El Fin De Una Guerra

2x1

Siguiendo el plan los soldados de taffeit de la nave C realizaron un ultimo rescate y los llevaron a la base militar, donde todos se preparaban para el ataque, toda la gente rescatada tomaba sopa incluso una anciana y un niño, Antuan repartía frazadas

-Todo bien señora?

- O si muchas gracias, mi nieto y yo se lo agradecemos mucho joven-la anciana miro el collar de Antuan que sobre salía en su pecho y lo reconoció- hijo de ¿dónde has sacado ese collar?

-¿Este? - Antuan tomo la hermosa piedra en sus manos con una sonrisa- era del padre de mi mejor amiga ella me lo regaló para que lo recordara porque en realidad a mi me crio como a un hijo era un gran hombre

- Claro que Lisandro era un gran hombre pero no pensé que estuviera muerto- dijo la mujer con pesadumbre

-Fue un accidente, pero, puedo preguntar ¿porque conoce a Lisandro?

La anciana dudo un momento pero analizo las palabras del joven, "era el padre de mi mejor amiga"

ANCIANA- ¿podemos ir a un lugar más privado?

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Meredith después del desayuno, obligaba a Melanie a acompañarle, siempre guardando lo debida distancia debido al brazalete, le mostró el castillo, que era incluso más impresionante por dentro que por fuera, cada día la reina al final de día le preguntaba ¿que hacia ella en su reino?¿y donde podría encontrar la base de los tafeitte?

Pero ante la respuesta siempre negativa de Melanie no había noche que la chica no termina bebiendo o comiendo algún intoxicante que la sumía en una noche llena de dolor o alucinaciones o ambas, mientras Gil cuidaba de la joven, no podía entender como una mujer pudiera hacer cosa semejante a una criatura a quien reclamaba como hija de sus entrañas.

Lo que más sorprendía al hombre era que sin importar cual fuera la tortura impuesta la pelinegra jamás perdía espíritu y cada mañana después de haber dormido solo unas horas, cuando el entraba con la bandeja de comida ella le saludaba amablemente, de una u otra forma eso le daba fuerzas a el y esperanzas de que como ella decía pronto todo terminaría

Esa misma mañana Melanie después de colocarse el vestido azul que se había convertido en su nuevo uniforme, la chica se sumía en sus ideas mientras esperaba el desayuno

tengo que hacer algo, en solo un par de días la maquina será encendida

- gil- el hombre dejaba una bandeja con comida en el tocador

-Dígame señorita

-Necesito que me hagas un favor, y por centésima vez llámame Mel

- si no implica envenenar a la perra del mal cuente conmigo, señorita

Melanie sonrió sin dificultad, ella misma se asombraba la facilidad con la que este hombre se había ganado su confianza y además le hacía reír, era un hombre enigmático se notaba que la vida no le había sido fácil, pero aun así, era un buen hombre

-entre otras cosas que necesito que consigas ¿conoces el polvo de perla?

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al día siguiente en la sala de juntas de la nave

la anciana se encontraba sentada, acababa decir a el comandante y a George las últimas palabras de su historia, y como respuesta de estos últimos se miraron entre ellos unos segundo y al mirar de nuevo a la mujer de bellos ojo azules y cabellos blancos vestida de harapos y con la punta de los zapatos rotos, ambos caballeros no acertaron más que a inclinarse ante ella agachando la cabeza.