La Huesped.

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Siempre he sido de las personas, que tienen esa facultad de ver o sentir cosas que otros no. Un medium? No precisamente, pero digamos que tengo sangre para atraer lo paranormal. Para agregarle algo de interés a la cuestión diré que en mi profesión, las actividades paranormales están a la orden del día. Soy Hotelero, ese profesional que se encarga de gerenciar hoteles. Tal vez pienses -Fantasmas en un hotel, eso es muy trillado- Quizás, al igual que en hospitales, pero esta historia es desde el punto de vista de alguien que pasa su vida en un hotel, 24/7.

Este suceso me ocurrió no hace algunos años, en mis primeras andadas en este medio, llegue a trabajar como nuevo empleado a un hotel del cual me reservare el nombre. Muy lujoso aquel lugar, pulcro y con todas las comodidades. A los gerentes siempre se les es asignada una habitación para que allí vivan. Después del recorrido pertinente por las instalaciones, se me dirigió a la recepción donde me darían la tarjeta de mi lujosa habitación -O al menos eso creía yo-. Recuerdo que antes de dármela, la recepcionista murmuro algunas cosas a su compañera con cara de preocupación, mientras, de reojo, me observaba, luego se dirigió hacia a mí; -Sr Cisneros, aquí está la tarjeta de su habitación, estará en ella temporalmente ya que el hotel está a máxima ocupación y no hay más disponibles-. Pude notar que en la tarjeta ponía "Habitación 807", en letras cursivas y doradas. Agradecí, tome mis cosas y me dirigí al lugar. Los pasillos donde se encontraban las habitaciones, eran largos, de esos que parecen nunca tener fin y con una ligera curvatura a mitad de camino que impedía ver que había más allá sin haber dado antes unos pasos más.

Por fin llegue a mi habitación y emocionado abrí la puerta, no era tan lujosa como creía, sencilla más bien, con una cama matrimonial, tv satelital, y demás comodidades básicas de un cuarto de hotel, incluido un balcón y un pesado candelabro colgando de una igual de pesada viga en el techo. Las paredes de color azul turquesa que hacía que la habitación se viera con más claridad, muy cómoda en realidad, lance mis pertenencias al armario y me recosté, puesto que el viaje hasta allí había sido agotador. Los días siguientes transcurrieron sin novedad, entretenido con mis actividades y montones de papeles, siempre estaba ocupado.

En una ocasión, estaba almorzando y le pregunte a uno de los mesoneros, si me podía enviar cena esa noche a mi habitación, al preguntarme el número de la misma y yo darle la respuesta, su rostro empalideció un poco y comentó -Pero señor, esa habitación está clausurada- Tratando de ocultar mi asombro, reitere -Estaré allí temporalmente, y tendré mucho trabajo en las noches, entonces necesito que me envíen la cena allá por favor-. El caballero asintió y se retiró dejándome con una pequeña pero punzante espina de curiosidad. Las semanas pasaron y ya eran más frecuentes los murmullos de la "Habitación Clausurada" y el nuevo gerente que la ocupaba, aunque no puse mucha atención. Debí haber puesto atención.

Logre saber por qué yo estaba en una habitación clausurada, en realidad, estaba cerrada, solo que la utilizaban cuando el hotel estaba lleno, como último recurso, aunque no supe la razón de su clausura, sino hasta un mes después. Una noche, al regresar de mi jornada de trabajo, alrededor de las 11:00 pm, llegue a mi habitación, me duche, me metí bajo las sabanas y encendí la tv, minutos después, un sonido me saco de mi concentración, un sonido peculiar, como el choque de dos copas al brindar, levante la mirada y noté que el candelabro se movía ligeramente de un lado al otro, inmediatamente gire mi cabeza hacia la dirección donde se encontraba la puerta del balcón para fijarme si estaba abierta y entraba alguna ráfaga de aire, pero no, estaba cerrada. Ese sentimiento de inquietud se empezaba a apoderar de mí, el candelabro seguía moviéndose, y el sonido continuaba, al final, ignore todo aquello, y me dormí. Me desperté sobresaltado, mire el reloj y marcaba 2:59 am. Algo sonaba en el baño, fui a buscar el origen del sonido, el agua caliente de la ducha corriendo, el espejo empañado por el vapor, observe con detenimiento, me quede boquiabierto, y un frio recorrió mi espalda mientras trataba de descifrar lo estaba escrito en el vidrio... Estaba escrito al revés, como si lo hubiesen hecho desde dentro del espejo, por lo que tarde unos instantes en leer "Nadie más!", no entendía a que se refería ese mensaje, trate de borrarlo con mis manos, fue imposible, no entendía que pasaba, claro que no me quede a averiguarlo, simplemente salí de allí. Recorrer ese largo pasillo con la sensación de que alguien me seguía creaba en mí un impulso de correr. Esa noche la pase despierto, en la recepción.

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