—Harry, basta ya de rabietas iras a la escuela y punto final, lo que le hiciste a tu tutor personal es imperdonable, ¿Cómo se te ocurre morderle la mano?, por dios estuviste a punto de romper una de las reglas. —dijo Anne eufórica, caminando por la habitación mientras el chico escuchaba indiferente las palabras de su madre. ¿Qué quería que hiciera aún era un vampiro adolecente y…—Ya tienes 317 años jovencito, tu comportamiento es inaceptable, de castigo convivirás con los humanos por lo que te resta de este año. —Harry miro a su madre asustado
—No puedes obligarme, que piensas, ¿Qué aceptare que me mandes a un campo de concentración de sudor humanos, niños y adolescentes insoportables como lo son? Ja, en tus sueños, madre —contesto el muchacho.
—¡HARRY EDWARD STYLES COX! —exclamo Anne, aunque ya era demasiado tarde, el chico había desaparecido de improvisto…¿Porque él?, sus hermanos mayores, Gemma y Josh, eran casi alucinando a la perfección, ¿y el que?, nada, la basura de la familia, el primo raro, el hijo rebelde, el nieto olvidado y el sobrino apartado. Genial. Sinceramente ya a Harry no le importaba estaba perfectamente adaptado a su estilo de vida egocéntrico y libre de humanos, y ahora por un simple impulso hacia su maldito profesor, provoco que todo se fuera por la borda.
—Diablos. —musito el muchacho. Se hallaba sentado en su tejado, maldiciendo a su descendencia. Está bien. Había que admitirlo, ser vampiro no es fácil, muchas veces deseo ser un inferior humano. Lo que Harry lograba notar era con la simplicidad que llevaban las cosas, no tenían que preocuparse por mucho, eran…felices a pesar de ser…pues…humanos. Sin embargo, algo le llamo la atención, algo que no estaba antes de su llegada, no podía estar pasando.
—¡____ pásame la caja de la vajilla con mucho cuidado! —dijo una madura voz de una señora quizá de unos 40 con varias cajas en los brazos. Estaban aparentemente mudándose frente a su casa. Por el otro lado estaba el camión de mudanza, detrás del camión salió una chica con otra caja, la mujer ya había entrado a los aposentos y bueno, la chica tenía problemas con la caja.
—¡No! —grito, al momento toda la vajilla estaba repartida en la calle, la mueca de preocupación de la chica le causo gracia a Harry, era esbelta cabello largo castaño con puntas claras, tenía un muy bello rostro adornado con una boca pequeña y aparentes pequitas regadas en sus mejillas. Los ojos enormes cafés llenos de preocupación, hicieron soltar una carcajada al chico. —¿Quién anda ahí? —dijo la voz de la tal “___”, Harry sin pensárselo dos veces salto hasta el patio trasero.
—Rayos.—maldijo Harry al encontrarse a la persona menos deseada en este momento.
—¿Más problemas hijo? —dijo la coloquial voz de su madre. Odiaba cuando le hablaba así, todo el tiempo le presumía en la cara que trabajo en el gran castillo de Gutenberg con la condesa Ghana en 1256 ¿A quién demonios le importaba?, pues a Harry no. Entro decidido por la puerta y se dirigió hasta su habitación, solo tenía cama para aparentar que “si dormía” cuando lo visitaba Liam, bueno, pues era el único humano a quien no despreciaba, y sabía que aunque hubiera tenido unos 67 mejores amigos en toda su vida, Liam era el mejor sin duda alguna, quizá la única parte buena de tener que ir a la escuela, seria pasar más tiempo con él. Y además había que admitirlo, no llovían las chicas vampiro por esta zona…pero si las humanas... ¿no?
* * *
_____ escucho un sonido proveniente del cielo, ahora no le importaba, pudo ser un animal. Por lo que estaba a punto de llorar, era lo que había hecho.
—Oh por dios, mama me matara viva, ¡quebré toda la vajilla! —exclamo la chica desesperada, comenzó a juntar pedazos de platos y vasos quebrados, Harry la miraba desde su ventana. ¿Por qué no ayudarla?, el acto bueno del siglo estaba frente a él.
—¿Te ayudo? —dijo una profunda voz masculina frente a ____, la chica levanto la cabeza para encontrarse con un chico jodidamente guapo, cabello castaño y ojos extremadamente verdes, todo él estaba pálido y con cierta obscuridad a su alrededor, eran como las 12:00 del día y traía bufanda, chaqueta y camiseta con manga larga. Pero a ____ ahora no le interesaba sentarse a conversar, estaba en un gran aprieto…
—Si, por favor, no sabes lo tonta que he sido al dejar caer la caja y…—no termino de hablar y Harry con toda la frialdad del mundo comenzó a juntar pedazos, él tenía la caja en sus manos, levanto sus dedos sobre ella y los pedazos de vidrio roto que habían dentro, dejándolos así como el primer día en que salieron a la venta.
—Han sobrevivido algunos platos. —dijo secamente, no quería representar amabilidad alguna ante un humano. La chica tomo la caja y asombrada, abrió los ojos como platos, levanto la cabeza y el extraño chico ya no estaba frente a ella, ____ se quedó sin habla, hubiera podido jurar que la caja estaba vacía. Sonrió y murmuro un pequeño gracias al viento antes de entrar a la casa. Harry desde su ventana también, después de mucho tiempo logro curvar su dentadura blanca y vampírica en una silenciosa sonrisa de medio lado.
-Un gusto…____
* * *
____despertó sobresaltada con el molesto sonido del despertador, estaba exhausta ayer a su madre se le ocurrió quedarse hablando con su amiga por teléfono toda la noche, así que a ella le toco desempacar la mayoría de las cosas. Al menos hubiera esperado unos cuatro días para esperar la escuela, pero su querida madre era bastante insistente con los estudios. Aún recuerda sus años pasados de instituto, gafas, frenos, inseguridad y bulling…una vida aterradora sin duda, ahora, ha preferido usar lentillas, el doctor a permitido que desechara los frenos ya que no los necesita más, y bueno, se acaba de trasladar de escuela, así que no mas bulling ni inseguridad para ____ Stevens…o al menos eso quiere.
—¡Linda! —grito su madre—¡despierta a tus hermanos por mí, estoy haciendo desayuno. —la chica se llevó las manos a la cara…
—Bueno, hora de despertar a las bestias…—susurro, se levantó de su cómodo lecho y se dirigió a la habitación de los gemelos, Jimm y Jack, los terrores del universo, solo tenían 11 y ya habían mandado al hospital a 15 personas, incluyendo maestros, con sus bromas, habían roto exactamente 80 adornos en su vida y habían asesinado a unos 500 insectos por año…están un poco locos…solo un poco.
_____ abrió la puerta con cuidado, los dos dormían como ángeles mostrando tan solo sus cabelleras negras al lado de sus cobijas, lástima que eran demonios encarnados…
—¿Jimmy?, ¿Jacky? —dijo con temor, ya su habitación recién “habitada” por las bestias estaba hecha un completo asco, camino con cuidado pero fue demasiado tarde para tomar la delicadeza como una opción, al avanzar tropezó con un hilo de plástico que cruzaba la habitación lado a lado, le hilo con la fuerza de ____ volteo una polea roja de control remoto, luego con una rosquilla sobre un carrito comenzó a andar sobre el hilo hasta rosar un pequeño enchúfele que separaba una cubeta de mostaza del suelo, pero en este caso, le cayó encima a la desdichada de _____.
—¡¡¡MAMA!!!