Falacias

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Me dirigí a mi habitación ya que Erwin me había dejado a medio camino, entre y me fui hacia la terraza para escuchar a los minutos unos golpecitos en la puerta, entonces una maid entro a mi cuarto y deposito una bandeja en una de las mesitas, despidiéndose con una reverencia se fue. Cuando por fin estuve solo, no pude no pensar en Eren -¿Cómo era posible que siendo Eren un alpha no puede oler mis feromonas? aun cuando todos los demás la notaron ¿Será que ya tiene pareja? o tal vez ¿Sera porque tome una sobredosis de los supresores? pero, si Eren no me pudo oler como es que todos en la casa si pudieron, hasta Erwin me dijo que estaba desprendiendo feromonas-.

No lograba entender porque sentía esta opresión en mi pecho, sentía que desfallecía, como era que un simple mocoso con sonrisa de idiota podía provocar esta incertidumbre en mí. Necesitaba volver a ver a Eren, quería verlo pero... ¿Por qué?

- Debo de dejar de pensar tantas tonterías -

Cansado me metí a bañar intentando quitarme el pequeño toque de Eren en mi mano, al salir me dispuse a comer rápido para luego acostarme a dormir.

A la mañana siguiente me desperté, aun con cansancio me baje de la cama, ya que yo media patéticamente 1.60cm apuras penas estando sentado a la cama mis pies topaban el suelo, abrí las ventanas para apreciar el paisaje era hermoso había el color azul del mar por todos lados, a los segundos me tocaron la puerta, en seguida entro otra maid.

- Buenos días, Señor Levi -haciéndome una reverencia- Mi nombre es Petra seré su sirvienta personal desde ahora -

- Buenos días -

- ¿Desea que le prepare el baño? -

- No -

- El amo Erwin lo está esperando abajo para comer -

- Ya bajare -le contesto pero la mujer seguía sin moverse de la puerta.

- Permítame ayudarlo a vestirse -

- Ok -en casa también teníamos sirvientes que lo hacían todo por nosotros, así que no me pareció extraño que ella se ofreciera a vestirme.

Termine bajando guiado por petra hasta donde esta Erwin.

- Buenas días, Levi -

- Buenos días -

- Desde hoy viviremos juntos, por lo que quisiera que me llamaras más familiarmente, solo dime Erwin -

- Erwin -

Me sonrió- Bueno Mike trae ya la comida -le dijo al mayordomo que estaba atrás de él, este solo hizo una seña y empezaron a llegar los platos.

En medio del desayuno Erwin tuvo una llamada telefónica, por lo que pude escuchar las cosas se habían complicado en un negocio y que mucho dinero está en riesgo, cuando termino de hablar me pidió disculpas, al parecer es un gran negocio y el mismo ira en persona a terminarlo, dijo que tardaría un 1 mes a lo mucho y que lamentaba dejarme así, que yo era prácticamente su esposo y disponía de toda la autoridad en toda la casa, así que ni siquiera termino su plato y se acerco a mí para depositarme un beso en la frente, cosa que no le negué pero no puedo ocultar que si me sorprendió; otra cosa que note es que su mayordomo se fue con él, creo que es también su secretario.

- Gracias por la comida -agradecí antes de levantarme de la mesa.

- Señor ¿desea otra cosa? -

- No, petra gracias, cuando necesite algo te buscare -no quería tener a un sirviente detrás de mí todo el día.

Como la mansión era excesivamente grande, no quería perder mi tiempo conociendo las demás habitaciones así que me dispuse a dirigirme a la biblioteca, que ya ayer había conocido. Al entrar me maraville jamás había visto una biblioteca tan completa, ni siquiera la que teníamos en casa, me dispuse a buscar algún libro interesante en la infinidad de los pasillos hasta que note que al norte de la biblioteca se encontraba una pequeña sala de estar, se miraba acogedora, perfecta para sentarse y leer un libro por horas, me empecé a acerca cuando alguien dijo.

EfimeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora