dos

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CAJÓN

al fin y al cabo
todo lo bueno siempre acaba
termina, se delimita,
y llega a su fin tomando una bocanada.

y es ahí cuando verdaderamente somos conscientes
de lo que quizás hemos perdido,
o ganado,
de lo que teníamos y ahora no tenemos
o guardamos en algún cajón extraviado.

un cajón lleno de mariposas de colores
que aletean al compás de nuestras ideas,
un cajón pequeño, misterioso y lúgubre
que a veces gruñe, se astilla, y se tambalea.

un cajón que contiene nuestros mayores miedos,
ratones, arañas, oscuridad y mil inviernos,
noches llenas de llantos apagados entre el metálico sonido de cuchillas,
y un reloj que envejece conforme avanzan sus manecillas.

el cajón es de madera, plástico, goma, bambú o metal barato
se cae a trozos, se astilla, se oxida, y chirría al abrirlo y cerrarlo.

a veces es nuevo, a veces es viejo,
a veces se engancha y no se puede abrir,
guarda mil secretos que esconde muy dentro y ninguno de ellos se digna a salir.

el cajón es terrible cuando esta enfadado
y te pilla los dedos si lo intentas forzar.
¡shh! escucha muy atento, que probablemente
le oigas gruñir al pasar.

solo cuando esta contento
se vuelve flexible, y se abre y se cierra con facilidad
respira tranquilo y aunque grites mucho
solo reclamara un poco de paz.

es testarudo sin embargo,
cabezota a mas no parar
y es que cuando se empeña en algo
difícil es que le hagas olvidar.

el cajón es mago, piloto, y dentista
y hace de cocinero, guardia y profesor
ha sido futbolista, cantante y bombero
y en ocasiones ha llegado a probar como pintor.

el cajón tiene nombre,
¿no lo creéis?
venid, adelante, acercaros un poco
voy a preguntarle y lo comprobaréis.

clara, sonia, jimena, alvaro, diego y manuel
laura, sofia, marina, pedro, carlos y samuel
elisa, adriana, marta, daniel, santiago y miguel,
carla, patricia y estela, pablo, jesus y gabriel.

el cajón puede llamarse como quieras,
con mil nombres distintos y personalidades,
es diferente con cada uno,
y adopta valores que son esenciales.

escucha, se ríe,
aprende, valora, respeta y prosigue,
es cotilla, y en ocasiones repelente, y todo lo que se propone lo consigue.

porque ese cajón eres tu,
soy yo, son mis ganas de vivir
es cada uno de vosotros,
y contra él no se puede competir.

laura roncero sáenz

poemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora