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La princesa de Mewni, Star Butterfly, corría para despertar a su mejor amigo.

-¡Marco! -gritaba mientras abría de golpe la puerta de éste.

Con cautela se acercó a la cama y con una fuerte sacudida despertó al chico.

-¿Qué sucede Star? -preguntó aturdido.

-Encontré algo muy asombroso -respondió emocionada.

-¿En serio, qué es eso como para despertarme así? -dijo Marco mientras se levantaba, aceptando que no podría volver a dormir, fue al baño seguido por Star.

-¡Una nueva dimensión! -gritó emocionada.

El castaño recordó aquella dimensión en donde los gatos tenían caras humanas y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

-Dime que no es como esa dimensión de los gatos -vio por el reflejo del espejo como Star negaba con la cabeza y se sintió aliviado.

-¡No! Es mucho mejor, así que -dijo mientras sacaba su varita- vístete y peínate -recitando un hechizo hizo que el cepillo que estaba en el tocador volara a la cabeza de Marco para peinarlo, junto con un pantalon de mezclilla y su típica sudadera roja-. Vamos Marco, apúrate.

-Espera Star -dijo Marco mientras forcejeaba para evitar que su ropa y el cepillo lo golpearan.

-¿Qué opinas, una coleta o dos? -la rubia se enocntraba ajena a todo el alboroto que hacia su amigo.

-¡Star! -gritó con fuerza.

La chica giró y detuvo toda su magia.

-Lo siento Marco -dijo y le brindó una sonrisa apenada.

Ya ambos arreglados, Star sacó sus tijeras dimensionales para abrir un portal y pasaron a través de éste. Una cálida luz solar los recibió gentilmente, junto con el fresco aroma que brindaban los altos pinos del lugar. Además, a lo lejos se imponía la magnificencia de una bella cascada de agua cristalina.

Los ojos de Star brillaron de emoción, así que inhaló el aire del lugar con fuerza. Su amigo Marco admiraba embelesado el paisaje, mientras respiraba calmado pensaba que el lugar era un escenario romántico perfecto.

-¿Verdad que es muy bonito? -Star se acercó a su amigo y tomó con gentileza su mano- vamos Marco -juntos caminaron hasta llegar a un bonito lago.

-Wow -exclamó Marco- este lugar no deja de sorprender.

-Podemos venir las veces que queramos, eso es mucho mejor -dijo con emoción su amiga.

La princesa agitando su varita apareció un bote relamente llamativo.

-Subamos Marco, hay que dar un paseo.

-No Star, sabes que me mareo -replicó.

-Por favor  -su amiga puso ojitos de cachorritos para tratar de convencerlo.

-Star...

-Sólo un poco ¡vamos!

-Está bien -dijo y dejó que su amiga lo arrastrara dentro del bote.

Subieron y lentamente se adentraron al lago, Marco comenzaba a marearse, así que luchaba por no vomitar; por eso Star remaba suave, para no hacer que el bote oscilara.

-Para -pidió su amigo con una mueca.

Star se detuvo y el castaño se acercó al borde para vomitar, se quedó recargado ahí por  un momento, la rubia miraba a su amigo ligeramente asqueada.

-¿Podemos regresar? -preguntó con su cara pálida, aún recargado sobre el borde.

-Sí, sería lo mejor -Star otra vez inició a remar lentamente.

Más allá de la ira y los celosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora