Otra vez París

675 51 13
                                    

 — Aaaah ~ — Bostezó Marin, tapándose la boca y pasando luego su mano derecha por el flequillo, un poco confuso. Su pelo negrizo estaba todo revuelto, había dormido fatal y, desde luego, no quería volver a las clases. 

Marin es un chico normal, como otro cualquiera; de complexión bastante delgada, pelo corto negro con reflejos azules y muy risueño. Siempre llevaba un pendiente negro en el lóbulo izquierdo, lo cual no siempre provocaba reacciones muy agradables para él.

Siendo tan despistado como era, no resultaba extraño que se hubiese despertado tarde, pero ese día era importante: Hoy era el principio del fin, el primer día del último curso. Por fin iba a acabar el instituto. Por fin.

 — Pero, ¿y luego qué? — Esa era la pregunta más recurrente que pasaba por la cabeza de Marin cuando se paraba a pensar en el instituto y volver a pensar en ello le provocó un poco de ansiedad. 

Miró el móvil — Ugh— soltó, ya iba siendo tarde. Echó las sábanas hacia atrás para salir finalmente de la cama y se tropezó con ellas — Cómo no, ¿eh?  Tengo que darme prisa si quiero empezar esta vez con buen pie. — Se dijo para sí mismo. — Este año irá bien, verás. — Trataba de autoconvencerse, pero como siempre, nada era seguro.

Bajó de su cuarto a toda prisa, trotando por los escalones, esta vez cuidándose de no tropezarse. — ¡Como sigas en este plan vas a acabar llegando tarde todos los días, Marin! — Dijo una voz que provenía de la cocina. Se trataba de Sabine, la madre de Marin, una mujer bajita de proveniencia China.  

 — ¿No estás feliz de haber vuelto a París? — Le preguntó mientras saludaba con un beso en la mejilla a su hijo, medio dormido.  

 — Todo lo que tenga que ver con vacaciones no me vendría mal ahora — bromeó él mientras cogía una tostada de la isla de la cocina. 

Sabine sonrió amablemente — No te acostumbres a despertarte y tener el desayuno preparado, ya sabes que tienes que levantarte más temprano. 

Marin asintió mientras engullía el último pico de la tostada. — Me voy. — Se acercó a su madre agachándose para que ésta le diera un beso en la mejilla. 

  — ¡La mochila! — 

  — ¿Cómo puedo ser tan olvidadizo? —Pensó mientras se acercó al sillón a cogerla, y levemente sonrió a su madre levantando la mano dispuesto a bajar las escaleras hasta la entrada de la panadería. —Adiós papá —Dijo alzando la mano mientras se acercaba hasta la puerta para salir por fin.

En frente del semáforo de la panadería estaban esperándole su mejor amigo, el cual estaba un tanto despistado también. 

  — ¡Hey Nathaniel! —Chilló Marin, y éste dejó entrever sus ojos turquesa entre todo ese pelo rojizo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 04, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Yo no soy así {Miraculous Ladybug AU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora