Capítulo 14

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-Sabes... antes de que llegaras, te quería como a mi ídolo, eras mi máxima admiración, pero ese sentimiento cambió desde que llegaste y comenzaste a estar con nosotros. Realmente nunca me imaginé que algo así pudiera pasarme – dije mirando de nuevo hacia el mar- Michael... - el volvió a clavar su mirada en mí – No... no sé – se colocó nuevamente frente a mí tapando mi vista.

-¿Y ahora cómo es ese sentimiento? – me preguntó acariciando mi mejilla.

-Es algo que ni yo misma entiendo, es como... como si te conociera de años... Bueno, obvio te conozco de años pero no de la forma como para empezar algo entre tú y yo, ¿me explico? Yo también siento algo por ti, algo que jamás he sentido por alguien

Jamás sentí algo si quiera cercano... llevaba tan sólo unos meses de conocerlo y ya sabía que no quería despegarme nunca más de él. Por otro lado no quería sufrir, sabía lo que implicaba andar con alguien que vive en el ojo público. Y algo me decía que así sería si daba ese paso.

De repente mi cuerpo cobró vida propia, me erguí y acerqué una mano a su rostro insegura, él la tomó posándola sobre su mejilla sin soltármela. Cerró los ojos y absorbió mi olor.

-Debo admitir que hueles muy bien...- sonreí un poco sonrojada. Abrió os ojos y me encontré de nuevo con su dulce mirada.

-Michael... créeme que no se qué hacer, que decir...- confesé nerviosa. Y no mentía, me sentía como en un sueño no lo podía creer ¿en qué momento fue que pasó todo esto?

-No digas nada, sólo escucha a tú corazón y déjate llevar – dijo masajeando mi mejilla de una forma muy suave

-Es que...

- Alice, sé qué tú también sientes lo mismo que yo, puedo verlo, puedo sentirlo cada vez que te toco o que miro tu rostro, esto es... inevitable...- cuando dijo eso último suspiró, realmente tenía razón, sentía lo mismo por él pero algo no me dejaba abrirme por completo a ese sentimiento tan grande que siento por él.- No perdemos nada con intentarlo, pequeña... Aquí, con ellos de testigo – giró hacia el mar y lo señalo al igual que miró la luna- Te prometo que esto que siento por ti, realmente es sincero, así lo siento aquí – tomó mi mano y la puso en su pecho, justo dónde se encuentra el corazón

Al escucha aquellas hermosas palabras sólo sentía que las lagrimas amenazaban con salir de mis ojos. Se acercó a mí, y sin darme tiempo de contestar volvió a rozar mis labios, el puro contacto me hacía casi volar.

-Perdón... es que no puedo dejar de hacerlo – aceptó apenado-. Bueno si pero no quiero dejar de hacerlo

Los dos nos quedamos en silencio viéndonos. Su hermosa cabellera se despeinaba con el viento, se veía tremendamente sensual la luz de la luna sólo lograba resaltar esos hermosos ojos marrones

Unos minutos más tarde, tal vez horas, no tengo idea... la brisa comenzaba a ponerse fría y no llevaba nada puesto salvo el bañador y mi falda. Aún se escuchaba una que otra onda de música. De pronto Michael se puso de pie y enseguida me ofreció su mano para hacer lo mismo lo cual no dudé ni un segundo en hacer.

-Te acompaño a casa y después le hablaré a mi chofer para que pase por mi – dijo mientras me atraía hacia él.

-¿Qué hora es? – ya titiritaban mis dientes. Con su brazo, frotó mi lado izquierdo para que entrara en calor. La sensación que sentí por unos minutos fue muy extraña, me parecía demasiado familiar, me encantaba.

-Más de media noche – respondió. Maldición, había quedado de estar a las doce en casa, de seguro un buen sermón ya me estaba esperando.

-No, no es necesario. Yo te llevo, recuerda como es Frank – ambos reímos al recordar sus condiciones-

Mi primer y único amor {Michael Jackson}Where stories live. Discover now