first letter, z

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A quien la encuentre: 

    Son las tres de la mañana, la noche vuelve a devorarme y las palabras también. No sé quién eres, no sé siquiera si tiraré esto en cuanto termine de escribirlo, pero necesito hacerlo. Estoy hastiado. Cansado. Derrotado. Destrozado. Llámalo odio. Llámalo amor. Ya me da igual. 

     No sé qué hago aquí. Necesitaba salir, supongo. Coger el coche e irme a cualquier sitio a pensar que nadie va a venir a buscarme; a creer que soy libre, cuando en realidad tengo apenas tres horas para introducirme de nuevo en el esquema, en la vida. Mi vida. 

    Llegué hace seis. Horas, quiero decir. Ojalá fuesen días. Quizá por eso no sea capaz de escribir frases largas. Quizá no valga siquiera para esto. Quién sabe. Nunca me fié de las colecciones de cuentos adaptados. Si vas a cometer la pedantería de leerle cuentos de Oscar Wilde a tu hijo, joder, al menos léeselos bien. 

   Divago. Soy Tolstói, soy Bukowski, soy nadie y soy todo el mundo metido en una habitación de un hotel en medio de nada, en medio de todo. Soy escritos y soy las hojas en blanco. ¿Quién puede negarlo? No conoces mi cara. No conoces mi voz. No conoces mis manos: sólo mi letra, mi letra ilegible, esa que nunca fue capaz de ajustarse a las líneas cuando nos enseñaban a escribir en cursiva. El primer fracaso siempre es el que más marca, ¿no? 

     Quién sabe. Incógnitas, equis sin despejar, abandonadas en cualquier cajón, en los cajones de la habitación 314. Viajes sin destino. A mitad. Como todos nosotros. 

    No sé quién eres. No sé si me lees. Responde. No respondas. Quema la carta. Imprímela en una pancarta y cuélgalo en todos los pueblos en los que acaba la carretera en la que se encuentra este cuarto. Ríete de mí, de lo absurdos que podemos llegar a ser los humanos. Tírala. Guárdala como recuerdo de las curiosidades que puedes encontrarte en mitad de la nada. Véndelo por eBay a dos dólares; pero, por favor, no la dejes aquí. Si la encuentras, no la dejes en su sitio. No nací para quedarme en un mismo lugar. 


                                                                                                                                  Z. 

room 314Donde viven las historias. Descúbrelo ahora