the slasher.

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La fría noche se veía acentuada debido a la luz de la luna, la cual se encontraba llena e imponente, observando a cada uno de los transeúntes que aun pasaban por las calles y callejones a esas altas horas. Pero había alguien que observaba con aun mas detenimiento que la luna, alguien que se escondía entre las sombras y la gruesa nieve que cubría el lugar.

Una joven que no pasaba de la adolescencia pasaba por los callejones, al parecer estaba asustada pues sus hombros no paraban de moverse de lado a lado a un tembloroso compas. La noche le llenaba de pavor, o eso denotaba aquel ente que se escondía entre los callejones, esperando una presa.

El miedo de la chica llego a su climx cuando un joven de unos veintitantos salió de una oscura esquina en un movimiento casi dramático, este se veía inofensivo.

— Hola ¿si? Perdón si te asuste — El joven sonrío, cosa que hizo sonreír a la chica. Ya no estaba tan asustada. — Solo quiero indicaciones, si te das cuenta no soy de Gangnam — El chico volvio a sonreir, esta vez perturbando un poco a la chica —

Esta, con una voz temblorosa al igual que su caminar hace un rato se limito a indicarle las direcciones de varios hoteles, pues aunque el chico no le dijo nada mas, supuso que por la hora buscaba un sitio donde quedarse.

— A unas cuadras siguiendo ese camino hay un pequeño motel, puedes quedarte ahí. — La chica no quería seguir hablando, ese muchacho le transmitía una muy mala vibra, así que al decir esto solo se fue.

El chico no dijo nada, solo dejo de sonreír y miro fijamente a la joven mientras se alejaba.

— Bueno, esto de actuar no es lo mío, perra. — Corrió salvajemente hacia su contraria y se abalanzo sobre ella, sus gritos desesperados no lograban nada ademas de molestar a su agresor, este tomo un algodón que tenia en su bolsillo y lo puso en su boca para evitar que siguiera gritando, aunque no dejaba de forcejear a pesar de la fuerza que se encontraba sobre sus brazos y piernas. — Hola, corazón. Que linda estas hoy. — Solo palabras extrañas salían de su boca, la chica no dejaba de forcejear, así que le propino una cachetada, cosa que le dejo parte de la cara completamente roja.

— Bueno ahora tengo que, ya sabes, ser un asesino. — Un filo de cocina salió de su chaqueta, lo tomaba por su mango color negro y lo admiraba con deseo, deseo de acabar con esto de la manera mas sangrienta y descarada posible. Pasaba su cuchillo lentamente por toda la piel de la joven víctima, gotas rojas rebosaban a través de su perfecta piel blanca.

— Dios, eres hermosa. — Y zas! Su cuchillo se incrusto en el pecho de la chica, una vez, dos veces, tres veces, así hasta el cansancio, hasta no poder mas. La cara de la chica sólo denotaba horror, estaba muerta, pero aun tibia, aun débil. Otras 15 veces fue incrustado el cuchillo en diferentes partes del ya cadaver, sus piernas, brazos, cuello, tórax, no hay lugar en el cual su cuchillo no se haya adentrado.

La sangre cubría su rostro, su sonrisa de oreja a oreja solo lo hacia ver mas macabro, esto lo excitaba, lo llenaba de felicidad. Este empezó a reír como todo un psicopata, a la vez que observaba la obra de arte que yacía en el piso, toda una pintura violenta rebosante de color rojo.

— Mierda, mierda, mierda... Me la hubiese cojido antes, ese motel no quedaba tan lejos. —

Tomo su cuchillo y lo limpio con un pañuelo de su bolsillo, luego limpio su cara y sus manos. Tomó su abrigo y lo tiro sobre la víctima, de nada le servirían unas ropas tan evidentes.

— ¡Carajo! ¡Me estoy congelando! — Decía mientras caminaba hacia un enorme letrero de neon que formaba la palabra "MOTEL" las huellas de sus botas quedaban marcadas en la nieve y su aliento salía de su boca en forma de humo frío.

****

Al llegar a la entrada noto que era un lugar de no mas de una estrella, una enorme pintura de un paisaje boscoso sobre la cabeza de la recepcionista era lo mas llamativo del establecimiento.

El chico se acerco a la joven recepcionista, mirándola de reojo con sus sucios ojos marrones, los cuales acababan de presenciar un asesinato a sangre fría, un pequeño frío recorrió su espina, pero era normal, siempre que veía a una mujer hermosa esto le pasaba, aunque al final siempre las asesinaba. Paso esto por alto y preparo su actuación de chico inocente.

— Buenas noches, quisiera una habitación. — Su voz lo hacia ver como todo un ángel aunque era todo excepto un ser bondadoso.

— Claro, con esta nieve, ¿quien no quisiera pasar la noche aquí? — La chica sonrío, provocando una sensación de asco mezclada con ternura en el joven.

El chico rió de manera incomoda, y tal parece que la joven recepcionista se había percatado, así que dejo de sonreír y saco una de las llaves de la estantería de cristal que estaba detrás de ella. Luego una libreta y un bolígrafo.

— Firme aquí y le daré su llave — El bolígrafo paso a manos de el chico y rápidamente escribió en el cuaderno.

— Kwon... Hyuk! Bonito nombre — Volvió a reír mientras aun miraba el cuaderno. Kwon no lo soportaba, pero sabia que no podía hacerlo aquí, no ahora. — Aquí tiene, habitación numero 616 para usted, que disfrute su estadía en el motel, Kwon. —

— Gracias, me puede decir que piso es? —

— El 4to, use el ascensor, llegara mas rápido — La obviedad en esa oración solo le repugno aun mas, pero no podía salir del personaje, así que sonrío de vuelta.

Otra sonrisa le despidió mientras se dirigía al ascensor, un viejo ascensor con una reja en frente, la abrió y entro, tocando el botón del piso 4.

Piso 1, piso 2, piso 3.

Ahí se detuvo el ascensor, parece que alguien mas requería de sus servicios. Un joven de pelo negro, alto y ojos algo rasgados abrió la reja y entró junto a Kwon.

— ¡Hola! Es raro encontrar a alguien por aquí a estas horas, la mayoría duerme — Kwon solo quería dormir, pero cada vez mas bastardos se interponían en su camino. — Por cierto, soy Baekhyun — Decía el chico mientras pulsaba el botón del lobby — Llevo un día aquí.

No sabia porque mierda preguntaba tanto, ni porque sentía que el ascensor tardaba mas de lo usual en llegar a su piso. Solo sabia que el otro chico no le caía bien del todo.

— Soy Kwon. Acabo de hospedarme. —

— ¿Enserio? ¡Que bien! La chica del lobby es bonita, verdad? — Al decir esto le golpeo con el codo en el pecho, como una clase de juego.

— Sabes, estoy cansado, no te conozco, ya cállate. — Aunque actuaba de chico bueno, atento y alegre, la gente no dejaba de disgustarle. El otro chico solo se trago sus palabras y callo su hocico.

Kwon llego a su piso, salió del ascensor, dejando solo al chico, y busco su habitación.

— Aja! 616. — Eureka, estaba bastante cerca del ascensor. Introdució su llave y entro, era bastante acogedor, pero se notaba lo barato que era el sitio. Una cama de una persona frente a un televisor sobre un estante a punto de colapsar, al lado de este una mesa con una lampara y un cuaderno con un lápiz, al lado de la cama había una mesa de noche con otra lampara encima. Pero lo que mas llamo su atención fue la ventana, que era enorme, cubría casi toda la pared. Se acerco a ella y logro ver varios letreros de neon a lo lejos, las vías del Metro y otro edificio justo al frente, debajo había un callejón.

Pero le pareció sospechosa la Van que se encontraba, al parecer abandonada, en este.

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