Mi primer amor / Camren

Capítulo 7/La Plofesola

Lauren paso el fin de semana con Dinah en el hospital, sus padres la llevaron también el domingo, hablaron de muchas cosas que a las dos les gustaban y aunque eran personas totalmente diferentes sus risas las unían cuando hacían tonterías.

El lunes Dinah llegó a clases acompañada de su madre, su mano aún tenía  el yeso que le colocaron en el hospital, según los doctores el yeso se quedaría en su mano por un poco más de un mes.

La madre de Dinah se acercó a Camila, ella no podía soportar que a su pequeña le hicieran daño pero sobre todo que esta actitud se tornara aún mas violenta con otros niños, así que se sentó al lado de Camila  y en un corto dialogo le dejo claro que la violencia solo logra malas cosas en la vida, que ella debería buscar algo que la hiciera mas feliz, como bailar, cantar, escribir. Pero Camila lo único que le respondió fue que era su culpa por no poner cuidado.

En el fondo Camila se sentía culpable, inclusive el fin de semana algunas lagrimas rodaron por sus mejillas al recordar como Dinah lloraba, al ver a la preciosa profesora Ariana cargándola rumbo a la enfermería, Camila quería disculparse con Dinah pero ahora que su amistad estaba con Lauren ella solo se sentía mas sola y traicionada y ahora que estaba mas sola  seguro iba a realizar muchas travesuras para que todos los niños lloraran aún más.  

Camila había sufrido muchas cosas en su niñez, ella no comprendía como funcionaba el amor,  tenia una historia realmente triste...

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Lauren pensó que lo mejor que podía regalarle a Dinah era su amistad, así que decidió protegerla mientras ese yeso estuviera en su mano  porque Dinah no podía escribir, ni podía lavarse los dientes, tampoco podía hacer muchas cosas que todos los niños hacían normalmente con sus dos manos.

De igual manera sus padres la llevaban a clases para que estuviera presente y Lauren se comprometió  a ir a su casa después de clases para ayudarle con las tareas.

Camila estuvo todo el día muy distante, no le dirigió la palabra a Dinah, pero en su mirada había algo de tristeza, una tristeza llamada culpa.

-Lauren dientes de conejo, mira!- Dijo Camila sacando su lengua 

-¿Que quieles?- Respondió Lauren

- Nada- Dijo de nuevo una Camila un poco apenada, se fue a la mitad del patio y busco en sus bolsillos algo para comer, después de una larga búsqueda Camila no encontró nada que su estomago hambriento pudiese obtener, ella tenía una vida difícil, en casa no había mucha comida, la poca que tenían  por lo general se la daban a Sofía su hermana menor, ese día fue como otros de tantos Camila solo podía atemorizar algún niño para obtener algo de comida, ella no le diría a nadie lo que sucedía, solo iba a conseguir algo para calmar el dolor que sentía en su estomago.

Camila Se dirigió hacia Harry que se encontraba jugando con algunas muñecas, Harry llevaba de comer muchas cosas que por lo general compartía con compañeros que quería, su madre lo consentía mucho pero el era un chico bastante agradable,  muy amistoso y casi siempre con una gran sonrisa en su rostro.

-Dame tu comida- Le dijo Camila en tono amenazante

-No lo haré... Respondió Harry mirándola despectivamente, ni siquiera me dijiste "por favor", sin las palabras mágicas no hay trato

Camila en medio del hambre no tuvo otra opción que decirle al pequeño Harry que por favor le regalara algo de su  comida.
Se dispuso a comer aquel pedazo de fruta amarilla que Harry le regaló, su estómago sintió un pequeño alivio, ella pudo sentir un poco de paz en medio del caos que sucedía en su cabeza y en vida.

Su familia pasaba problemas económicos, no tenían suficiente tiempo para ella y su hermanita porque todo el tiempo sus padres lo dedicaban en sus trabajos mal remunerados, los inmigrantes en sus país realmente no eran ciudadanos bien pagos,  sus padres habían cruzado la frontera en busca de un mejor futuro, de una nueva oportunidad, pero realmente sólo se encontraban todo el día trabajando para sobrevivir,  esto lo hacían con mucho amor porque no había guerra, vivían sin comida pero vivían en paz.

Camila recordó algunas historias que sus padres le contaron sobre su ciudad natal, sobre el pueblo dónde crecieron sus padres, allá había mucho amor en las familias, pero la guerra entre algunas personas hacia todo muy difícil, inclusive se mataban entre ellos...

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La profesora Ariana estuvo observando aquella escena en la distancia, notó que Camila sólo era agresiva para ocultar sus emociones, que había un problema con ella y que necesitaba llevarle comida, ningún niño de su clase debería estar preocupado por lo que iba a comer, alguien tan pequeño sólo debería preocuparse por aprender y jugar...

-  Plofesola esta bien?, preguntó Lauren sacando a la profesora Ariana de su pensamiento

-Si, creo que estoy bien- pensó por un segundo

-Lauren te importaría ayudarme con algo?- le dijo la profesora Ariana

Así que un nuevo plan estaba en marcha, quizás había esperanza y felicidad para todos...