente me habría reído por tan maravilloso chiste. No niego que cada noche me hago la misma pregunta, ¿que habría pasado si todo aquello hubiera sido real? ¿Que sería de mi ahora? Me genera demasiada ansiedad pensar en eso, pensar en mi futuro, pensar que quizá eso nunca será real, sin embargo, son pensamientos que trato de reprimir.
—Yo abriré— Debbie me dice sacándome de mis pensamientos, yo solo asiento y volteo a la puerta para ver de qué se trata.
—Hola, ¿departamento 214?— una chica pelirroja, bastante seria pregunta en la puerta.
—Sí, es esta— Debbie dice volteándose hacia mi y me hace una mueca.
La chica toma sus maletas y entra, se ve cansada, o quizá solo es muy reservada.
