Capítulo 37

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Desperté al escuchar la alarma de mi celular, la había puesto anoche, aún se me hacía muy temprano pero de seguro era porque aun no me acostumbraba al horario de Londres.
La iba a desactivar pero el brazo de Marcel que rodeaba mi cintura me lo impedía. Anoche estaba algo nerviosa ya que nunca había dormido con un hombre, pero al final terminé aceptando y nos dormimos juntos. Me sentía tan bien en sus brazos, me sentía protegida que al instante me quedé dormida. Ahora estaba tratando de zafarme de su agarre pero parecía que me apretaba más a él.

-Marcel, despierta- lo moví, susurró algo que no entendí pero no logré despertarlo

-Si me das un beso me despierto- me dijo sin abrir sus ojos

-¿Te estabas haciendo el dormido?- reí

-Tal vez- respondió, seguía sin soltarme así que le seguí el juego y lo besé, le di un corto beso.

Finalmente me soltó y se levantó, yo hice lo mismo, nos habíamos tardado mucho ya que la alarma había dejado de sonar, tomé mi celular y vi la hora, eran las 8 de la mañana, fui hacia la ventana que daba vista a la ciudad y estaba nublado, amaba los días así, creo que por eso ya amaba a Londres, casi nunca hacía sol.

-¿Y a donde iremos?- le pregunté a Marcel que se acercaba hacia mi

-Es una sorpresa, lo que si te puedo decir es que iremos a desayunar- tomó mis manos

Después de que me terminé de bañar, se metió Marcel para bañarse también y mientras él se bañaba yo me empecé a arreglar, cepillé mi cabello y me hice una coleta algo alta, acabé y esperé a que Marcel terminara.

Quince minutos después salimos del hotel, pensé que desayunaríamos ahí mismo, pero Marcel dijo que conocía un restaurante donde cocinaban muy bien y quería que probara la comida de ahí.

Llegamos y la verdad no estaba tan lejos del hotel, caminamos unas dos cuadras y entramos.

Marcel me sugirió pedir el típico desayuno inglés, así que le hice caso y lo ordené, él también lo hizo. Nos trajeron nuestro desayuno que consistía en huevos fritos, tocino frito, tomates fritos; al parecer todo estaba frito, jugo de naranja y café. Se veía todo muy rico, pero me parecía mucho, con suerte en las mañanas me tomaba un jugo, café o cereal.

Terminamos y llené demasiado, creo que con todo lo que había comido no me daría hambre hasta la noche.

Marcel pagó la cuenta y salimos del restaurante.

-¿Te gustó?- preguntó cuando salimos

-Si, quedé muy llena- reí- ¿Ya me dirás a donde iremos?- volví a preguntar

-No, pero nos iremos caminando para que lo descubras-

Seguimos caminando hasta pararnos frente al London Eye, que se veía más grande de lo que pensaba.

-Está súper grande- comenté alzando la mirada hacia la gran rueda

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-Está súper grande- comenté alzando la mirada hacia la gran rueda

-Y la vista debe ser incomparable allá arriba- tomó mi mano y me guió hacia la entrada. Estaba muy asombrada, me iba a subir al London Eye y con Marcel.

Entramos a una cabina y junto con nosotros subieron unas 20 personas más, de lejos esto se veía pequeño pero la verdad es que era muy espacioso. Cerraron la cabina y comenzamos a ascender, mientras subíamos la vista iba siendo mejor.

-Wow, esto es hermoso, no puedo creer que estemos aquí juntos en el London Eye- puse mi mano en la mejilla de Marcel

-Te dije que me gustaba sorprenderte- tomó mi mano y la besó- te confieso que nunca había subido aquí, así que es mi primera vez, nuestra primera vez juntos- sonrió y me besó.

El paseo en la rueda, duró treinta minutos, en los que aproveché y tomé algunas fotos de recuerdo.

-¿Te gustó el paseo?- preguntó en cuanto salimos del London Eye

-Me encantó, se veía todo increíble- Sonreí emocionada

-Espero que no estés cansada, porque todavía nos faltan algunos lugares-

-¿Otros?- asintió- ¿Caminaremos otras vez?-

-Un poco, no está tan lejos- tomó mi mano- Vamos-

Caminamos unos metros hasta quedar a la orilla del río Tamésis.

-Vamos- subimos al muelle en donde estaba un barco- Daremos otro paseo- entramos al barco, aún estaba sorprendida por todo lo que estaba haciendo Marcel.

(...)
Eran las 3 de la tarde y ya estábamos en el hotel de nuevo, el viaje en barco duró como una hora, pasamos por debajo del Puente de Londres y otros edificios de la ciudad, todo se veía perfecto, desde arriba en el London Eye y sobre las aguas del río Tamesis. Este era uno de los mejores días de mi vida y todo gracias a mi novio.

-Ahora iremos a mi lugar favorito- se acercó mostrando sus hoyuelos

-¿Ahora si me dirás que lugar es?- alce una ceja con diversión

-Si, iremos a Holmes Chappel- sonrió- mi papá me llamó y dijo que nos estaba esperando, así que nos vamos de Londres-




Marcel, el Nerd de la EscuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora