Buscando la luz en la oscuridad

Capitulo 3

Al final de clases Logan y Nathan esperaron a sus madres, y Logan le hizo prometer a Nathan que si se enteraba de cuándo exactamente se iba, a donde y otros detalles, que lo llamase, quería estar informado de todo lo que pudiese ese llegar a pasar.

Llegaron sus mamás y cada uno se fue por su lado, tristes por la separación de su amistad.

Logan y su madre caminaban hacia su casa, sin embargo, su mamá conocía bien Logan, por lo que verlo triste era algo que se notaba a simple vista.

-     ¿Qué pasa, cariño?

Logan la evitó con la mirada.

-     Tal vez intentas fingir que no pasa nada, pero soy tu mamá, te conozco Logan, se cuando estás triste, así como sé que no puedes guardarte lo que sea por siempre, necesitas decirlo para calmarte.

-     Mami... Nathan me dijo que se irá del colegio.

-     Ay, cariño...

Como se encontraban cerca de su casa, ella le tomó de la mano fuertemente, abrió la puerta de la casa y lo sentó en el sofá, donde le dio un gran abrazo.

-     ¿Qué más te dijo?

-     Dijo que... También se iba a mudar... Mami... ¡Ya no lo voy a ver más!

- Pero... ¿Y por teléfono? ¿No podría hablar por ahí?

- No será lo mismo...

No quería creerlo, pero tenía que empezar a aceptarlo, era posible que no se volviesen a ver jamás.

-     Ven acá.

Continuaron abrazados, y en ese momento Logan no aguanto, unas lágrimas salieron por sus ojos, quería hacerse el valiente e intentar afrontar la noticia, pero no podía.

Su mamá lo cargó y lo llevó a su cuarto, para dejarlo en su cama y dejarlo descansar.

-     Si necesitas algo, avísame ¿Sí?

-     Está bien, mami.

Ella salió y Logan, a pesar de cómo se sentía, ansiaba la llamada de su amigo, para estar seguro de cuando sería la última vez que lo volvería a ver.

...

Más tarde, Logan se encontraba haciendo unos deberes, cuando alguien llamó a la puerta.

-     ¡Logan! Te llaman por teléfono.

El corrió hasta la puerta y la abrió, ahí estaba Connor, apoyado esperándolo, con una pequeña mirada de tristeza, parecía que se había enterado de la noticia.

Logan solo tomo el teléfono y contestó.

-     ¿Hola?

-     Hola Logan, soy yo.

-     ¡Nathan! ¿Te enteraste de algo? ¿Lo que sea?

-     Hoy mis padres me lo confirmaron. Es por dinero, dicen que no hay suficiente, así que vamos a un sitio donde todo cuesta menos, pero no me dijeron dónde exactamente.

-     Oh... - dijo desilusionado, tenía la esperanza de que no fuese tan grave - ¿Y te enteraste de cuando?

-     Parece que será en siete días, solo eso y nos iremos...

- Entonces tenemos una semana para aprovecharla al máximo, antes de que... No te vuelva a ver.

- Si...

El tiempo restante del día la pasaron recordando viejas anécdotas que añoraban con cariño, riéndose y en pocos momentos, burlándose el uno del otro.

Los días pasaron volando, los días escolares jugaban en los juegos de colegio (sin perder su rendimiento escolar) y los dos últimos días antes de la partida de Nathan era fin de semana, por lo que él pudo visitarlo casi toda la tarde. Los padres de ambos no tenían problemas, ya que los de Logan querían verlo feliz, y los de Nathan tenían que acomodar todo para la mudanza.

Finalmente, luego de la semana anunciada, llego el día de la despedida.

Logan fue a la casa de Nathan, donde sus padres dejaban cajas llenas de las cosas de su familia en un camión muy grande, lo que había pensado varias veces en la última semana finalmente estaba pasando. Su amigo se iba a ir.

- Logan... - Nathan lo miraba triste.

- Nathan...

- Quería decirte esto antes de irme, pues no sé si tendré el tiempo o lo que sea. Gracias por este tiempo en el que fuimos amigos, de veras que me encanto el cariño que me diste, y aunque ya no estemos juntos... Sé que en el algún momento nos volveremos a ver. Gracias Logan. Por todo.

Logan no resistió el nudo en la garganta que se le había hecho desde hacía unos momentos atrás, lo abrazo fuertemente y ambos soltaron unas lágrimas.

- Yo también te agradezco por todo Nathan, espero nos volvamos a ver algún día.

Más atrás de ellos, los padres de Logan, su hermano y los padres de Nathan habían estado observándoles, ambas familias se conocían ya, y ya se habían despedido, pero ver a sus hijos despidiéndose... Era conmovedor.

Luego de un rato, los padres de Nathan subieron a su auto y llamaron a su amigo.

Él se subió al auto a su pesar, y con el auto en movimiento, gritó:

- ¡Adiós!