La voz del amor (gay)

Capítulo 11: Libertad

Obligadamente por un buen amigo les haré un pequeño comentario antes de comenzar el 11... ¿quién dijo que había matado a Iván? xD! No me maten y no lloren (jajajaja) bueno les dejo comenzar a leer este episodio un poco corto. 

Capítulo 11: Libertad

¿Cuál sería la prueba de amor perfecta? Aquella con la que podría uno decir que es un amor más fuerte que el diamante; algunos creen que es hacer el amor por primera vez y sentirse uno con aquella persona que le hace latir el corazón; otros dicen que es hacer un sacrificio muy importante para ver a aquella persona feliz; mientras que los románticos lectores de cuentos de hadas podrían decir que es un beso puro y lleno de sentimientos; hay quienes aseguran que es ser fiel hasta la muerte… pero ante mis ojos y los de aquella pareja que tenían un hijo estaba el resultado de tantas incógnitas y quien devotamente esperaba noticias que harían que su corazón latiera o se detuviera por completo.

-Todo va a estar bien- dije con una sonrisa; era la frase que él le repitió a Iván después de que Elena le disparara, mientras que esperábamos por una ambulancia y la policía.

-Va a estarlo- dijo mientras soltaba un suspiro pesado- Iván es muy fuerte y no atravesó ningún órgano vital.

-¿Eso te dijeron los médicos?- preguntó su hermano mientras colocaba su cabeza en el hombro de su gemelo- ya decía yo que estas demasiado tranquilo.

-No me quisieron decir nada, me corrieron de ahí en cuanto entré.

-¿Entonces?

-Puedo sentirlo- colocó una mano en su pecho a la altura del corazón- él está bien.

Una sonrisa tranquila se mostró en nuestros rostros, sentíamos una vibra especial venir de él y un sentimiento de envidia inundaba mi ser; se veía tan enamorado y fiel a sus sentimientos a pesar que su ser amado podría haber muerto, me sentía tan vacío… tan diferente… tan mal.

-Marcos… - habló Sergio con tranquilidad- deberías pasar a ver su cuerpo- miré a verlo y agaché la cabeza- quisiera poder acompañarte pero me sentiría un hipócrita si voy.

-Entiendo.

-Debes saber que no tienes la culpa de nada de lo que sucedió. Quizás ella está muerta pero tú no causaste su muerte… deberías verla y checar lo que quiere la procuraduría.

-supongo que llamaron a sus padres- tapé mis ojos con una mano y emití un suspiro ruidoso y lleno de fastidio- no sé como podré ver a sus padres- sentí la mirada de Esmeralda y Saúl sobre mí- ¿cómo decirles que fueron unos malditos? ¿Cómo hablarles sin sentir culpabilidad? Puede que ella eligiera morir pero eso no me quita la responsabilidad que cargo sobre mis hombros de haberla abandonado en ese sitio.

-Nadie iba a saber lo que le hacían.

-Pero la dejé. Puede que sus padres tengan un peso un poco mayor que el mío pero ella confiaba en mí y la abandoné. Aún cuando soltó el arma cuando vio lo que había hecho y se rindió, debí evitar que ella hiciera eso.

-Tú no lo sabías. No tenías idea que ella se tomaría algo así.

-Es cierto, no tenía idea de nada y lo que creía saber era todo mentira. Creí que Elena sólo me quería como un hermano, que Jaska me amaba y… que… viviría feliz con él.

-¿por qué no un poco de confianza en ti mismo?- miré a verlo – sigues sin creer que Jaska te amaba por lo que te dijo ella; confiabas en tus sentimientos y todos nos sabíamos que eran la pareja ideal, se notaban en sus ojos el amor que te tenía.

-Aún así se fue- dije rindiéndome a la idea de haber sido abandonado por él.

Sergio no sabía qué decir, no era su responsabilidad levantarme el ánimo ni ser mi payaso para hacerme reír pero aún así veía de reojo al chico mirar a todas partes en busca de una respuesta que me aliente y me haga sentir bien; su esposo estaba mal y aún así hacía el trabajo doble… de amigo y amigo de su amado.