Capítulo II: Llegada al mundo de Katainam

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Aparecí en un campo abierto y verde muy lozano y hermoso. Y no recordaba nada aparte de mi nombre. Estaba tendida en la hierba, sola. ¿Qué hacía ahí? Me levanté. Caminé y avancé. Miré a los lados y no ví nada ni nadie. Solamente campo. Al poco, empecé a ver árboles, como si fuera la entrada a un bosquejo. Me adentré ahí, tenía que seguir avanzando. Pisé una rama e hice ruido al pisarla. La rama crujió y eso alertó a algo. Algo llamado monstruo que fue derecho hacia mí para matarme. Pero alguien se interpuso y mató al monstruo con un corte eficaz de katana, salvándome la vida. Cerré fuertemente los ojos y grité. No ví nada, pero escuché al monstruo caer inerte al suelo, y cuando abrí los ojos lo ví partido en dos. Ante mí tenía a un chico alto y moreno de pelo largo, vestido también de negro, cuya katana reposaba en sus hombros, sujetada con una mano.

-¿Estás bien? Estar aquí es peligroso y no tienes armas para matar monstruos... Además, chica, ¿de dónde sales?

-Ah, esto... No lo sé... Yo solo aparecí aquí y...

-Ven conmigo, te llevaré a la ciudad.

-Gracias... - Respondí, algo tímida y desconfiada. El chico caminó y yo les seguí. No tenía más abanico de opciones de momento.

-Y... ¿Cómo te llamas? - Preguntó, girándose un poco hacia mí.

-Fareph Nairel... Llámame Fare...

-Bien, Fare, pues encantado. Yo soy Yuri Lowell.

-Vale... - Respondí. Tras un buen rato caminando llegamos a una aldea que crecía un poco más allá de un enorme y bello árbol que parecía emanar una extraña energía.

-Baladur, Ciudad de la Tierra-

Entramos a la ciudad que se extendía más allá del árbol. Absolutamente todo era de piedra clara o madera. Una verdadera preciosidad rural de lugar. Seguro que tienen muchas fiestas y lugares donde aprender cultura... Paseando con mi nuevo amigo por allí, mis ojos tenían un brillo especial. Significaba que el lugar me encantaba. Todo lleno de casitas preciosas y plazas con fuentes, parques grandes y verdes, con muchos animales... ¡Y a huerto por casa!

-Yuri,este sitio es precioso...

-¿Verdad? Bienvenida a Baladur, Ciudad de la Tierra. Este mundo tiene muchos años pero nunca fue descubierto o colonizado... Creemos que era una especie de proyecto. No se sabe quién lo hizo... O por qué razón lo hizo. Pero la realidad es que el mundo existía, y no había manera de acceder a él... Hasta que aparecieron esos extraños monolitos...

-¿Monolitos...? Proyecto... - Repetí, pensativa. Acto seguido, noté una terrible y aguda punzada en la cabeza. Subí las manos a la cabeza y la sujeté, empecé a quejarme de dolor.

-¡Eh, ¿estás bien?! ¿Qué te pasa? - Dijo Yuri, alertado.

-Estoy... Estoy bien... - Pude articular. Recordé cosas sueltas. Una roca brillante que me tragaba. Había alguien más conmigo... ¿Quién?

-Bueno, bien. Parece que ya pasó. Anda, ven conmigo. Hay que darte trabajo y casa, Fare. Y registrarte, claro. Todo ello se hace en el Ayuntamiento.

-De acuerdo.

Al poco, llegamos al Ayuntamiento. La primera planta eran oficinas separadas al rededor de un mostrador circular que arriba ponía"Recepción". Dos chicas con uniforme de secretaria atendían allí. Hablaban entre ellas, como si fueran amigas. Yuri y yo nos pusimos al otro lado del mostrador. La chica de pelo rosa y ojos verdes, miró a Yuri con una adorable sonrisa y luego reparó en mí.

-¡Yuri! - Exclamó, muy alegre, la chica. - Bienvenido. ¿Quién es la joven que te acompaña?

-Hola Stelle. Ella es Fareph Nairel, viene a ser registrada en Baladur.

-Ah, por supuesto. Judith, el papeleo...

-Sí. - Respondió Judith, la otra chica. Sacaron carpetas y demás papeles.

-A ver... - Se dirigió Stelle de nuevo a mí. - Coges esto, vas a aquella mesa y rellenas datos, ¿vale? Cuando acabes, vienes y te los sellamos. Si no entiendes algo, Yuri te lo explica.

-¿Eh? ¡Pero si es tu trabajo! No me encasquetes a mí cosas por las que luego no me pagan... - Se quejó Yuri. Me reí un poco.

-Estamos ocupadas con otras cosas... - Habló Judith.

-¿Cuáles?

-Organizar cosas y eventos del Festival anual de este sitio. Y lleva tiempo. Así que... ¡Por favor! - Pidió Stelle a Yuri, en plan súplica.

-Está bien... Era esa mesa, ¿no? - Respondió él, haciendo un gesto de cabeza hacia la mesa en cuestión. Las chicas asintieron. Después, Yuri se dirigió nuevamente a mí. - Vamos, Fare, ya te ayudo yo con esto. - Me dijo, dedicándome una bonita sonrisa después. Yuri era muy amable. Empecé a confiar en él y fuimos a la mesa. Empecé a leer cosas.

-Hum... Esto es tipo cuestionario, pero... ¿Qué quiere decir "clase" o"dónde le gustaría trabajar"? En "clase" pone: espadachín, mago, sacerdote... No entiendo.

-Clases u oficios no son lo mismo que trabajos, Fare. Las clases u oficios dictan tus poderes o habilidades cuando ingreses en el Gremio. Podrás portar unas armas que en otra clase no, así como un equipo distinto al de otros. Y en cuanto a trabajos... Es para ganar dinero. Hay fruterías, cafeterías, pescaderías, etc... ¿Entiendes?

-Entiendo lo normal... Eso del Gremio... ¿De qué va? - Pregunté, curiosa. Me llamaba la atención. Yuri sonrió, misterioso.

-Es donde trabajan los héroes. Gente dedicada a cazar monstruos y traer carne y productos de fuera para que los mercaderes tengan qué vender y se mueva la economía del lugar. Somos los engranajes de esta sociedad. Y aparte de eso, salvamos la ciudad del ataque de monstruos. Esto es muy importante, no podemos permitir que esos bichos penetren en la ciudad. ¿Sabes los daños que ello provocaría? Muertes de inocentes, la destrucción del Árbol de la Tierra y muchas cosas más. Vivimos, por desgracia, en tiempos difíciles. Por esa razón necesitamos gente... Pero tú eres más bien una civil que una guerrera así que...

-¡Quiero! - Dije, emocionada y entusiasmada. Y sin pensármelo dos veces, escribí con el bolígrafo una equis donde ponía "espadachín". Estar en ese gremio implicaba aventuras. Y a mí me encantaban las aventuras.

-¿Segura? Puedes morir ahí fuera. No es bueno ser tan impulsiva... - Me dijo Yuri, algo preocupado.

-Estaré bien. Y no moriré. Porque tú eres muy fuerte. ¡Y me vas a entrenar! Cuanto antes aprenda, antes podré ayudar a este sitio... - Dije, muy seria. Y vivir aventuras, pensé, guardándome para mí la ilusión. Yuri suspiró y luego sonrió.

-Está bien. Pero te aviso: soy un instructor muy severo.

-¡Sí! Así aprenderé antes. Muchas gracias.

-De nada. Todo sea por proteger este sitio...

-Parece importarte mucho este lugar, Yuri.

-Claro... Acabé aquí, como tú justo hace un rato. A un mundo nuevo que me recibió con los brazos abiertos... La gente es amable con todo el mundo. Lo menos que puedo hacer es proteger esas amables vidas, Fare. ¿Entiendes por qué razón lucho?

-Sí... - Respondí, asombrada. Yuri ahora sí que parecía un verdadero héroe. Su manera de pensar tan clara y sus expresiones tan honestas lograron conmover mi corazón. Las aventuras ahora son segundo plano. Me haré fuerte y me crearé un nombre. Para luchar por lo mismo que él y ganarme el derecho a pulso de poder estar a su lado. Él quiere proteger esta ciudad... Y yo lucharé por protegerle a él. Es la única manera que se me ocurre ahora para devolverle el favor de todo esto que está haciendo por mí ahora.

Acabamos el papeleo y se lo entregamos a Stelle y Judith. Me sellaron los papeles, tal y como dijeron que harían y salí con Yuri de allí. Ahora, debíamos ir al banco a pedir un crédito para comprar una casa. Después, con ese crédito, ir a una inmobiliaria y ver casas. En unas horas todo estaba hecho. Yuri y yo quedamos mañana en la plaza central para ir al Gremio de Baladur y alistarme en sus filas. Hasta ese momento, cené pronto y me fui a dormir. Manaña sería otro día nuevo... Con más aventuras en este lugar.

-FIN-

Tales of the World: Fareph's Adventure (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora