4. Ready?

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Se encontraba frente a una imponente casa, simplemente hermosa, se acercó a la puerta y tocó.

Era justo como en la video llamada, el atractivo hombre se encontraba justo delante de él.

—Hola Dallon. —dijo.

—Pasa, es por aquí. —no le devolvió el saludo, ni siquiera lo miró a los ojos.

Extrañado, simplemente lo siguió, atravesó una gigantesca sala con piso de mármol y candelabros brillantes, al parecer se dirigían a una habitación, estaba pasando todo demasiado rápido.

—Lo siento. —le susurró.

—¿Ah? —le respondió Brendon que no había entendido.

—Es aquí, si se les ofrece algo pueden llamarme, con permiso. —Dijo Dallon haciendo una leve reverencia.

—Espera ¿qué? —Dijo enseguida frunciendo el ceño.

Sin responder a su pregunta se fué.

—¡Vamos pasa, no seas tímido!

Se escuchó una voz desde dentro del cuarto, era rasposa, como la de un viejo que fumó durante toda su vida.

Confundido por no saber lo que estaba pasando abrió lentamente la puerta y lo vio ahí.

Éste era un hombre pasado de peso, sin afeitar y con una sonrisa perturbadora, tenía una bata de baño, sostenía en una mano un vaso con alguna bebida alcohólica y en la otra una pipa de la cual brotaba humo. Pero lo peor de todo es que ese sujeto podría llegar a ser su bisabuelo.

Brendon se quedó sin saber qué hacer en la puerta.

—Pero si eres más lindo en persona, ven acá. —Sonrió y palmeó el posa brazos del sillón en el que se hallaba sentado.

—No, tú no eres... —Brendon empezó a retroceder y a entrar en pánico.

Y no, no en la disco.

—Tranquilo cariño, sé que te encuentras sorprendido pero ya pasará. Todos mienten un poco sobre su imagen en cualquier sitio, mi mayordomo me ayudó un poco ésta vez.

El hombre se levantó y empezó a acercarse, Brendon comenzó a gritar y cerró los ojos.

Sintió cómo lo tomaban de las muñecas y comenzó a tratar de zafarse dando manotazos y sacudiendo con todas sus fuerzas.

Luego sintió una bofetada y abrió los ojos de golpe, y ahí pudo ver a Ian sujetándolo desde arriba.

—Tranquilo, sólo ha sido una pesadilla, no pasó nada, ya está. —Le empezó a decir.

—¡Jue orrible, Jue orrible! —Seguía con la respiración agitada.

Ian lo abrazó y Brendon le contó su sueño...

Perturbador.

—Eso suena realmente aterrador, y sí que estabas asustado, por un momento creí que habías sido poseído por el hijo de satán o algo por el estilo, me pateaste y golpeaste con una fuerza atroz.

—No... creo que no iré... es que... ¿que tal si... —Aún no se le pasaba , se sintió traumatizado y ahora estaba muy asustado.

Ian no lo dejó seguir hablando y lo tomó por los hombros.

—Ah no pendejo ¡usted va para allá a dar culo si o si! Ya se pasó por mucho y hemos avanzado bastante como para que a último minuto usted se eche para atrás. —Ian empezó a regañarlo.

—¡No, no, no puedo hacerlo! ¿qué pasa si podría ser un loco, un maniático o un asesino en serie...?

Empezó a gritar un montón de incoherencias como una neurótica

Misery Business | BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora