Magnolia
Narra: LevyTallé mis somnolientos ojos con las manos, para seguido levantarme con movimientos lentos. Aún tenía sueño y seguía medio dormida.
Me mantuve estática durante unos segundos, sin decir nada o mirar algo.
Luego, lo siguiente que hice fue dirigir mi mirada hacía mis durmientes amigas.Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete... Todas se encuentran aquí, recostadas plácidamente sobre las mant--¡ALTO! ¡Lu-chan! ¡Falta Lu-chan!
Alterada, volví a mirar repetidas veces los lugares; tal vez, el sueño me había jugado una mala pasada y tan sólo eran alucinaciones mías. Pero no fue así, Lu-chan en definitiva no estaba allí.
Tratando de pensar en positivo, me dije a mi misma "Debe estar en el baño" y, con un pasos juguetones, me encaminé hasta el lugar.
"Toc-toc-toc"
Se escuchó, mas nadie respondió.
"Toc-toc-toc-toc"
Repetí aún más el ruido, pero aún seguía sin obtener respuesta alguna.
-¿Lu-chan? -Atiné a preguntar pero, al igual que antes, no se escuchó ninguna respuesta.
Sin pensarlo dos veces abrí la puerta del baño; ¿Y si a Lu-chan le había pasado algo? La situación comenzaba a asustarme.Al entrar, me llevé una gran sorpresa: el baño estaba vacío, no había nadie. Tratando de pensar en positivo, otra vez, pasó por mi cabeza la idea de que tal vez mi rubia amiga estaba cocinando el desalluno para nosotras, pero, al ir a la cocina, sucedió lo mismo; también estaba vacía, no había ni un alma en aquel lugar.
- ¡CHICAAS! ¡LU-CHAN NO ESTÁ, LU-CHAN NO ESTÁ! -Grité exasperada, no pude aguantarlo más. Vi como de a poco mis compañeras se iban levantando.
- ¿Are? -Me miró Mira un tanto dormida y preocupada- ¿Cómo que Lucy no está, Levy?
-Desperté y encontré su cama vacía -Indiqué con mi dedo índice la cama en la que debería estar la maga celestial- ya la busqué por toda la casa, pero no está.-
Erza, quien llevaba observandonos desde que comenzó la conversación, se acercó a paso lento pero preciso a la cama de Lu, levantando de ésta al llegar un pequeño papel- ¿Una despedida? -Preguntó extrañada. Inmediatamente todas nos pusimos detrás de ella para leerlo.
- Lu-chan... ¿Se fue? - Ya estaba poniendo cara de desilusión cuando Erza, tratando de tranquilizarme, coloca una de sus manos sobre mi hombro.- Tranquila, todavía no sabemos muy bien que pasó, no podemos sacar conclusiones, vayamos a hablar con el maestro.
-Pienso lo mismo.
...
Una firme patada de Erza fue lo que abrió las enormes puertas del gremio. Todos, absolutamente todos, voltearon a vernos.
- ¡Maestro! Queremos hablar con usted -Gritó nuestra pelirroja amiga en dirección al anciano.
- Hijas mías... supongo que ya sé para qué vienen, yo también debo hablarles. ATENCIÓN TODOS MOCOSOS...
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Aaaaaaa, perdonen la tardanza y el que sea tan corto, prometo que el próximo será dentro de poco.
Pues nada, era eso ¡Espero que les guste!