En las noches de penumbra,
la luna alumbra
los versos que escribo
por el delirio
de tus ojos celeste.
Tan parecidos a este
poeta que recorre
la caminata
hacia tu garganta.
Sin querer que estorbe
una letra dicha en tu nombre
la cual hya sido mal nombrada
pues tu voz se quedo grabada
al decirmelo en la alambrada.
Pequeña princesa
tu dulce y delicada belleza
es como el de una flor
crecida en la primavera
de mi dulce corazón