Rodé por la tierra como si en verdad hubiese estado corriendo o hubiese saltado de un coche en marcha.
Demonios, eso dolió, me clavé una piedra entre los hombros, justo en medio de la espalda.
La primera vez no dolió tanto viajar en el tiempo...
Abrí los ojos.
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¿Dónde carajos (se merecía un carajos, no un demonios) estaba?
Si esto era el siglo XXI debia de estar en medio del campo, alejada de toda la civilización...
En serio. Reconocia que quizá estuviese un poco enganchada a mi movil y a internet, pero ¡maldita sea! ¡soy una adolescente! Estaba segura de que no era la única con ese pequeñísimo problema, asi pues no habia necesidad de una conspiracion cosmica para mantenerme alejada de la civilización.
Y el ruido de espadas entrechocandose llegó a mis oídos.
Mierda.
De verdad no queria aprender otro idioma, asi que recé para estar todavia en Joseon.
Nunca pensé que rezaria por eso.
Me aparté del camino gritando cuando un caballo casi me arrolló.
No tuve tanta suerte con el siguiente que pasó, ya que su jinete decidió cargarme como a un saco de patatas.
Me recordé a mi misma que las patatas no habían sido descubiertas aún. En ese momento me pareció un dato extremadamente importante.
El jinete me cargó unos metros más en su caballo, y me dejó bruscamente en el suelo cuando llegamos al centro de un campamento.
Entregó su caballo a lo que deduje que era un soldado (que afortunadamente tenia la misma armadura rara que vi en Joseon) y segundos despues aparecieron mas hombres con aquellas armaduras.
-¡Jinan! ¡Jinan!- todos aquellos hombres lo rodearon con preocupación, cortándole el paso.
Yo todavia estaba tirada en el suelo y observaba en silencio.
-Estoy bien. No mas de 250 hombres, podremos acabar con ellos de un solo golpe. Llamad a Ji Ran a mi tienda- y se escabulló dejándoles a todos con la palabra en la boca.
Inmediatamente ellos desaparecieron, supuse que para hacer lo que Jinan les habia ordenado.
Jinan era alto, fuerte, de espaldas anchas y que llevaba dos pequeñas trenzas en su barba. Al principio me había costado entenderle hablar y dude por un segundo que estuviese en Joseon, pero solo por un segundo.
Decidí esfumarme discretamente de alli, dado que Jinan parecía haberse olvidado completamente de mí.
El problema fue que ni siquiera llegué a levantarme del todo cuando salió de repente de la tienda, y me cargó sobre su hombro derecho.
Grité y me gané una nalgada por su parte.
Ese hombre malditamente alto me habia dado una n-a-l-g-a-d-a. ¡Me había dado una palmada en el trasero!
Gruñí.
-¡Bájame Neanderthal!-le grité justo antes de que me tirara sobre una cama.
Él frunció el ceño ante mis palabras y empezó a quitarse la armadura ignorandome.
Gatee hasta el borde de la cama y me levanté rápidamente intentando huir de la tienda.
Jinan me volvió a tirar a la cama com un sólo brazo.
-Dime quien jodidamente eres tú o te ensartare con mi espada.
Y lo decia en serio. Supe que lo decia completamente en serio y sin ningun atisbo de duda.
Tragué con dificultad y recordé la tortura de la que habia sido testigo.
Joseon estaba en un tiempo en el que no se necesitaba una excusa para morir. Morías y punto. Nadie se molestaria en recordarte.
Se acercó un paso hacia mí.
-¡Me llamo Eva!- chillé con pánico.- ¡Aparezco y desaparezco de repente y no sé como volver a casa! ¡Por favor no me mates!- añadi en el ultimo momento suplicando cuando siguió acercandose a mi.
El me agarró del pelo por la nuca y expuso mi cara ante él. Me atreví a abrir un ojo y le observé mirándome estupefacto.
-Extranjera... ¿Cheonsa?- murmuró para si mismo parpadeando. No debia de estar confuso demasiadas veces, no parecia un sentimiento familiar para él.
-¿Si?- pregunté inocentemente.
Su mano inmediatamente atrapó mi garganta cerrando mi suministro de aire.
-¿Quién?- exigió saber.
-¿Qué?- logré articular con dificultad mientras trataba inutilmente de que soltara mi garganta arañandolo.
-¿Quién quiere matarme?
Boquee y la vista se me empezó a nublar. Jinan parecio percatarse y aflojo un poco su agarre.
-¿Quién?- volvió a exigir.
-¡Y yo que sé! ¡No soy una maldita adivina!
-¿Quien te envio?- parecía realmente enfadado.
-Un león de Fu.- Mascullé volviendo a ver puntos negros en mi visión.
Jinan volvió a aflojar el agarre. Parecia que le tenia cogido el punto a esto de ahogar a alguien.
-¿Quién?- volvió a exigir por ultima vez. Y supe que de esta no saldría.
Un rugido a mis espaldas hizo que Jinan soltara su agarre bruscamente de mí.
Caí sobre la cama y vi como un león se ponía delante de mí y volvía a rugir.
Desapareció segundos después mientras yo tosía.
Jinan me observó con furia sin decir nada. El habia visto al león. Alguien a parte de mí lo habia visto, aunque fuera en este maldito Joseon.
-Sólo hay una cosa peor de que seas un timo. Y es que seas real. ¿Por qué quieres matarme, Cheonsa?
-¿Por qué insistes con el tema de matar? ¿En serio te parezco capaz de matar a alguien? ¡¡¡Eres tú el que ha estado a punto de matarme!!!
-Tú eres el maldito símbolo del principe heredero. Ya he sido exiliado al norte para combatir y alejarme de la corona. Te repito: ¿por qué quieres matarme?
-Chokomanió-le pedí un momento alzando una mano, mientras enlazaba los puntos en mi cabeza.
Bang Won, el quinto principe me había explicado que mi cercanía con el segundo principe era una amenaza para la subida al trono de Uian, el principe heredero.
A Jinan no debería afectarle para nada, a no ser...
Estabamos en el norte. Combatiendo según Jinan. Exiliado. Amenaza para la corona.
-¿Eres el tercer príncipe? Bang...-intenté recordar cuál era el nombre del tercer principe según Nam Eun.
-Lee Bang Woo, pero aquí me llaman Jinan.- su declaración confirmó mis sospechas.
Gemí y golpee mi cabeza contra la almohada.
Esto era un maldito infierno.
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Cuando El Infierno Se Congele
Historical Fiction¿Qué tan fuerte ha de golpearse una la cabeza para que se considere locura? ¿Lo suficiente para viajar en el tiempo quizá? Opcion número uno: Estoy loca Opción numero dos: He viajado en el tiempo.