CAPÍTULO 1.

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Cuando desperté me di cuenta que todo había sido un sueño y que la voz que me llamaba provenía de la enfermera que se encontraba a mi lado, la cual tenía una cara de desesperación, porque un paciente había sido ingresado de urgencia. Rápido tome mi bata y la acompañé, pero todavía me sentía confundida por el extraño sueño, ya que nunca había tenido uno tan real como este.

Al llegar a urgencias vi a un joven recostado en la camilla con un fuerte golpe en la cabeza y heridas por todo su cuerpo. Me acerqué a él y pude captar que estaba consciente.

-¿Cómo te llamas?- Le pregunté.

-No lo recuerdo....¡No recuerdo nada!.- dijo con dificultad.

Fui hacia los paramédicos a pedir información sobre el joven, pero no obtuve nada, ni identificación, celular, dirección, solo me dijeron que tuvo un fuerte accidente en motocicleta, la cual tenía placas de Londres, es decir 2181km de Madrid.

Al regresar con el joven, este ya había perdido la mayor parte de su sangre, a causa de las grandes heridas que tenía y necesitaba donadores urgentes, enseguida mandé a las enfermeras al banco de donaciones para revisar si teníamos el tipo de sangre del chico, ya que era muy extraño.

-¿Enfermera tenemos algunas bolsas de sangre disponibles?

-No doctora Valkins, no se han hecho donaciones en estos días.

-¿Pero has revisado los expedientes del hospital, para ver si alguien de los que estamos aquí o los donadores voluntarios somos compatibles con el chico?

-Los he revisado todos y el único que es compatible con el chico, es el doctor Julen Milles. Lo he llamado y viene en camino.

Esperamos a que llegara el doctor, para dar el siguiente paso. De pronto vi que los enfermeros corrían hacia el cuarto del joven, seguí a estos y al entrar me di cuenta que su estado había empeorado. Rápido sugerí que aplicaran algunos medicamentos para contrarrestar la hemorragia, y cuando me di vuelta, el Doc. Julen estaba detrás de mí, con una cara de confusión y preocupación.

-¿Qué hace él aquí? -dijo con voz fuerte el Doctor Julen

-Doctor, ¿usted conoce a este joven?

-No-dijo. Lo noté algo inseguro. - Pero este joven debe tener autorización de algún familiar para poder ser intervenido.

-¿Cómo podemos dejar a una persona que con cada minuto que pasa su salud empeora- respondí.

-Está bien, veré que puedo hacer por él. Por ahora traten de estabilizarlo. Enseguida vuelvo

Pasaron algunos minutos y al observar que el Doc. Julen no llegaba, me dirigí a la sala de espera para corroborar si había algún rasgo de él o de la familia del joven. Sólo encontré un nuevo paciente con los mismos síntomas y heridas, del que había ingresado anteriormente.


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