Silencio (Traducción)

Pasillo

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Yo únicamente juego con los personajes que Jo nos regaló. Y esta vez la historia es de AkashaTheKitty pueden encontrar esta historia en su idioma original en fanfiction con ese nombre.

Aviso: Le mandé mil mensajes a la autora de esta increíble historia pero nunca me respondió, así que me tomé el atrevimiento de simplemente traducirla y subirla porque realmente me encantó esta historia. ESTO NO ES PLAGIO, ya que le estaré dando crédito en cada capítulo. Si en algún momento recibo alguna notificación sobre una queja, me temo que tendré que borrarla. En fin, realmente espero que la disfruten tanto o más que yo. Y AkashaTheKitty, gracias por esta increíble historia.

Disfruten de la lectura como lo he hecho yo traduciendo...

Capítulo II

Draco irrumpió por el pasillo, con su estómago dando vueltas y las palmas de sus manos junto con su frente cubiertas de sudor frío.

No, no podía estar pasando. ¡No debía haber pasado! Pero pasó. Se estremeció y se acercó a una pared para apoyarse en ella, con ojos llorosos. Eso ayudó a su estómago a calmarse un poco, pero ahora tenía una sensación rara. Y eso era decir poco, tenía un sabor muchísimo más raro en la boca y su lengua se sentía como si fuera de pergamino.

Él sorbió por la nariz, siendo precavido mirando hacia los dos lados para checar si alguien lo había visto. Pero claro que nadie lo había visto. Nadie más estaba despierto a esas horas. Con cansancio, movió su varita para quitar toda la evidencia de su vulnerabilidad.

— ¡Scourgify!

Bueno, la evidencia de que podía ser liberado, por así decirlo. Él dudaba de que fuera tan fácil de liberarse de toda la culpa, vergüenza, disgusto y de la deliciosa sensación saciada de ahí abajo. Estaría totalmente condenado si alguien del castillo se enteraba. Nunca lo dejarían vivir después de todas las cosas que había dicho y hecho al pasar de los años. Sería muchísimo peor si su padre se llegaba a enterar, ya que Lucius Malfoy no era conocido por su amor por los muggles o nadie que se conectara con ellos de alguna forma. Diablos, él deseaba que de alguna manera pudiera haberse quedado sin saber él mismo ya que en ese momento estaba a punto de darse a sí mismo un maldito mal momento.

Haberlo hecho con la sangresucia, Hermione Granger, del círculo interno de Potter, no era de ninguna manera aceptable. De hecho, si ellos se enteraban, los haría cuestionarse acerca de su lealtad y de su dedicación, algo que no podía darse el lujo de enfrentar ya que su padre ya los tenía en la desgracia.

Se secó la frente.

Él no había querido que pasara, de verdad que no. Él sólo quería asustarla hasta la médula, quizá hacerla llorar un poco si tenía suerte. Él había tenido la intención de burlarse de ella, irritarla, castigarla por la culpa que ella y sus amigos habían tenido de meter a su padre en Azkaban. No estaba pidiendo mucho, en realidad. Sólo un poquito de venganza hasta que todo estuviera en su lugar y cada quien recibiera lo que merecía.

Pero, claro, todo había resultado contraproducente.

No había pensado en que su piel se iba a sentir tan suave debajo de la suya, que sus curvas estaban escondidas debajo de esa túnica. Él no había esperado que ella peleara tan fuerte antes de que pudiera fastidiarla un poco y mucho menos había esperado excitarse con todos sus movimientos al tratar de liberarse de su agarre. Al contrario, él la había imaginado suplicándole que no la lastimara y ese iba a ser el final de todo. Tonta pequeña sangre sucia, pensando que él haría algo más peligroso que eso. Jamás se arriesgaría a ser expulsado de Hogwarts. Él nunca se hubiera arriesgado. Sólo quería ver a esa pequeña chiquilla sollozando, mostrarle que él era superior.