Capítulo VIII

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[Arctic Monkeys: Why'd you only call me when you're high]

Baekhyun

Enserio estaba pasando, ese imbécil hizo que me retirara de la sala de música. Maldito estúpido, me las pagaría pero creo hoy no. La música era lo único que conseguía hacerme sentir vivo, yo amaba cantar y me ponía de mal humor que un tipejo venga a decirme que me retirara. ¿Enserio estaba pasando?

Esperen este no era mi royo ni mi asunto, el que se debía retirar era él no yo. Estaba por volverme loco en ese instante.

No quise verme interesante o que me haya afectado, luego me encargaría mientras tanto debía permanecer con la misma fachada e ir hasta mi coche. Era realmente sencillo salir de clases con la mirada iluminada de orgullo, lastimosamente no era cierto solo era un personaje que inexplicablemente amaban todos pero sencillamente me odiaba por darle vida a esa parte de mí. Una pena no lo creen.

Me puse las gafas negras, aun me encontraba delante de la puerta que había sido cerrada por mi furia hace pocos minutos. Cada vez el uniforme me quedaba más holgado y grande, quizá era porque ahora pesaba cuarenta kilos y eso no era razonablemente sano en comparación de mi altura, era bajito pero mi peso estaba por debajo de lo normal igual no me importaría si muero por una enfermedad del estómago, ya no había nada por qué sonreír o luchar. Que lamentable.

Deposité las últimas cosas en mi locker, dirigiéndome hacia la entrada del estacionamiento. Mi coche era negro y muy moderno, no me gustaba tomar mis gustos a la ligera así que decidí comprar uno cuando mi padre me financió el pago; a veces quisiera que mis padres hayan tenido la suerte de tener otro hijo que no sea yo porque para ser sinceros estaban sufriendo mucho al verme morir a diario, literalmente.

Las gafas negras eran mi fiel compañero en cada día, era parte del estilo que tenía y ocultaba ciertas cosas de mí. Bien decían que los ojos son las ventanas del alma, no quería nadie viera mi alma lastimada y triste siendo aplastada por sus egoístas sentimientos, una metáfora más en mi vida.

Estuve a punto de entrar al coche cuando escuché unos pasos detrás y una melodiosa voz conocida diciendo mi nombre, era realmente molesto que en estos momentos me esté hablando.

-Qué.

Me giré sin ninguna emoción en mi rostro, solo la típica sonrisa falsa que siempre terminaba por dedicarle a todo el instituto, esa misma que todos decían amar y seguían.

-¿Cómo estás Baek? Ha pasado un tiempo. –me sonrió con su perfecta sonrisa acorazonada, si será de molesto el muy idiota.

-Oh claro, ya me acordé. ¡Eres el que me abandonó! Guao mira qué lindo, cómo has estado Kai. –a decir verdad la forma en la que decía cada palabra estaba entonada con un enorme sarcasmo, típico para mí –seguro ya te habrás tirado a mi ex amigo. ¿Te gustó?

-Baekhyun yo lo siento, nunca...

-Sabes, no me interesan tus arreglos. Cuánto tiempo pasó, ya ni recuerdo pero espero sigas cogiendo duro con Kai así capaz se te lleve el remordimiento de haberme fallado –entré al coche aún molesto, cerrando fuertemente la puerta y poniendo en marcha el vehículo. No sin antes levantarles el dedo medio, eran un caso.

Maldito Kyungsoo, él era el culpable de todo el llanto que tuve que pasar además que andaba cabreado por lo de Chanyeol y su estúpido "supongo puedes irte temprano Byun." Eso sí me hizo perder mi cordura aunque no lo entendía, yo ya había pasado casos similares pero me mantuve firme y los que se atrevían a desafiarme podían sentir el desprecio de los demás cosa que no entendía porque yo no movía ningún dedo para que la gente le aplicara esa rara "ley de no molestar a Byun"; típico de los seguidores que querían atención.

Autumn LeavesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora