Acme

973 64 37
                                    


Seguía encerrado en la maldita habitación mientras mi celo continuaba haciendo destrozos en mi cuerpo, pero mis manos ya no podían más. –Maldición... y todo esto me pasa por haber salido de mi estúpida cabaña-. Las horas pasaban y aun que el celo aún seguía presente en su máximo apogeo sentía que podía controlarlo un poco mejor. Necesitaba con urgencia regresar a la cabaña ya que ahí estaban mis inhibidores y llevaba más de 1 día sin comer nada ni beber, si seguía así iba a desfallecer. Solo cerré mis ojos de nuevo por unos segundo y cuando los abrí estaba en un pasillo largo y lúgubre, el cual solo era iluminado por unas cuantas lámparas que con luz intermitente alumbraban el pasillo; empecé a caminar hasta que en una región de la pared había una gran ''D'' la cual estaba como nombrando el lugar (-¿Dónde diablos estoy?-) seguí caminando hasta la bifurcación del pasillo (–Y... ¿A dónde voy?-)

Luego la voz que me ha estado atormentando volvió a parecer pero hoy podía visualizar a alguien del otro lado del pasillo el cual estaba apoyado en la puerta al final de este, como evitando que nadie entrase así –Ven-. Justo en ese momento las luces del pasillo por donde acababa de venir empezaron a explotar, una por una, llenando de oscuridad el pasillo. Antes que la última se apagase, intente correr hacia la persona de la puerta pero mi cuerpo estaba pesado, como si no obedeciera mis instrucciones, luchaba por correr pero no avanzaba nada, hasta que la última luz se reventó haciendo que despertara bruscamente , mire a mi alrededor y seguía en la misma habitación atrapado, suspire intentado relajarme.

Con mucho esfuerzo me levante del pegajoso sofá y me dirigía hacia la puerta que intente abrir pero se encontraba trabada como con una silla por el lado de afuera– maldición...- empecé a buscar entre las gavetas y los muebles a ver si encontraba algo para usar de ancla y abrir la puerta pero nada... - a este paso, moriré de inanición- el lugar era relativamente grande, tenia un área con una mesa y sillas y más al fondo un lugar como de estudio. Luego de otro buen rato me había cansado, mi celo seguía mojando mis piernas y mi estado general no era el mejor que digamos, por lo que me volví a sentar en el (ya seco) sofá.

-Los estúpidos se les olvido que tengo que comer...-

No había terminado de formar la frase cuando escuche como alguien andaba caminando por el pasillo de afuera mientras silbaba alegremente. Era mi oportunidad de salir de aquí. –Alto! ¿Y si es un alpha? ¿Y se vuelve loco con mis feromonas?-. No sabía que era peor si la posibilidad de ser violado o morir encerrado. Mi cerebro no lo pensó mucho cuando mi estómago gruño, sumándole lo débil que me sentía por mi actual estado de celo, así que sin seguir meditando le grite a la persona de afuera.

- ¡¡Hey!! ¿Hay alguien afuera?, Por favor! Estoy atrapado –Grite unas cuentas veces mientras golpeaba fuertemente la puerta con las esperanza que lograr ser escuchado y que la persona de afuera me abriera la puerta- Por favor!! S-sácame de aquí... -

- ¿Levi? – Esa voz la podía reconocer donde fuera.

- Eren! Por favor sácame de aquí! –

Le grite nuevamente desde atrás de la puerta. Acto seguido se escuchaba como movían algunas cosas y a los segundos la gran sonrisa de Eren se asomó por la puerta. Al verlo sentí como una gran corriente eléctrica atravesara toda mi columna y ocasionara que prácticamente me arrodillara en al suelo.

- ¿Cómo es que llegaste hasta aquí? –pregunto con preocupación al verme casi tirado en el piso mientras intentaba con fuerza abrir en su totalidad la puerta.- ¿Y... que te ocurrio...?

- E-es una larga historia... -mis respiración aún era errática, mi cuerpo era más que evidente que estaba en celo, pero cuando Eren me vio y entro a la habitación actuaba de lo más normal, como si el no pudiera sentir toda la bomba de feromonas que circulaban por toda la habitación.

EfimeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora