Capitulo III

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Tome un sacapuntas oxidado, no me importó que estuviera en esa condición y lancé un grito al aire, tan solo escuché como mis padres y Kaylee subían por la escalera a toda velocidad.

Cogí el sacapuntas lo miré varias veces, pensé mil veces lo que iba a hacer, y fue cuando escuché a mis padres subir la escalera que me enfurecí y tome la cuchilla y traté de hacer algunos cortes en mi brazo, entre lágrimas hice algunos dos, porque el miedo se apoderó de mí y no me dejó hacer nada. En ese momento mis papás y Kaylee entraron a la recámara y yo de impulso lancé la cuchilla por la ventana y trate de limpiar las gotas de sangre que corrían por mi brazo.

papá me dijo– mi amor perdóname, no sé que me pasó, no debí de hacer lo que hice hace un momento, te amo sabes que eres mi princesa– entre lágrima me dijo.

Le dijo calmada– No importa papá, también te amo.– cayendo así una lágrima por mi ojo derecho.

Así se despiden de nosotras papá y mamá, porque tenían que tomar un vuelo a Dubai, por asuntos de unas empresas de papá.

Esa noche me acosté con Kaylee y comenzé a hablarle de Austin y de lo mucho que lo extraño y en eso suelto una sonrisa única y des ubicada.

Kaylee con cara de pervertida me dijo– creo que alguien está enamorada de su mejor amigo – y se ríe al instante.

Yo le contesto un severo– ¡Cállate Kaylee!– y luego me volteo para dormirme y cortar la conversación.

Mi alegría era que mañana podré ver a Austin y abrazarlo y no soltarlo más.
Y comenzé a creer que si, ¡me estaba enamorando de mi mejor amigo!, pero era algo que debía guardármelo y no hablarlo con nadie, ni siquiera con Kaylee.

Me desperté a las 3 A.M y fui al baño a lavar las heridas que me había hecho, porque no las lave antes para que nadie las viera. En eso entro al baño y comienzo a sentir un dolor agudo en mis piernas, rápidamente me senté en el retrete y con mi cabeza baja, me levanté y lave mis heridas y mi rostro. No presté mucha atención al dolor porque pensé que era algo temporal y en la mañana estaría mejor, Pero no fue así, me levanté con un dolor aún más agudo y con las piernas frías e inchadas. En eso llame a mamá, pero recordé que estaban de viaje y estábamos solas Kaylee y yo, porque Ellen y Mateo llegarían a eso de las 2 P.M.

Tome mi teléfono y llamé a Austin asustada.

Con la voz ida le digo a Austin– ¿Dónde estás?– ahí rompo en llanto de dolor.
Austin me contesta preocupado– Estoy aquí en mi casa, llegué anoche pero no fui a tu casa porque era muy tarde, ¿Qué te pasa Kate?– me dice con aún más desesperación por mi.
Le digo en medio de llanto y llanto– ven, llévame al hospital, no siento mis piernas, este dolor me está matando– y escucho cuando Austin cuelga el celular.

En menos de 6 minutos, escuche cuando Austin abrió la puerta de mi casa, subió rápidamente las escaleras y entró a mi habitación, Observó a Kaylee dormida y me miró justo a los ojos, veía en ellos desespero, preocupación y dolor, me sentía feliz por ello, pero el dolor tan agudo que sentía en mis piernas venció mis alegría.
Ahí fue cuando Austin me tomó entre sus brazos y tan solo recuerdo cuando me bajó hasta la sala, porque justo ahí fue cuando me desmayé.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2016 ⏰

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