Capítulo 2: Presagio

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Aun con la apariencia de un zombi, Marinette se levantó la mañana siguiente lista para ir a clases. Despidiéndose más temprano de lo usual y sin desayunar salió de su casa rumbo a la escuela.

Cruzó la calle mirando el piso en todo momento y en varias ocasiones ignoró el murmullo de las personas al verla. Sabía perfectamente que no lucía para nada agradable, pero no soportaría quedarse más tiempo en casa. Además el ardor en los ojos no disminuía y quedarse en cama solo la haría sentir más mal.

Ella tenía muy buena vista, pero al igual que todo mundo, debía usar anteojos para la vista cansada, por lo que aquella mañana no se pudo olvidar de las gafas rojas que le hacían sentir un pequeño alivio en los ojos.

-Sigo creyendo que fue mala idea salir de casa, Mari.-dijo Tikki desde el bolso de la peli azul, con la mirada cargada de preocupación.

-No soporto ver a mis padres mirándome como si tuviera una enfermedad de muerte, además tengo un extraño presentimiento.

Tikki se sobresaltó ante las palabras de su portadora.

-¿Cómo aquella vez que supiste lo que pasaba con Volpina?

-Si.- respondió Marinette soltando un enorme suspiro.- solo que peor.

**

Adrien respiro con tranquilidad cuando a lo lejos divisó a una linda chica de cabello azul, y casi de inmediato sintió que alguien tocaba su hombro izquierdo, por lo que de inmediato volteó hacia la persona que le hablaba.

Alya le sonrió amablemente.- ¿Ves? Ella ya viene, no tenias que preocuparte tanto.

Adrien le sonrió en respuesta y espero a que Marinette entrara, pero cuando ella por fin lo hizo, lo que vio no fue ni mínimamente lo que él esperaba.

Lucía tan enferma que se preguntó cómo podía estar de pie, y una alarma se encendió cuando ella pasó de todos y se dirigió a su asiento.

Alya parecía horrorizada y Nino tenía la boca abierta. El rubio no estaba mejor, miraba a Marinette con molestia y con susto al mismo tiempo.

A pesar de las miradas que todos le dieron a Marinette, ella no parecía prestarle atención a nadie, no sino hasta que Nathaniel sujetándola del hombro le preguntó si se encontraba bien.

Al principio Marinette parecía no comprender de lo que hablaba, pero entonces recordó que lucía y se sentía como si se fuera a morir, así que sonriendo falsamente le respondió que todo estaba bien. Más no emitió ni una palabra.

Adrien sintió un arranque de furia cuando vio al pelirrojo tan cerca de su dulce amiga, pero la sensación se esfumo cuando le vio sonreírle falsamente.

¿Qué estaba sucediendo con Marinette?

Nadie más dijo nada durante unos minutos, y la peli azul ni siquiera se movió un centímetro de su lugar, parecía como si se hubiera dormido con los ojos abiertos y cuando Nino intentó tocarla para ver qué pasaba, Chloe interrumpió.

-¡Ugh! Panaderita, hoy te levantaste más horrible que de costumbre. Y para variar, esas gafas te quedan fatal.

La peli azul no levantó la vista, miraba simplemente su mesa de trabajo como si tratara de encontrar alguna pista en ella.

Pero la rubia de ojos azules no se hizo a la idea de ser rotundamente ignorada por Marinette, así que extendiendo su mano le informó a Sabrina su deseo de la botella de agua; botella que en cuanto la tuvo en las manos abrió y vació sobre la chica de ojos azul cielo.

Marinette gritó ante la sorpresa y la voz le salió tan seca y estrangulada que Alya se asustó por un segundo.

Sabrina y Chloe rieron con sorna al ver empapada a la chica, pero muy contrario a todo lo esperado, Marinette tan solo estornudó con fuerza y se abrazó a si misma tratando de obtener un poco de calor en su cuerpo.

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