-Una foto más- dije torciendo la cámara mientras sostenía la lente, -Pon tus manos sobre tus rodillas-. La chica me miraba inexpresiva haciendo lo que le pedía de mala gana. "Esta chica no sabe modelar y pretende ser modelo profesional" pensé poniendo los ojos en blanco. -Oye, dijimos que no podías hablar con la modelo- escuché a un hombre a mi espalda. Entonces recordé que el manager de la modelo me dijo al principio que no podía hablarle a la modelo.
-Esta es la décima vez que ocurre esto, ¿no puedes solo quedarte callada?- dijo mi jefe, que es el dueño de la compañía de fotografía profesional, -no me gusta tener managers enojados en mi oficina. Robin, tienes talento pero esto debe parar, empaca tus cosas y vete, estás despedida-. -¡¿Qué?! Sabes que no puedo trabajar de esa manera, además, esa chica no sirve de modelo- intenté defenderme. -Lo siento, espero que encuentres un mejor lugar. Sabes que no puedes batallar con las políticas de ésta empresa- me dijo con confianza. Lo miré molesta y me fuí.
Había estado trabajando en esa empresa desde los quince años. Era mi ganancia, era mu vida. Mi portafolio casi se compone únicamente de las fotos que he tomado con esta empresa. Me molestaba que por una chica que se hace llamar modelo, pero que solo su cara es linda, me hayan tenido que despedir.Recuerdo cuando tenía unos tiernos quince años, yo estaba en mis años murciélago. Trabajaba como recepcionista en un edificio de oficinas, recibía clases de fotografía y empecé a vivir sola en mi propio apartamento. Mis padres me despreciaban porque no era inteligente como mi hermana mayor, ellos decían que yo era una vergüenza, así que decidí irme de casa.
La gente me suele criticar por mi aspecto y forma de vestir. Mis piercings, tatuajes y ropa negra y extravagante, eran motivo de burlas y temor. Cuando un día, alguien empezó a seguirme el rastro con mis fotografías que publicaba en mi blog, resultó ser el dueño de Photo Sudio, donde comencé a trabajar a los quince años.
Ahora tengo 24 años, graduada de diseñadora gráfica y he perdido mi empleo que pensé que sería de por vida. Sólo me quedaba buscar un trabajo y dar lo mejor de mi.Ya en mi apartamento me senté a revisar el periódico para buscar si alguien necesitaba una fotógrafa o una diseñadora. Resalté un par de números de teléfono con una lapicera y los contemplé por unos minutos. -Tú puedes Robin, tienes talento- me decía a mí misma. Tomé mi celular y llamé a los dos números que resalté.
Al final conseguí las dos entrevistas. Ambas eran para diseñadora y lo único que podía hacer ahora era esperar lo mejor.
Conseguí ambas entrevistas en el mismo día, "si no me aceptan en una, será en la otra" pensé.El día de mis entrevistas llegó y me vestí con un pantalón de cintura alta, negro con costuras blancas, una blusa rayada blanco y negro, floja metida en el pantalón y un cinturón rojo ajustado al cuello como collar. Un maquillaje oscuro muy a mi estilo y los labios rojo sangre. "Soy una diseñadora, lo formal no es lo mío" pensé.
La primera entrevista fué en una oficina de mala muerte. Era una casa de block pintado de amarillo. El piso era de cemento gris y habían charcos pequeños mientras iba caminando adentro. Era muy espaciosa, oscura, como una cueva. Luego de un par de segundos me di cuenta que el lugar no parecía confiable.
Por fin entré a una habitación iluminada por un foco colgante que parecía que pronto se quemaría. Había un escritorio y una mujer despeinada, vestida como vagabunda. -¿Eres diseñadora, no?- me preguntó con su rasposa voz. -Así es...- respondí nerviosa mirando a todas partes, "creo que me metí con la gente equivocada" pensé. -¿Vas a alguna parte?- preguntó la mujer como si supiera que yo estaba pensando en salir de allí. -No...- dije nerviosa. -Bien, si vas a trabajar para mí, no puedes hablar con nadie lo que hacemos aquí, todo aquí es secreto y una vez trabajes aquí, tu eres parte de todo esto- dilo la mujer raspando su voz con fuerza. Justo entonces tuve una brillante idea, -¿Tiene baño? Necesito ir urgentemente-. Me miró despectiva, -Está afuera de la oficina-. -Gracias- dije con alegría y salí. Al llegar a la puerta tomé la manija, vigilé a los lados y corrí hacia afuera de la casa y más allá.
Pronto me encontraba en un parque y llamé a un taxi para irme a un restaurante de comida rápida. Almorcé y esperé a que fuera la siguiente entrevista, rogando que no fuera igual a la primera.
Al llegar la hora fuí a la dirección indicada y resultó ser un edificio en el que hacen cuentos para niños. Entré y todo era bastante tierno. Habían muchas mujeres como de cuarenta años que me agobiaban con sus miradas de total dasaprobación. -Disculpe, ¿dónde queda la oficina de entrevistas?- pregunté amablemente a una de las mujeres que me observaba. La mujer, con los ojos abiertos como si hubiera visto un fantasma, señaló con una mano a un lado, -Por allá, es la oficina 5-16-. -Gracias-dije sonriente y corrí a la oficina. Deslicé mis dedos en mi cabello teñido de verde para peinarlo un poco y entré. -Toma asiento- dijo la mujer elegante que estaba sentada detrás de su escritorio de vidrio.
Me examinó con su mirada sin piedad. -Bien, dices que eres diseñadora gráfica, ¿no?- dijo mirando hacia unos papeles que tenía en sus manos. -Sí- respondí dudosa. -¿Cuántos años tienes?- dijo amenazante. -24- respondí con seguridad, -el año pasado me gradué de la universidad y estuve trabajando por 8 años en Photo Studio-. -¿Por qué te despidieron?- me miró despectiva sobre sus anteojos de media luna. -Porque unas modelos a las que debía fotografiar no sabían posar y yo les dí indicaciones cuando me habían dicho que no podía dirigirles la palabra si no era para halagarlas- dije con firmeza. -¿Te gustan los cuentos para niños?- dijo con interés. -Algunos- respondí extrañada. -Si los padres de los niños supieran que una chica como tú está diseñando para esta compañía, ¿sabes lo que ocurrirá?- preguntó ojeando los piercings de mi cara. -No lo sé- respondí sabiendo que se refería a algo malo. -Perderíamos clientes, ¿qué te hace pensar que te vamos a aceptar en esta empresa de cuentos para niños?- dijo con severidad. -Pensé que más que una cara con piercings, ustedes podrían ver mi talento en el diseño- la reté. -Qué pena que pienses eso, porque éste no es lugar para vagos, drogadictos como tú. Te pudrirás en el infierno- dijo tétricamente con una horrenda sonrisa. "¿Qué pasa con estas mujeres?" Pensé mientras salía caminando de allí.
Al llegar a mi casa ya era de noche. No tenía idea que encontrar trabajo fuera a ser tan extraño. Me tiré a mi cama y me quedé dormida profundamente.
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Sesión De Fotos
Fanfic(Lee Jong Suk fanfic) Una chica gótica, que su pasión es la fotografía, viaja a Corea del Sur a buscar un buen trabajo. Lo único que logra conseguir es ser la fotógrafa personal de un actor famoso de dramas coreanos. Robin está ansiosa pero asusta...