CAPÍTULO 27

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POV OGGETTO 007 (ANNABEL ANTHÓN)

~¡No puedes castigarme por culpa de el padre!, -Lo amas tanto Anael que seguramente lo apoyaras ahora llévensela- mis ojos se llenaron de lágrimas mientras dos luces cegadoras cubrían mis ojos empujándome al vació.~

Cuando por fin recobre el conocimiento estaba acostada boca abajo en el laboratorio mi espalda ardía como si me hubieran prendido fuego, tenía tanto tiempo que no me pasaba esto que las mismas lagrimas salían de mi sin pedir permiso.

-Annabel ya estas despierta-

Voltee a ver cuándo mi corazón empezaba a latir fuerte y vi a un hombre bello de ojos azules.

-Zeth...- se acercó a mi tan rápido como sus pies les permitieron y tomo mi mano acariciando con tu pulgar mi dorso.

-No digas nada si te duele tanto no hagas esfuerzo- Él lo sabe y seguramente las vio.

-Las viste Zeth-

-Estaba tan preocupado por ti que Kenvry me las mostro para que yo pudiera calmarme- aleje mi mano de su agarre y deje de mirarlo porque se enamoraría el de alguien como yo.

-No me toques Zeth no soy para nada normal-

-No me importa si no eres normal, no me interesa tampoco que tu piel no sea perfecta- el levanto mi brazo donde la cicatriz ya había sanado y beso sobre de ella.

-Tu siempre serás perfecta para mí no importa cuántas cicatrices tengas yo amare cada una de ellas- Las lágrimas se acumulaban más en mis ojos mientras que lo veía y de nuevo aleje mi brazo de él.

-Cómo puedes decir que vas a querer cada una de mis cicatrices como puedes seguir aquí viéndome de la misma manera cuando no soy igual que tú no soy ni si quiera como todos los demás no tengo ningún poder sobrenatural o algún don, ni si quiera se quién soy si no es por mi nombre no sabría quien soy y sabes que es lo peor que siento que nada en mi vida tiene sentido si no es porque tu apareciste ese día en el Salón principal, ya no puedo más Zeth he tenido imágenes en mi cabeza que no sé qué significan no sé si son recuerdos o simplemente es mi imaginación tonta pero han empeorado desde que tú apareciste en mi vida-

Su semblante decayó como si hubiera dicho realmente algo malo.

-Yo no sabía que te estaba haciendo daño pero si es así te pido que me perdones, Annabel yo no quiero hacerte daño jamás quisiera eso, es más te prometo por esto tan real que siento por ti que si alguna vez te hago daño jamás me lo perdonare y terminare alejándome de tu vida para siempre-

-Zeth... yo... pero ese magnífico hombre no permitió que dijera ni una sola palabra con sus labios callo todo lo malo que sentía besándome tan cuidadosamente procurando que no me lastimara más de lo que ya estaba.

El beso se fue prolongando y profundizándose hasta que sentí como subía sus manos por mi espalda haciendo que me sentara sobre la mesa antes de que tocara mis cicatrices.

-Lo siento no quiero presionarte-

-Es solo que no deseo las toquen o vean me siento incomoda-

La puerta se abrió y entro Kenvry dejando una jeringa en su escritorio.

-Qué bueno Ann ya despertaste, ¿Cómo te sientes?-

-Adolorida y un poco mareada-

-Si me imagino creo que es porque no haz comido y el desmayo porque no van al pueblo y desayunan algo en fin que las lunas de miel se acaban hoy.

Mire desconcertada a Kenvry no sabía a qué se refería.

-No te preocupes Annabel todo irá bien ahora vayan a desayunar-

Me levante con dificultad y me tome del hombre de Zeth mientras que el me sujetaba fuerte.

-Vamos mi princesa-

Sonreí aunque ese sueño antes de despertar me llenaba de curiosidad no sé nada de mi aparte de mi nombre y se quién puede ayudarme.

Caminamos afuera de la mansión hasta que Zeth me cargo en su espalda de caballito como él me dijo y el corría por la arena hasta que nos caímos y por fin salimos al pueblo.

-Bien entonces que desayunaremos señorita Annabel-

-No sé qué te parece si vamos con Sol así te la presento-

-De acuerdo pero te seguir cargando- Sonreí tan ampliamente y abrace a Zeth por el cuello aspirando toda su fragancia.

POV. ZETH FONTS

Camine cargando a Annabel no más de 20 minutos hasta que llegamos a una linda cabaña donde la mujer que me había encontrado en el pueblo, baje de mis hombros a Ann y ella salió corriendo a abrazarla.

-¡SOL!- ella la envolvió en sus brazos y cuando me miro me abrió sus brazos.

-Que tengo derecho de conocer a mi yerno- Me reí pero también me acerque a abrazar aquella mujer que olía a hierbas pero no sabía cuales en exactitud.

-Los esperaba para desayunar por cierto hijo como dices que te llamas-

-Zeth señora- Ella nos dio paso a una pequeña caballa donde todo lo de adentro parecía una casa normal.

-Así cierto Zeth me han contado mucho de ti- Voltee en busca de Annabel pero ella estaba sentada en un taburete comiendo helado.

-Ah no fui yo-

-No tiene que ser alguien de carne y hueso para que me cuenten cosas de ti Zeth por cierto te agradezco que siempre cuides de Annabel-

La mire un poco raro pero preferí no decir nada mientras que esta rara y misteriosa mujer decía aunque debo reconocerlo es bastante amigable y muy buena cocinera nos dio un platillo un tanto extraño pero con muy buen sabor.

-Cocina muy rico señora-

-Oh corazón solo dime Sol además me alegro que te guste creen que puedan hacerme el favor de llevarme de comer a unos chicos del Hotel-

-Si claro señora- ella me miro como diciendo que te acabo de decir y sonreí -Lo siento que diga Sol- Annabel seguí lamiendo una cuchara con más helado y es que como no hacerlo si cuando me dio yo también quería pegarme a ese bola de helado.

Al poco tiempo salimos de la casa con dos platos de comida que parecía carne empanizada y un poco de ensalada mientras que nos veníamos empujando con la cadera.

Y cuando vi el Hotel a lo lejos sentí algo que rara vez me pasa solo cuando llegaba a casa pero seguí jugando con Ann mientras que ella se acercó a morder mi hombro.

-¡Oye!- ella comenzó a reírse tan sutil como lo hace y cuando por fin estábamos en la puerta del hotel ella tomo los dos platos y me pidió esperarla en lo que ella iba a dejarlos.

La espera realmente siempre me desesperaba así que encontré una piedra en la puerta y comencé a jugar con ella cuando de pronto la puerta del hotel se abrió y mi sonrisa era grande cuando a quien vi saliendo era a mi madre y hermana.

-¡ZETH HIJO!- los brazos de mi madre se enredaron en mi cuello y sus labios en mi mejilla mientras que mi hermana sujetaba el sombrero café de playa que le había regalado.

-¿Qué hacen aquí?- mi hermana se cruzó de brazos y reventó la bomba de chicle que tenía en los labios.

-Hola pequeño hermano nos da gusto verte sobre todo el recibimiento tan cordial que nos das- se empezó a reír y me acerque a mi hermana viendo sus ojos verdes y de pronto la jale de su cadera abrazándola y dándole vueltas.

-¡basta Zeth! me mareare-

-Eso es lo de menos, me alegro verlas pero realmente ¿Qué hacen aquí?-

-Pues mi madre se ganó unos boletos súper lujosos en su trabajo y henos aquí-

Mi madre se acercó a limpiar el labial de mi mejilla y de pronto la puerta se abrió dejando ver a la chica más linda.

-Annabel- Sentí la mirada confusa de mi madre y vi el gesto de mi hermana cuando su boca descendió dejando ver una gran O.



OGGETTO (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora