Cuatro

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Felix

Doy un paseo por París para liberar mi mente. Llevo once horas y cuarenta y tres minutos desde que veo color. Adrien es mi razón para vivir. Nunca pensé que el sería el fuego de mi vida. Mi paleta de colores. Desde que veo sus ojos verdes siento una ligera presión en el pecho. Incluso me veo en el espejo entre cada clase solo por él. Nunca me había importado mi imagen pero con Adrien hago una gran excepción. Su cálida y dócil mano bajo la mía y sus sonrosadas mejillas me recuerdan al amanecer. Primero oscuro y frío y después con un cálido y rozagante brillo. No puedo estudiar sobre el Psicoanálisis por los nervios que me causan el saber tan reveladora nota que le entregué a Adrien al final de clases. Supongo que la gente que te regresa el color es de la que te enamoras. Sin embargo, no puedo terminar con mi agonía, no lo puedo hacer. He sufrido bastante ya con la raza humana y mi vida perecería si Adrien faltase a nuestra cita. Seguro es homofóbico y se está burlando cruelmente de mi nota. Soy un idiota cuando me refiero a las emociones. Hay algo que me impide el decir lo que soy ante el mundo. Por eso el gris fue mi refugio, un tono medio entre la felicidad y la agonía; a pesar que se incline más a la última. ¿Es que me estoy enamorando de Adrien? ¿Vale la pena arriesgar la vida por amor? Desearía que nuestros dos cuerpos al morir se fundiesen en uno y sirvamos para crear solo fertilidad. Su blanca piel es como una nube; aparentemente suave pero sin consistencia o solidez alguna. Al Felix de hace doce horas se le hubiera hecho una ridiculez el pensar que un chico de dieciséis años pondría su mundo de cabeza. Si todo pereciera y quedara Adrien viviría; si Adrien se fuera y tuviera todo a mi lado no lo haría.

Llego a mi departamento y abro la lujosa puerta de madera oscura. Es minimalista pero muy opulento y sofisticado a su modo. Tengo una enorme estantería de tomos que le pertenecieron a mi familia de hace siglos; la mayoría en Inglés. Mi cama es inmensa y los muebles del salón se quedan grandes para una sola persona como yo. ¿Cómo se verá una familia amorosa? Mientras espero a que den las siete, veo por mi ventana a Notre Damme, vivo cerca de ahí. Veo a las palomas volar hacia el anaranjado Sol pintando de negro el rosado cielo. Paso al menos veinte minutos pensando que pasaría si Adrien yo voláramos hacia el mismo cielo. Una ala con la otra. Viendo hacia el Sol; demasiado perfecto para mí. Necesito relajar mi tensión, Adrien me está literalmente volviendo loco. Me desvisto y voy a la tina. Enciendo la llave del agua caliente y me meto. Siento el contacto del agua hirviendo en mi fría piel. Me sumerjo y pienso lo relajante que es estar debajo del agua. Siento el agua brotar por mis poros y me quedo ahí. Me imagino nadando en un río. Como un pez en soldead con aletas hermosas, flotando. En un limbo del más allá. Si tan solo pudiese dejar de respirar y sentirme en la nada el resto de la eternidad sería perfecto. No siento respirar pero no me molesta. Espero el momento. Reacciono.

No. No me iré de este mundo hasta haber conquistado el alma y ser de Adrien. Sería egoísta no pensar en mi paleta de colores. Mi Adrien y de nadie más. Salgo de la bañera y me seco con una suave y blanca toalla. Voy a mi armario y escojo el mismo conjunto que usé en el día con mi corbata, chaleco y camisa de vestir gris y negro. Me arreglo mi cabello perfectamente hacia los lados y del centro hacia atrás. Salgo del departamento y tomo un taxi para llegar a tiempo al Canal. EL estar en un canoa y pasar por el Sien a través de todo París y bajando por puentes se me hace algo muy romántico, en especial si es con Adrien. Lo he preparado todo; he comprado una botella de vino tinto un mantel y la canoa. Incluso le he pagado a un hombre para que la dirija. Nada puede salir mal; El estar recostado con Adrien viendo la luna llena y el atardecer a través de la Torre Eiffel me hace muy feliz. Espero nervioso y me pongo un poco de colonia en el cuello. Llega Adrien a tiempo con una sonrisa plasmada en su rostro y con una caja en su mano. Llega y lo volteó a ver misteriosamente para saludarlo.
–Buenas noches Adrien, espero que estés listo para subir al bote conmigo-, le intento decir con la voz más seductora posible-.
-El clima es cálido y hay luna llena, si tiene el placer de acompañarme en este paseo- Le digo de broma y haciendo una cómica reverencia le doy una rosa de mi bolsillo del chaleco. Adrien se sonroja al descubrir este lado en mí y noto como sus mejillas se encienden a la vivacidad de una estrella fugaz al haber hecho yo esto. Se queda con la boca abierta y observa hacia arriba, pues estoy considerablemente más alto que él. Se le inundan sus verdes pupilas al ver que tengo dibujada una seria y leve sonrisa-.
-Gracias Felix, eres muy considerado pero yo no merezco esto, te haz esforzado mucho para alguien tan inútil como lo soy yo. No valgo la pena. Ten yo te traje esto-Me entrega una caja y la abro. Chocolates-.
-¿Pero qué dices? Eres el ser más increíble y hermoso que conozco. Aunque no lo creas Adrien, eres mi ídolo-.Le dije tomando su cara con mis dos manos-,
-ahora vamos, acompáñame-. Agarrándolo del brazo gentilmente lo ayudé a subir el bote, una vez arriba monté el mantel para sentarnos, la botella, las dos copas y abrí los deliciosos chocolates que me había Adrien regalado, al parecer eran de licor-.
-Estoy en verdad muy agradecido-,volví a hablar yo- aunque no lo creas me hiciste cambiar mi vida. En pequeñas horas que pareciesen segundos tomaste control de mí ser Adrien, gracias a ti puedo volver a ver color, si supieses el dolor que sentía. Me dolía mucho no ser como los demás. Extrañaba sentir algo; tú me ayudaste y es por eso que te admiro tanto. Cambiaste en alegría el desagradable espacio que tomo. Me has hechizado Adrien. Por cierto gracias por los chocolates, se ven exquisitos. ¿ Gustas vino?-. Mientras decía esto el Sol se metió y empezaba a reinar la oscuridad por toda la ciudad. Una enorme luna nació y mil y una estrellas alumbraban el rubio cabello de Adrien y sus verdes ojos-.

Color en lo monocromático (Felix x Adrien) (Yaoi/gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora