"Debo hacerlo, hice bien al dejarte ir. Quien soy para negarte la felicidad, conmigo ibas a seguir sufriendo. Te amo demasiado como para permitir algo así. Si, eras mi sostén pero la soga llego al punto de no resistir. Allí voy. Tocando fondo"
Ojos color café, cabello negro y lacio, 1.74 de altura aproximadamente, piel trigueña y... que hermoso es... que físico tan.. tan...
-Auch! Oye, lo siento. Cuanto lo siento.. Su voz entre una mezcla de dolor y sentir por lo que había sucedido, si, era muy tierno.
Lo miraba, admiraba, como cuando éramos niñas y veíamos por televisión a un chico que nos gustaba.
-Hola, oye, estas bien? Te hice daño? Dijo con una voz de preocupado y ternura a la vez.
Alrededor solo existía un eterno silencio, él y yo en el acceso al baño de damas en una situación más que extraña y vergonzosa. Todo era inexplicable.
No sé qué me había sucedido, minutos antes estaba decidida a asesinar a esa persona frente a mí, pero me paso algo diferente. El dolor estaba presente, pero al verlo me intimide, mi respiración por un momento se detuvo, mi corazón comenzó a latir mucho más rápido de lo normal. Mis mejillas rojas seguramente, y el calor que en mi cuerpo recorría me lo advertía. Ese chico no era como cualquier otro, llego para hacer cambios en mí, en todo lo que hacía y conocía. Pero para bien, o para mal?
Pronto el silencio fue desapareciendo y fue ganando un conjunto de voces, de murmullos, de risas al parecer? Sí, no me había dado cuenta que las dos veces que hablo no logre responderle, me había dejado en un trance, estuve hipnotizada. Puede que el golpe me haya dejado así, sí, eso debió ser. Tenía que salir de esa situación, y para empezar tenía que decir algo. Pero qué? Ya estaba lo suficientemente avergonzada por quedarme en silencio un largo rato, mirándolo como una boba.
-Emmm.. e.. Estoy bien, no te preocupes. Logre decir tartamudeando claro está, mientras llevaba mi mano derecha hacia el punto de impacto, mi frente. Detrás de estaban sus amigos riendo como idiotas, si tiene amigos así supongo que él lo será también. No es por nada, ni por prejuzgar pero los chicos son así.
- Pues.. me alegro entonces..
-A caso no ves que es el baño de damas? Dije interrumpiéndolo, fíjate la próxima por favor. Soné un tanto molesta, y lo estaba, pero no lo suficiente. Muy dentro de mi algo me decía que era una estúpida al reaccionar de esa forma, fue un accidente.
Lo mire fijamente a sus ojos color café, de forma seria y desafiante por supuesto. Lo que menos quería que crea era que yo era una más de esas chicas que caen rendida a los pies de chicos atractivos. Y lo estaba haciendo bien, supongo.
Sonrió. Pude ver esa sonrisa brillante y hermosa. Seguramente a todas mira de esa forma. Ashhh! Ya Alexandra, calma esa histeria!
-No es por nada, pero... Aquí la que se equivocó fuiste tu. Este es el baño de y para hombres, mira! me indico la puerta.
-Oh pues.. No es así, este es para niñas. Entra y ve las instalaciones. Lo invite a pasar, y mientras observaba pude sentir la fragancia de su colonia. Por un momento sentí que me transporte a un viejo parque al que íbamos con mis padres, ahora ya no está. La urbanización lo hizo desaparecer, fue grato volver allí aunque solo haya sido un instante. No pude evitar sonrojarme también cuando me decía que la que se equivocó fui yo, porque tenía y no razón. Los indicadores los habíamos cambiado con Micaela, en un intento de broma. Resulta que caí yo, y por hacer eso termine en todo este enredo
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"El Diario de Alexandra"
Teen FictionComo se puede convertir los sueños, las metas que alguna vez te propusiste en un tormento que te lleva al borde del colapso existencial. "Lo que anhele se había convertido en pesadilla,destruyendo cada parte de mi y su vez lo que me rodeaba." A.B